El Pecado Imperdonable
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Introducción
Introducción
Al ver lo que ha sucedido en este país en los últimos años nos damos cuenta que el país está más dividido que nunca.
El país vive dividido por distintas ideologías políticas.
El país se divide por el tema de la vacuna.
El país se divide por quien ocupa la casa blanca.
Tal parece que no será necesaria una guerra para destruir la aparente unidad que existía en este país.
Estas divisiones han sido suficientes para debilitar la unidad que antes había.
Un país dividido no va a poder permanecer de pie por mucho tiempo.
Este es un principio bíblico que Jesús sostuvo durante su ministerio terrenal - y aparece en el pasaje que estaremos estudiando el día de hoy al ver Marcos 3:20-30. Hoy veremos:
Jesús rechazado
La señal irrefutable
El pecado imperdonable
I. Jesús rechazado
I. Jesús rechazado
Jesús entra a una casa, seguramente en Capernaúm:
Jesús llegó* a una casa, y la multitud se juntó* de nuevo, a tal punto que ellos ni siquiera podían comer.
Notemos que las multitudes continúan siguiendo a Jesús.
Son las mismas multitudes que lo han estado siguiendo esperando un milagro, una sanidad, ser librados de sus tormentos.
La gente dolida, atribulada, endemoniada, ha venido a Jesús buscando una manifestación del poder de Dios.
Pero veamos este detalle tan importante que nos da Marcos.
Este pequeño detalle nos muestra la compasión de Jesús, la entrega de Jesús, la pasión de Jesús por aliviar el sufrimiento humano, por obrar en su creación, por traer refrigerio, paz, sanidad, liberación a aquellos que tanto lo necesitan.
Tan entregado estaba Jesús a su misión de traer alivio al sufrimiento humano que no había tiempo ni para comer.
Aunque esto revela cierto descuido de la necesidad elemental de nutrir el cuerpo, vemos que Jesús era consumido por un vivo deseo de obrar por la gente y dar todo por la humanidad.
Jesús estaba dispuesto a obrar, a trabajar, aun sabiendo el gran sacrificio que le iba a costar; pero usted y yo sabemos que su sacrificio fue mucho más allá de no comer sino que dio su misma vida en la cruz del calvario para redimirnos de nuestros pecados.
Pero, es aquí donde vemos la primer muestra de rechazo.
Aunque Jesús estaba haciendo el bien, aunque Jesús estaba aliviando el sufrimiento humano - vemos como aun así hay resistencia a su obra:
Cuando Sus parientes oyeron esto, fueron para hacerse cargo de Él, porque decían: «Está fuera de sí»
La resistencia viene de sus propios “parientes”.
RV60 nos dice que fueron “los suyos”.
Así que pudieron haber sido familiares muy cercanos o simplemente gente muy allegada a Jesús.
De hecho, su madre y sus hermanos van a aparecer en el versículo 31.
Así que aquí es posible que hayan llegado gente muy cercana a él o gente que lo tenía en alta estima.
Pero, veamos lo que piensan de él, lo que pretenden hacer:
Vienen para “hacerse cargo de él”.
Creen que “está fuera de sí”.
Estos han llegado a la conclusión que Jesús ha pedido el equilibrio, está fuera de sí.
Tal vez está actuando como una persona mentalmente inestable.
Ellos miraban su comportamiento:
Sanando enfermos
Predicando acerca del reino de Dios
Llamando a la gente para arrepentirse de sus pecados
Perdonando los pecados
…no estaba actuando como ningún otro de los profetas de Israel.
Estaba actuando de una manera que para ellos era un comportamiento irracional.
Vienen pues a tomarlo por la fuerza y llevarlo, preocupados por su estado mental.
Pero, que equivocados estaban - no podría haber visto alguien más cuerdo, más seguro de quien era, más confiado de lo que estaba haciendo - que el Hijo de Dios enviado por el Padre a redimir a la humanidad.
