Un sentido de inminencia
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Introducción:
Algunas cosas que pueden haber escuchado en los últimos días:
La guerra en Ucrania continúa su curso y se complica. Las naciones occidentales (OTAN) están enviando tanques y misiles defensivos.
El núcleo de la tierra parece haberse detenido o enlentecido seriamente, y probablemente empezaría a girar en sentido contrario. Los días serían más cortos y “quién sabe qué otras consecuencias” habría.
El “reloj del Apocalipsis” estaría marcando que faltarían 30 segundos para las 12, es decir, el día está a punto de terminarse. Al parecer, la posiblidad de eventos que terminen con el planeta o con la vida humana en el mismo sería inminente.
Mientras que la Organización Mundial para la Salud (OMS - WHO) considera si declarar la terminación de la amenaza mundial de la pandemia, hay naciones donde el virus recrudece. La población de China ha disminuído por primera vez desde hace muchos años.
Los efectos del calentamiento global y el cambio climático son devastadores. En diferentes lugares, el planeta experimenta sequías históricas, inundaciones mortales, tormentas inesperadas y destructivas y más.
Los gobiernos de ciertas naciones experimentan con armas de destrucción masiva, incluyendo armas nucleares.
Parece no ser el mejor momento de la historia de la humanidad.
I. Tiempos de incertidumbre
I. Tiempos de incertidumbre
Las ocasiones en que me ha tocado estar en ciudades que no conozco, siempre he preferido tener a alguien cerca que conociera el lugar. ¡Todo es tan diferente! También me ha tocado visitar ciudades que no conocía, y he tenido que vagar como perdido buscando lugares y direcciones. Pero cuando tienes a alguien que conoce el camino, esa persona se transforma en tus ojos y tu mapa.
Ese es Jesús para nosotros. Él conoce el Camino; y no solamente lo conoce sino que lo es.
¿Qué tiene para decir Jesús en cuanto a lo que va a suceder en el mundo? ¿Qué más podemos esperar ahora?
3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores.
3 Más tarde estaba Jesús sentado en el monte de los Olivos, cuando llegaron los discípulos y le preguntaron en privado:
—¿Cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?
4 —Tengan cuidado de que nadie los engañe—les advirtió Jesús—. 5 Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos. 6 Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin. 7 Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. 8 Todo esto será apenas el comienzo de los dolores.
3 Más tarde, Jesús se sentó en el monte de los Olivos. Sus discípulos se le acercaron en privado y le dijeron:
—Dinos, ¿cuándo sucederá todo eso? ¿Qué señal marcará tu regreso y el fin del mundo?
4 Jesús les dijo:
—No dejen que nadie los engañe, 5 porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a muchos. 6 Oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder, pero el fin no vendrá inmediatamente después. 7 Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá hambres y terremotos en muchas partes del mundo. 8 Sin embargo, todo eso es sólo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.
1) No seas víctima del engaño
1) No seas víctima del engaño
Jesús le empieza a responder a los discípulos. La inquietud de ellos era parecida a la nuestra: ¿cuándo ocurrirían los eventos finales? ¿Cómo iban a saber identificar el cumplimiento de los anuncios del Maestro en cuanto acontecimientos relacionados con el fin, su venida, la destrucción del templo y otros?
Tal como ellos, nosotros también tenemos inquietudes. Miles de cosas están ocurriendo, en nuestras vidas y a nuestro alrededor. La humanidad entera se encuentra sacudida por situaciones imprevistas, sorprendentes y muchas veces preocupantes. ¿Qué tenemos que encontrar en ellas? ¿Podemos “leer” en ellas el cumplimiento de lo anunciado por Jesús?
Veamos, ¿qué responde nuestro Salvador?
4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
4 —Tengan cuidado de que nadie los engañe—les advirtió Jesús—. 5 Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos.
4 Jesús les dijo:
—No dejen que nadie los engañe, 5 porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a muchos.
