Oración y la voluntad de Dios

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La oración no solo obra para el bien de quien ora. Un aspecto vital del propósito de la oración es que la voluntad de Dios sea hecha, y traiga gloria y honor a su nombre.

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Motivos verdaderos para la oración

El deseo de que el nombre de Dios sea honrado

Mateo 6:9–13 NTV
Ora de la siguiente manera: Padre nuestro que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre. Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo. Danos hoy el alimento que necesitamos, y perdona nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros. No permitas que cedamos ante la tentación, sino rescátanos del maligno.
Ver también Nm 14:13–16; Jos 7:7–9; 2 Sm 7:25–26; 1 Re 18:36–37; Sal 115:1; Jn 17:1

El deseo de que la voluntad de Dios sea cumplida

Mateo 6:9–13 NTV
Ora de la siguiente manera: Padre nuestro que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre. Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo. Danos hoy el alimento que necesitamos, y perdona nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros. No permitas que cedamos ante la tentación, sino rescátanos del maligno.
Ver también Mt 26:39; Mt 26:42; He 10:7 La sumisión a la voluntad de Dios caracterizó la vida de oración de Jesucristo.

Dios contesta las oraciones que están de acuerdo con su voluntad

1 Juan 5:14–15 NTV
Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada; y como sabemos que él nos oye cuando le hacemos nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le pedimos.

Las personas pueden inquirir de Dios para entender su voluntad

Salmo 143:10 NTV
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me lleve hacia adelante con pasos firmes.
Ver también Gn 25:22–23; Jue 1:1–2; 2 Sm 2:1; 1 Cr 14:14–15

El Espíritu Santo ayuda a los creyentes a orar en la voluntad de Dios

Romanos 8:26–27 NTV
Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes, en armonía con la voluntad de Dios.

La respuesta de Dios a las oraciones permite a los creyentes discernir su voluntad

2 Corintios 12:7–9 NTV
aun cuando he recibido de Dios revelaciones tan maravillosas. Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso. En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí.
Ver también Éx 33:18–20; 2 Sm 12:15–18; Job 19:7–8; Sal 35:13–14

Dios no responde a las oraciones de los malvados

Juan 9:31 NTV
Sabemos que Dios no escucha a los pecadores pero está dispuesto a escuchar a los que lo adoran y hacen su voluntad.
Ver también Sal 66:18; Pr 15:8; Is 1:15; Is 59:1–2; Lm 3:44; 1 P 3:12
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