UNA INVITACIÓN A PRESTAR ATENCIÓNA NUESTRO CORAZÓN.
Ser cristianos en Navidad. • Sermon • Submitted
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· 39 viewsEl mayor pecado en el mundo es la incredulidad.
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Todo el capítulo 3, de el libro de Hebreos, es un comparativo, entre Moisés y Jesús, entre Israel y la iglesia.
En este capítulo inicia una sección de advertencia, mucho más larga y detallada, que la que venía haciendo en el capítulo 2.
Aquí se clarifica la verdadera naturaleza de su preocupación por los receptores de la carta y la incalculable pérdida que tendrían de no atender a su exhortación.
El texto base para esta sección es Salmos 95:7–11 (He. 3:7–11), que expone detalladamente en el resto del capítulo.
Podemos dividir cada sección del capítulo de la siguiente manera:
A. Un llamado a la fidelidad.(3:1-6).
Aquí hace referencia a la fidelidad de Moisés en toda la casa de Dios.(En el contexto, la casa era el tabernáculo de Dios), esto fue testimonio profético de lo que se iba a decir según Hebreos 3.5.
Pero también resalta a Jesús como el constructor de la casa, sobrepasando a Moisés, en honra, debido a que Moisés sólo era un siervo que cumplía las instrucciones de otro. Pero lo que Jesús ha construido es, de hecho, todo, porque el que hizo todas las cosas es Dios.
B. Principio de la amonestación por el fracaso de Israel.(3:7-11).
Hablamos de principio porque la amonestación completa abarca desde este versículo 7, y termina hasta en el capítulo 4: 11.
La Amonestación comienza con un llamado a la fidelidad y una advertencia acerca de las consecuencias de la infidelidad, el autor se refiere al fracaso de Israel delante de Dios, que provocó que anduvieran en el desierto cuarenta años, por eso los versículos del 7 al 11, prácticamente repiten el llamado a la adoración a Dios en el Salmo 95.
c. Los versículos del 12 -19, son una aplicación de los pasajes anteriores para los cristianos. Es el centro de la exhortación.
Nos vamos a centrar en ellos, pero , en una parte únicamente esta noche. donde vamos a aplicar a nosotros estos versículos.
I. DEBEMOS MIRAR NUESTRO CORAZÓN. (v. 12).
I. DEBEMOS MIRAR NUESTRO CORAZÓN. (v. 12).
El primer llamado que hace el escritor de Hebreos, es, Hebreos 3:12
12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
Examinen que hay en ustedes, que hay en sus corazones, y asegúrense que no haya en ustedes un corazón malo, lleno de incredulidad, ese corazón que exhibió el pueblo de Dios en el desierto, que los hizo apartarse del Dios vivo..
Ahora, el mayor pecado en el mundo es la incredulidad. Es la mayor ofensa a Dios y ese pecado presente en la iglesia nos produce el daño más grande.
Los receptores de la carta eran conocedores del evangelio, profesaban la fe en Cristo, pero eran Judíos incrédulos que se contaban en la compañía de los santos.
Ahora Pablo, les dice, vean que no hay en ustedes un corazón malo, y es una exhortación genuina, la maldad está en el hombre desde el nacimiento, y no se ha ido, lo único es que los creyentes contamos con el Espíritu Santo de Dios que habita en nosotros, y con su palabra que nos enseña la voluntad de Dios.
Si un cristiano tiene y se deja llevar por un corazón malo, su corazón se llena de incredulidad, y hace lo malo delante de Dios.
¿Qué cosas muestra en el creyente un corazón malo?
Un creyente, que no ora.
Un creyente que no lee su Biblia.
Un creyente que deja de congregarse regularmente.
Un creyente que siempre se queja de todo.
Un Creyente, que murmura.
Un creyente que habla de otros.
Un creyente que juzga a los demás, sin considerarse así mismo.
8. Un creyente que encubre su pecado o el pecado ajeno.
9. Un Creyente que aplica la idolatría en su vida.
Y podríamos añadir más. Ahora la pregunta es ¿por qué, estas actitudes son signos de un corazón malo de incredulidad?
Sencillo, la Biblia condena todas esas acciones, y enseña y manda a hacer lo contrario a todo eso.
Y si alguien está viviendo así, está opuesto a Dios, aunque digamos que somos cristianos, y aunque digamos que servimos al Señor, estaríamos como el pueblo en el desierto en contra de Dios.
Ahora, el texto sigue diciendo, que ese comportamiento lleva a la persona a apartarse del Dios vivo.
.....para apartarse del Dios vivo;
Esa es la consecuencia mayor, de alguien que no ve lo que hay en su corazón y lo que provoca, termina apartandose de Dios.
Un corazón malo, de incredulidad, es un corazón que no le cree a Dios, ni hace las cosas como Dios dice en su palabra,
“No obedece a Dios”, y eso es debido a que su comportamiento, no proviene de Dios, o proviene de el diablo que lo engaña, o de su pecado personal, su propia concupiscencia.
Todo lo ve mal y ve pecado en todo y en todos, pero no ve su propio pecado, su propio mal.
He visto muchos así, y lo que hacen es terminando en el mundo, haciendo los deseos de este mundo.
O siguen muchas veces en sus congregaciones, sin gozo, sin paz, porque Dios, no está ahí.
Les cuesta volverse a Dios, porque no escuchan la voz de Dios, ni la exhortación en su palabra, eso le pasó a Israel en el desierto y no entraron a la tierra prometida.
Hermanos, Separarnos de Jesucristo no es rechazar a una persona, a un liderazgo, o una iglesia en particular, . Separarse de Jesucristo es mucho más que rechazar la vida Cristiana en sí.
Separarse de Jesucristo es darle la espalda al Dios vivo. Es darle la espalda a la vida abundante que él ofrece.
Cuando nuestro comportamiento, no es conforme a su palabra, lo que estamos haciendo es separarnos más del Señor. Mire estas palabras del Señor. Lucas 11. 23
23 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Así que no podemos vivir la vida Cristiana, diferente a lo que Dios enseña en su palabra, y afirmar que somos cristianos.
Por eso debemos revisar, mirar, lo que hay en nuestros corazones.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Recuerda a la iglesia de Laodicea, en Apocalipsis 3.
Debemos examinar si el Señor está en nuestros corazones, antes que el nos diga:
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Examinemos nuestro Corazón, veamos que Dios realmente esté ahí y si no es así, recordemos que, el mayor pecado en el mundo es la incredulidad.
Aceptemos la invitación del Señor y abramos nuestro corazón.