“Mirad que nadie os engañe.” Esta parece ser su preocupación principal. A lo largo de este capítulo -- y en otros pasajes del Nuevo Testamento -- vemos la insistencia en esta advertencia. Tanto a aquellos discípulos como a nosotros, sus herederos en la fe, se nos hace un llamado a la vigilancia, porque recibiremos ataques directos de los engañadores. ¿Puedes identificar los intentos de engaño que han afectado o están afectando tu vida? Esto es algo serio. A lo largo de nuestras vidas recibimos, casi constantemente invitaciones, propuestas, sugerencias e iniciativas de diferente índole, y si nos descuidamos podríamos aceptar como buenas y ciertas muchas que nos inducirían al error o dirigirían nuestras vidas y las de quienes nos rodean al desastre. Es por eso que estas palabras de nuestro Señor están llenas de seriedad, señalándonos que debemos tener cuidado, porque las indicaciones hacia el mal camino están por todas partes.
“Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.” Jesús no predijo con exactitud cuándo sucedería esto. Cuando miramos a la historia, podemos constatar que ha sucedido en muchas ocasiones. Muchos se han levantado con la presunción de señalar el camino correcto, presentándose como salvadores o maestros, dueños y transmisores de una revelación que otros no han recibido. Sus enseñanzas han sonado bien, y muchos les dedicaron su confianza, desviándose del camino hacia la salvación. Sucede todavía hoy, y mucho más todavía, en la época en que todo el conocimiento humano es de libre acceso para la inmensa mayoría. ¡Cuidado! Los falsos mesías siguen apareciendo y engañando.
2) No dejes que el pánico te domine
2) No dejes que el pánico te domine
6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
6 Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin.
6 Oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder, pero el fin no vendrá inmediatamente después.
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.” Casi en cada ocasión en que una nueva guerra ha teñido las páginas de la historia de la humanidad también se han levantado las voces apocalípticas que conectaban las vivencias con profecías y aparente sabiduría. ¡Qué interesante lo que dice el Maestro! Nos invita a no inquietarnos con lo que a todos inquieta. De alguna manera nos quiere transmitir sobriedad en medio de pánico general. ¡Sí, Señor! ¡Quiero escuchar tu voz y mantenerme firme, con mi mirada en ti! ¿Te das cuenta de lo que Jesús dice? Anuncia que es necesario que estas cosas, las guerras y los rumores de guerra, sucedan. Son parte de lo que Dios permite en el desarrollo de su plan. De ninguna manera representan el descontrol de parte del Altísimo ni que todo esté expuesto al azar. Piénsalo: a Dios no le sorprende lo que a nosotros nos sorprende, y tampoco considera incontrolable el resultado de lo que a nosotros se nos va de las manos. Lo considera necesario. Dios está desarrollando su plan, un plan perfecto y cuidadoso, diseñado para la salvación y bendición de los que creen en Jesús. Pero algo deja bien claro: estos levantamiento armados y violentos, estos momentos históricos que sacuden familias y naciones, no implican la culminación del plan: “aún no es el fin”. ¿Necesitas equilibrio y paz en tu vida? Busca a Dios, con todo tu corazón, porque Él no ha perdido la calma. Esto me recuerda a Jesús, levantándose de su siesta en medio de la tormenta en el Mar de Galilea para darle órdenes al viento y al mar. ¡Ese es nuestro Señor y Salvador! ¡Confía! ¡No te dejes amedrentar por lo que pasa! ¡Dios está en su santo trono! ¡Calle delante de Él toda la tierra!
3) Esto recién está comenzando
3) Esto recién está comenzando
7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores.
7 Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. 8 Todo esto será apenas el comienzo de los dolores.
7 Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá hambres y terremotos en muchas partes del mundo. 8 Sin embargo, todo eso es sólo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.