II. La señal irrefutable
II. La señal irrefutable
Pero, realmente el verdadero conflicto lo vemos en los versículos 22 en adelante.
Y los escribas que habían descendido de Jerusalén decían: «Tiene a Beelzebú; y expulsa los demonios por medio del príncipe de los demonios»
Han venido escribas desde Jerusalén quizá enviados por el sumo sacerdote.
Ellos han venido con una acusación muy sería.
Acusan a Jesús de expulsar demonios por medio del príncipe de los demonios.
Antes de ver lo que significa la acusación - que es lo que no podían negar los escribas:
Jesús había expulsado demonios.
Jesús tenía autoridad de expulsar a los demonios que habían tomado posesión de algún pobre hombre o mujer.
Jesús daba la palabra y los demonios debían huir al instante.
Esta realidad no la podían negar.
El motivo del insulto no era de que Jesús era un farsante y que jamás había expulsado un demonio.
Estos eran hechos que Jesús hacía a la luz del día y nadie podía negar su autenticidad.
El motivo del insulto era manchar el buen nombre / el testimonio de Jesús y atribuir su poder/autoridad de expulsar los demonios al poder de los demonios.
Ellos mismos dicen - Jesús tiene a Beelzebú.
Ellos estaban diciendo que el mismo Jesús estaba poseído por Beelzebú.
Beelzebú en el mundo antiguo era el nombre dado al “príncipe de las moscas” o al “príncipe de los demonios”.
Era asociado con un ser macabro, inmundo, vil, sucio.
Así que ellos decían que la única razón por la cual Jesús podía expulsar demonios es porque:
El mismo estaba endemoniado.
…por tanto, él venía a los endemoniados y les daba ordenes habiendo sido él mismo poseído por el príncipe de los demonios.
Era una acusación realmente grave porque estaban asociando a Jesús con el mundo de las tinieblas.
Jesús no va a tolerar sus palabras y les muestra lo necio, lo tanto, lo irracional que es su argumento:
Llamándolos junto a Él, Jesús les hablaba en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
»Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede perdurar.
»Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá permanecer.
»Y si Satanás se ha levantado contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.
Si Jesús expulsa a los demonios por el poder de Satanás, es como si Satanás mismo estuviera dividido contra sí mismo.
Un reino que lucha contra sí mismo no va a permanecer.
Un país que pelea contra sí mismo no va a durar.
Si Satanás anda expulsando demonios…va a destruir su reinado sobre los seres humanos.
Los escribas creen conocer las escrituras pero su argumento revela que prefieren acusar a Jesús con argumentos irracionales.
Jesús explica lo que está sucediendo ante sus propios ojos:
»Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes si primero no lo ata; entonces podrá saquear su casa.
Es de suma importancia que entendamos la respuesta de Jesús.
Jesús explica que para que una persona pueda entrar a un hogar para robar sus vienes, primero tiene que atar al hombre fuerte.
Si no ata al hombre fuerte, no podrá hacer nada contra él.
La escena que describe Jesús es muy clara.
El hombre fuerte es Satanás. Es un ser muy poderoso, muy inteligente, muy precavido, provocador.
Él tiene su casa llena de bienes.
Pero, ha venido otro con una sola misión - va a entrar a la casa del hombre fuerte y sacar lo bienes que hay dentro.
Va a entrar y dejar la casa vacía.
Pero, para esto, va primero a atar al hombre fuerte, lo va a inmovilizar, lo va a debilitar, de tal manera que podrá sacar todos los bienes que ha decidido sacar.
El mensaje de Jesús es glorioso.
Jesús es aquel que es más fuerte que Satanás.
Es el primer profeta que ha podido venir y enfrentarse a Satanás y atarlo con su glorioso poder.
Es el primer ungido por Dios enviado para inmovilizar a Satanás y sacar los bienes, redimir a aquellos que Dios le ha entregado, aquellos que fueron elegidos desde antes de la fundación del mundo.
Jesús viene a despojar el reino de Satanás, viene a destruir el poder de las tinieblas, viene a tomar como su propiedad aquellos que son esclavos de Satanás.
