La Oración en el Getsemaní
Enseñamos a orar • Sermon • Submitted
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· 1,824 viewsQue aprendamos a ver la oración como un recurso vital dado por Dios para los momentos más difíciles por los cuales podemos pasar.
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
a. Si yo les preguntara cuántos de ustedes están atravesando momentos difíciles o se avecinan dichos momentos… ¿Qué me dirías? ¿Alguien se encuentra en medio de una gran prueba?
b. Pues tal vez te puedas sentir identificado con nuestro Señor Jesucristo quien se vió en la obligación de buscar un lugar para orar a causa del momento que estaba viviendo. Ese lugar se llamó Getsemaní.
c. La experiencia de Jesús en el Getsemaní está precedida por la traición de Judas, la institución de la Cena del Señor y la negación de Pedro. Un dato que debería llamarnos la atención es que antes de que Jesús enfrentara la prueba más grande de su vida, estuvo orando. De hecho, más aún, la prueba llega y encuentra a Jesús orando y cuando termina, termina con el Maestro orando.
d. Bien se ha dicho que el Getsemaní fue la antesala del Calvario.[1]
e. Y es posible que al igual que el Maestro, nosotros también nos encontremos en un lugar parecido al Getsemaní en estos momentos. Por eso nuestro sermón está titulado “la oración en el Getsemaní”. Y podemos aprender mucho de esta experiencia del Señor y aplicarlas a nuestras vidas.
[1] Asdrúbal Rı́os, Comentario bı́blico del continente nuevo: San Mateo (Miami, FL: Editorial Unilit, 1994), 299.)
EN NUESTRO GETSEMANÍ TENEMOS QUE SER INTENCIONALES PARA LA ORACIÓN (V. 36).
EN NUESTRO GETSEMANÍ TENEMOS QUE SER INTENCIONALES PARA LA ORACIÓN (V. 36).
a. Jesús fue intencional para orar. Él ya frecuentaba el Getsemaní con sus discípulos (Juan 18:1-2).
b. Antes de escoger a sus discípulos, Jesús fue intencional y oró antes de hacerlo:
i. “En esos días Jesús se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a Sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles:” (Lucas 6:12–13, NBLA)
c. También fue intencional y oró después del milagro de la multiplicación de los panes y los peces:
i. “Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo.” (Mateo 14:23, NBLA)
d. El maestro fue intencional en ser disciplinado en la oración:
i. “Pero con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba.” (Lucas 5:16, NBLA)
e. Creo que una de nuestras grandes debilidades en nuestra vida de oración es la falta de intencionalidad. Sabemos que debemos orar, pero no lo hacemos como deberíamos. Sabemos que la oración debe de ser nuestra primera opción, pero es la última. Entendemos que es un mandamiento, pero lo procrastinamos.
f. Necesitamos tener una voluntad que esté más informada de lo que Palabra nos enseña sobre la necesidad de orar que una voluntad que esté movida por la necesidad o el momento.
g. Debemos ser proactivos en la oración. Hagamos que ocurra. Para esto algunos consejos para que nos ayuden a ser intencionales en la oración en nuestro Getsemaní:
i. Agenda un tiempo diario para orar.
ii. Agenda tiempos extras para orar. Por ejemplo:
1. Invitar a alguien a reunirse a orar.
2. Venir a la iglesia a orar solo o en cualquier otro lugar.
iii. Ten una lista de oraciones personales y peticiones de la iglesia y amigos.
iv. Participa en los servicios de oración de la iglesia.
v. Haz el hábito de orar antes de cualquier decisión.
EN NUESTRO GETSEMANÍ NO OREMOS DOMINADO POR NUESTRAS EMOCIONES Y SENTIMIENTO (V. 37-39).