“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”. Trato de imaginar a los primeros oyentes de estas palabras, escuchando con asombro lo que Jesús está diciendo. Imagino un profundo silencio en el que aquellos humildes discípulos procuraban asimilar de alguna manera aquellas verdades saliendo de la boca del Verbo de Dios. ¡Qué tremendo! ¡No se trataba solamente de guerras! Considera las noticias de este tiempo, y las verás llenas de más de lo mismo: terrorismo, inequidad económica, la creación reaccionando con eventos poderosos como grandes tormentas o terremotos, nuevas y amenazantes enfermedades, y más. Y Jesús ya lo sabía. Lo que vas a leer o escuchar en el noticiero de hoy ya era del conocimiento de nuestro Señor en el siglo I, y antes también. A Él no lo sorprende, no lo toma desprevenido, y nos advierte para que nosotros encontremos nuestro equilibrio en Él. Y, ¿cómo lo llama? “Y todo esto será principio de dolores”. Nada más que principio, parte, una muestra. Cosas peores van a ocurrir. No se trata de ser pesimistas sino sensatos en cuanto a lo que se viene. Lo de darle la espalda a Dios, ya sea personalmente o como raza, no es un juego y trae sus muy severas consecuencias. ¿Te das cuenta, realmente, de las implicaciones? Así que, ¿sorprendido o asustado por lo que pasa? Míralo al Señor y recupera la paz. El poseedor de esta sabiduría, este conocimiento y este control del devenir de la historia tiene el poder para orientar tu vida, conforme a su voluntad, para que llegues al buen destino en su presencia.
Conclusión:
Conclusión:
Considera los puntos a los que Jesús dedica su atención cuando le preguntaron qué señales indicarían el fin de los tiempos y su venida.
Que no nos dejemos engañar. ¿Estás seguro de que no estás cayendo en el error? La salvación no se trata de que Dios esté “allí” para solucionar tus problemas, de manera que puedas seguir adelante con tu vida como quieres. No se trata de que “todos tu sueños se hagan realidad”. ¡Cuidado! ¡Hay muchos engañadores!
Que no nos dejemos dominar por el pánico. Hoy en día hay muchos que se dejan controlar por el miedo. En medio de todo eso, Jesús nos dice que “no nos turbemos”. No te dejes alterar por las amenazas y las malas noticias. Él sigue teniendo el control. Él es quien sabe que “es necesario que todo esto acontezca”.
Prepárate, porque se vienen tiempos peores; esto es solamente el comienzo. Como la incomodidad de la mujer que va a dar a luz pronto, dolores de parto. Hay que prepararse. Jesús, en lugar de darnos un calendario de actividades del plan de Dios, nos da una advertencia para que estemos preparados. No promete que todo siempre va a salir bien, pero nos asegura su cuidado y presencia.
¡Estemos preparados!
II. Como en los días de Noé
II. Como en los días de Noé
Pero, cuando vuelva Jesús, ¿hallará fe en la tierra?
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
36 »Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. 37 La venida del Hijo del hombre será como en tiempos de Noé. 38 Porque en los días antes del diluvio comían, bebían y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no supieron nada de lo que sucedería hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos. Así será en la venida del Hijo del hombre.
36 »Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán estas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo. Sólo el Padre lo sabe.
37 »Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé. 38 En esos días, antes del diluvio, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco. 39 La gente no se daba cuenta de lo que iba a suceder hasta que llegó el diluvio y arrasó con todos. Así será cuando venga el Hijo del Hombre.
1. Nadie sabe cuándo será
1. Nadie sabe cuándo será
Jesús anunció que volvería. Tienes claro que lo hizo, ¿verdad?
Jesús prometió volver por los suyos, y lo hizo en diferentes ocasiones, insistentemente.
Pero, ¿cuándo vendrá? ¿Vendrá esta tarde? ¿Vendrá mañana? ¿Vendrá en el año 2050? No dijo cuándo sería.