Jesús ha venido a proclamar libertad a los cautivos.
El Espíritu del Señor Dios está sobre mí,
Porque me ha ungido el Señor
Para traer buenas nuevas a los afligidos.
Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón,
Para proclamar libertad a los cautivos
Y liberación a los prisioneros;
Bendito sea Dios que sigue teniendo el poder para liberar al hombre de las cadenas con las cuales Satanás lo tenía atado.
III. El pecado imperdonable
III. El pecado imperdonable
Pero, veamos como termina este pasaje.
Si fuera una pieza musical, nos daríamos cuenta que el movimiento final no termina con una melodía tranquila, alegre, contemplativa.
Más bien, terminaría con en uno tono menor, una música misteriosa, una música que anuncia peligro, un percance, una amenaza.
Acabamos de considerar la gloriosa verdad de que Jesús vino a destruir el mundo de las tinieblas, vino a atar a Satanás, vino a saquear sus bienes, vino a traer libertad a los cautivos.
Esto es motivo de gran gozo y alegría.
Esto es motivo de dar gracias a Dios por su bendita obra de liberación.
…pero aquí no termina esta melodía.
Esta pieza musical termina con una amenaza de lo que es un pecado que no tiene perdón.
»En verdad les digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias con que blasfemen,
pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón, sino que es culpable de pecado eterno».
Porque decían: «Tiene un espíritu inmundo»
…y porqué?
Esto sucede porque los familiares de Jesús han mostrado cierta resistencia.
Pero, más aún sucede porque los escribas han dicho “Jesús tiene un espíritu inmundo”.
Jesús está poseído por el diablo y es por eso que puede expulsar a los demonios.
Y Jesús mira a los escribas que han venido a acusarlos para advertirlos - tengan cuidado, tengan mucho cuidado, de no cruzar esta linea, no crucen este limite, no crucen esta frontera.
…porque al cruzar esta linea habrán cometido el pecado que no tiene jamás perdón.
Este pecado, ya cometido, se convierte en un pecado eterno que no tiene perdón jamás.
A esto los teólogos han llamado “el pecado imperdonable”.
Este es el pecado que no tiene perdón.
Los creyentes a lo largo de la historia han luchado por identificar que es este pecado…ya que no tiene perdón.
Llego a la conclusión que este pecado se refiere a la actitud de los escribas:
Estaban mirando algo tan evidente, estaban mirando la manifestación del poder de Dios, y aún así endurecían su corazón y decían - la única razón por la cual Jesús echa fuera demonios es porque él mismo está poseído.
El pecado imperdonable no es lo que hayan podido decir sino su actitud ante el poder de Dios - se resistían a creer, endurecían su corazón, estaban empeñados en rechazar a Jesús con tal de no creer en él y reconocer que él era el Mesías.
Está usted preocupado si ha cometido el pecado imperdonable?
Podría decir que si a usted le preocupa haber ofendido a Dios…tenga por seguro que no ha cometido el pecado imperdonable.
Aquel que se preocupa por su pecado, que le duele haber ofendido a Dios, y clama a Dios perdón y misericordia - recibirá el bendito perdón de Dios.
Conclusión
Conclusión
Y aunque este pasaje termina con esta alerta acerca del pecado que no tiene perdón jamás…sabe porque encontramos aquí esperanza?
»En verdad les digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias con que blasfemen,
Vea…todos los pecados serán perdonados.
Amados hermanos, si hemos creído en Cristo Jesús…todos nuestros pecados pueden ser perdonados.
Vea…todas las blasfemias con que blasfemen…serán perdonadas.
Amados, tenemos la seguridad de que cualquier de nuestras faltas serán cubiertas por la gracia de Jesucristo, nuestros pecados serán borrados, será quitada nuestra culpa por la sangre que fue derramada sobre la cruz del calvario.
Esto es esperanza, porque para esto vino Jesús.
porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido».