“Cuando Dios hizo la promesa a Abraham, como no había nada superior por lo cual jurar, juró por sí mismo.”
Nos ha dice que sea su hablar “si, si, y no, no”. Al prestar juramento a través de otro además nosotros mismos, damos a entender que somos mentirosos y necesitamos algo más para garantizar la verdad de lo que decimos. La palabra de Dios es verdad porque él es verdad. Entonces, cuando promete, está garantizado que es verdad.
Sin embargo, también escuchamos que no sabremos qué traerá el mañana, por lo que realmente no podemos garantizar ninguna de nuestras promesas. Todas las promesas realmente vienen con la condición “si Dios lo quiere”. Pero cuando Dios promete por sí mismo, está garantizado porque él controla todas las cosas. Las cosas más confiables posibles, por lo tanto, son las promesas de Dios. Por lo tanto, debemos tratar de averiguar cuáles son esas promesas en nuestras vidas porque es una base segura sobre la cual construir.