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
36 »Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. 37 La venida del Hijo del hombre será como en tiempos de Noé. 38 Porque en los días antes del diluvio comían, bebían y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no supieron nada de lo que sucedería hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos. Así será en la venida del Hijo del hombre.
36 »Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán estas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo. Sólo el Padre lo sabe.
37 »Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé. 38 En esos días, antes del diluvio, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco. 39 La gente no se daba cuenta de lo que iba a suceder hasta que llegó el diluvio y arrasó con todos. Así será cuando venga el Hijo del Hombre.
El mensaje básico de esta enseñanza de Jesús es que este evento, la segunda venida, ocurrirá inesperadamente. Por este mismo hecho, aquellos que aspiren a ser contados entre los redimidos, los que se van con Jesús a sus moradas, tienen que estar preparados.
Todo este pasaje es una insistente advertencia, señalando que muchos no toman ni tomarán en serio las advertencias, hasta el momento en que el cumplimiento de las profecías los tomen por sorpresa.
Jesús comunicó muchas enseñanzas de parte del Padre, pero con pocas de ellas se dedico a insistir como lo hizo con esta. Debemos considerar esto como razón suficiente para tomar muy en serio lo que está diciendo.
Hay un evento, el cumplimiento de las profecías, que va a ocurrir cuando nadie lo espera. Cuando eso ocurra, Jesús vendrá, y el selecto grupo de los que lo esperan, los que estén preparados, se irán con Él. Será entonces cuando lo veremos cara a cara.
2. El colmo de la maldad
2. El colmo de la maldad
Hay mucha injusticia en la tierra.
Hace muchos años, un profeta llamado Habacuc se quejaba delante de Dios de eso, de que hubiera tanta injusticia, y elevaba ante Dios su queja reclamándole que viniera, que hiciera algo. ¿Hará algo el Señor?
Habacuc veía que Dios seguía reinando, y que llegado su momento haría escuchar su voz emitiendo su juicio.
Hay mucha injusticia en la tierra, como en aquel tiempo.
11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
11 Pero Dios vio que la tierra estaba corrompida y llena de violencia. 12 Al ver Dios tanta corrupción en la tierra, y tanta perversión en la gente, 13 le dijo a Noé: «He decidido acabar con toda la gente, pues por causa de ella la tierra está llena de violencia. Así que voy a destruir a la gente junto con la tierra.
11 Ahora bien, Dios vio que la tierra se había corrompido y estaba llena de violencia. 12 Dios observó toda la corrupción que había en el mundo, porque todos en la tierra eran corruptos. 13 Entonces Dios dijo a Noé: «He decidido destruir a todas las criaturas vivientes, porque han llenado la tierra de violencia. Así es, ¡los borraré a todos y también destruiré la tierra!
A la gente le parece que no pasa nada ni nada ocurrirá. Los cristianos hablan de un Juez eterno, pero la injusticia sigue reinando. ¿Pasará algo algún día?
La gente está cayendo en el error de los que vivían en el tiempo de Noé.
La maldad está llegando a su límite. El mundo se ha llenado de violencia, de desprecio, de mala administración, corrupción y egoísmo. ¿Cuánto más puede tolerarse esto? No mucho.
Jesús ya viene.
3. Dios trabaja con personas de fe
3. Dios trabaja con personas de fe
Entre tanto, mientras la mayoría no le da importancia a las advertencias de Dios, mientras son muchos que no le prestan atención a esa vocecita interior que les asegura que no están procediendo bien, Dios se vuelve hacia los que le dedican su fe.
Para eso envió a Jesús.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
16 »Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Los que se salvan son los que creen.
Como en aquel tiempo.
13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.14 Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.
13 le dijo a Noé: «He decidido acabar con toda la gente, pues por causa de ella la tierra está llena de violencia. Así que voy a destruir a la gente junto con la tierra. 14 Constrúyete un arca de madera resinosa, hazle compartimentos, y cúbrela con brea por dentro y por fuera.
13 Entonces Dios dijo a Noé: «He decidido destruir a todas las criaturas vivientes, porque han llenado la tierra de violencia. Así es, ¡los borraré a todos y también destruiré la tierra!
14 »Construye una gran barca de madera de ciprés y recúbrela con brea por dentro y por fuera para que no le entre agua. Luego construye pisos y establos por todo su interior.
Considera seriamente a este hombre, Noé. Sus características personales tienen que ser las tuyas. Noé y su familia encarnan el significado de la palabra “salvación”, literalmente.
A Noé se lo define como un “varon justo”. Recordemos que estamos hablando de un planeta entero dedicado consistentemente a la maldad, en el que se encuentra solamente un hombre diferente. Noé tuvo que haber tomado la decisión deliberada de ser diferente, de no hacer las cosas como las estaban haciendo sus semejantes. A Noé nunca le satisfizo el argumento de hacer algo “porque todos lo hacían”.
Noé responde a una revelación de Dios. Nosotros también.
¿Estás siendo así de diferente? Así como Noé, vivimos en un mundo que se caracteriza por la corrupción, el engaño, la violencia. En aquel tiempo “se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia”. ¿No crees que esta misma frase puede ser utilizada para describir el mundo en que vivimos?
Noé es la representación del plan de Dios. A Dios le pesa en el corazón la depravación, la violencia y el desenfreno del mundo en el que vivimos. Hay mucha injusticia, y eso pesa en el corazón de Dios. El juicio no tarda en llegar. Dios no quiere que las cosas sigan así y les va a poner fin. Así como en aquel tiempo, Dios encontró un hombre justo, hoy en día se propone rescatar a los que creen en el Justo, Jesús, y por Él reciben la justicia que se adquiere por la fe. La historia se repite, solamente que esta vez para una solución definitiva. Así como en aquella ocasión hubieron muchos que no tomaron en cuenta la advertencia, así los hay ahora.
Observa lo que hace Dios (v. 13): habla con Noé, le revela lo que está a punto de hacer (“He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos”). Eso es lo que ha hecho con nosotros. De alguna manera hemos tenido acceso a la revelación de Dios en su Palabra, por medio de su Hijo, y hemos entendido que Dios es un Juez justo, que no tolera la maldad y que trae toda obra a juicio.
¿Te parecen duras las palabras de Dios “He decidido poner fin a todo ser”? Sí, en realidad son duras, pero son la expresión de un Dios que todo lo ve, y que no tiene por inocente al culpable. Estas duras palabras expresan - también - el futuro de la humanidad. No vamos por buen camino, y creo que todos lo sabemos. El problema de las personas, en gran medida, es que no tomamos en serio las palabras de Dios, sus juicios, sus advertencias. Queremos escuchar que Dios es amor, y lo es, pero malinterpretamos al considerar que por ser un Dios de amor tendría que pasar por alto las ofensas, cualquiera fueran estas. Necesitamos entender que el mismo Dios de amor es el Juez supremo, encargado de hacer justicia.
Dios en su amor, en aquel momento proveyó un Camino, alimentó la esperanza, al mostrarle un camino de salvación a Noé y su familia.
Lo siguiente que sabemos (v. 14) es que Dios le enseña a Noé lo que tiene que hacer. Lo instruye para que se dedique a elaborar una obra de ingeniería, realmente avanzada para su momento.
¿Entendía Noé por qué tenía que hacer aquello? No, estoy casi seguro que no lo entendía del todo, pero tenía que confiar en lo que Dios le decía.
“Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”. (He 11.7).
¿Vamos a entender nosotros por qué tenemos que andar en la voluntad de Dios? no siempre.
¿Le vamos a encontrar lógica a la dirección que Dios le da a nuestra vida? No, lógica humana no.
¿Podríamos detenernos y no obrar conforme a la voluntad de Dios por que no nos resulta lógico? Sí, esa tentación está presente.
¿Qué vas a hacer?
¿Aquel trabajo implicó esfuerzo para Noé? Por cierto que sí. Noé tuvo que “suspender su vida” para dedicarse al proyecto de Dios. No olvidemos que por la obra de su fe nosotros estamos aquí. Caminar por la fe implica dedicación, consagración.
No pases por alto las palabras de los versículos 17 y 18:
“Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo”.
Dios reafirma lo que ha revelado. Sus palabras nunca dejan de ser fuertes, impactantes: “...traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne… todo lo que hay en la tierra morirá”. La humanidad vive bajo la espada de Damocles. El peligro es inminente y la sentencia puede caer en cualquier momento.
Dios establece un pacto. Jamás te olvides de las palabras de Jesús al establecer la Cena del Señor: “Esta copa es el nuevo pacto, en mi sangre...”. Dios hace un pacto con los que aceptan creer en Él. Por el pacto que Dios estableció con Noé, se prolongó la existencia de la humanidad, hasta el día de hoy. Por el pacto que Dios establece en Jesús con nosotros, se nos garantiza la vida eterna con Él.
La clave más importante de todo esto, para nosotros, aparece en el versículo 22.
“Y lo hizo así Noe; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”.
Aquellas palabras lo definieron a Noé. ¿Te definen a ti?
A Noé no le fue suficiente con haber
- conocido la voluntad de Dios
- escuchado la Palabra de Dios
- recibido una revelación de parte de Dios
No, Noé tuvo que hacer todo lo que Dios le dijo que hiciera.
21No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. (Mt 7.21–23).
¿Necesito recordarte las palabras de Santiago?
14Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? (Stg 2.14).
4. Jesús viene a buscar a los suyos (no solamente a ti)
4. Jesús viene a buscar a los suyos (no solamente a ti)
17 Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.18 Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.
17 Porque voy a enviar un diluvio sobre la tierra, para destruir a todos los seres vivientes bajo el cielo. Todo lo que existe en la tierra morirá. 18 Pero contigo estableceré mi pacto, y entrarán en el arca tú y tus hijos, tu esposa y tus nueras.
17 »¡Mira! Estoy a punto de cubrir la tierra con un diluvio que destruirá a todo ser vivo que respira. Todo lo que hay en la tierra morirá, 18 pero confirmaré mi pacto contigo. Así que entren en la barca tú y tu mujer, y tus hijos y sus esposas.
Dios siempre obra en relación a su pueblo, un grupo de personas en particular, aquellos que le dedican su confianza.
Aún en aquellos momentos en que sus hijos se sienten solos y abandonados, que son los únicos que le creen al Señor, Dios se reserva a los suyos. Fue lo que le ocurrió a Elías, cuando se sintió el último de los fieles.
18 Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.
18 Sin embargo, yo preservaré a siete mil israelitas que no se han arrodillado ante Baal ni lo han besado.
18 Sin embargo, preservaré a otros siete mil en Israel, ¡quienes nunca se han inclinado ante Baal ni lo han besado!
El Señor viene a buscar a su pueblo.
Asegúrate de interactuar con su pueblo, ser parte de su proyecto, la iglesia, y acompañar a los demás hijos de Dios en su proceso, así como ellos acompañan el tuyo.
Conclusión:
Nos ha tocado vivir un tiempo en que la maldad se multiplica a nuestro alrededor, en que nosotros, por creer en Jesús somos los diferentes, y muchas veces los rechazados.
Jesús vuelve pronto, mientras todo el mundo actúa como si todo fuera normal, como si nada fuera a ocurrir. Jesús vuelve como ladrón en la noche.
Seamos como Noé, personas de fe, que aunque no entienden la lógica o las razones detrás de cada acto de obediencia, igual siguen adelante escogiendo la voluntad de Dios en lugar de nuestro propio proyecto personal de vida.
10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.