EN NUESTRO GETSEMANÍ NO OREMOS DOMINADO POR NUESTRAS EMOCIONES Y SENTIMIENTO (V. 37-39).
a. Jesús oró en su tristeza y angustia (v. 37) y con el alma “muy afligida, hasta el punto de la muerte”(v. 38). En la BTX4 lo traduce como “… Una tristeza mortal está sobrecogiendo mi alma”.
b. ¿Por qué este terror y desaliento? ¿Era porque sabía que ya ahora Judas se acercaba—o se preparaba para acercarse—a fin de entregarlo a sus enemigos? ¿Era porque estaba dolorosamente consciente de que Pedro lo negaría, que el Sanedrín lo condenaría, que Pilato lo sentenciaría, que sus enemigos se burlarían de él y que los soldados finalmente lo crucificarían? No cabe duda de que todo esto estaba incluido. Sin embargo, a medida que transcurre la historia notamos que fue especialmente el pensamiento que él, un alma muy tierna y sensible, iba a ser dejado cada vez más aislado. Muchísima gente ya lo había abandonado (Jn. 6:66). Sus discípulos lo iban a abandonar (Mt. 26:56). Peor de todo, en la cruz iba a gritar: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado (tú)?” (27:46). ¿Es que tal vez aquí en Getsemaní vio venir la ola de la ira de Dios causada por nuestro pecado?[1]
c. Todas estas emociones y sentimientos que estaba experimentando nuestro Señor lo llevaron a caer de rodillas y orar. Alimentaron su oración. Le dieron fuerza y pasión, pero no nublaron su juicio para orar incorrectamente ni muchos menos para orar egoístamente.
Veamos el verso 39.
d. En la biblia tenemos muchos ejemplos de oraciones permeadas de miedo, dolor y angustias.
i. Jacob oró en medio de su miedo a su hermano (Gn. 32:9-12).
ii. Moisés ora quejándose a Dios por la carga que representaba el pueblo de Israel para él (Nm. 11:11-15)
iii. Ana ora por un hijo en su aflicción (1 Sam. 1)
iv. David ora confesando y arrepintiéndose de su pecado (Sal. 51)
e. Que tu tristeza te lleve a orar. Que tu dolor te lleve a orar. Que tus dificultades te llenen a orar. Pero que tus emociones inestables no nublen tu sobriedad y te impidan ver que la oración no es más que un medio para obtener algo, es una conversación con Alguien quien está al pendiente de ti y quiere lo mejor para tu vida.
La oración no tiene que alinearse a mis deseos y necesidad, sino que se debe alinear a la voluntad de Dios, como es el ejemplo de Jesús.
[1] William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Mateo (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007), 962.
EN NUESTRO GETSEMANÍ BUSQUEMOS ALIADOS DE ORACIÓN (V. 37-38).
EN NUESTRO GETSEMANÍ BUSQUEMOS ALIADOS DE ORACIÓN (V. 37-38).
a. Jesús les pidió a Pedro, Jacobo y Juan (Marcos 14:33) que oraran con él (v. 37-38).
b. En este preciso momento de su vida, en este Getsemaní, el Maestro necesitaba el apoyo de sus más íntimos discípulos. El apoyo en oración representaría la mejor forma de ayuda para él, pero no la obtuvo de parte de sus escogidos.
c. Si el Señor necesitó y solicitó el apoyo en oración, ¿Cuánto más nosotros?
d. En medio de tu Getsemaní, busca aliados de oración que oren contigo y que oren por ti.
e. Pero tienes que tener pendiente algunas cosas que aprendemos de la experiencia del maestro:
i. No todo el mundo puede orar por ti con relación a ciertos momentos de tu vida.
1. Jesús de los 12 eligió a 3 que lo acompañaran (v. 36-37)
ii. Tienes que hablar con hermanos que sepas que son personas de oración y maduras en la fe o que estén comprometido seriamente con el Señor.
1. El Señor le expresa su situación y los invita a orar (v. 38)
iii. Debes saber que pueden fallarte los hermanos a los que invitaste a orar.
1. En todas las ocasiones que oró en el Getsemaní, los discípulos le fallaron (v. 40, 43, 45), mas no dejo de orar ni se desanimó por esto.
iv. Mantén a tus aliados sobre cómo van las cosas.
1. Jesús le informó que ya el momento más difícil había llegado (v. 46)
EN NUESTRO GETSEMANÍ SEAMOS PERSISTENTES EN LA ORACIÓN (V. 39, 42 Y 44).
EN NUESTRO GETSEMANÍ SEAMOS PERSISTENTES EN LA ORACIÓN (V. 39, 42 Y 44).
a. ¿Qué tienen en común los siguientes ejemplos de oración?
i. Abraham intercedió 6 veces por Sodoma y Gomorra (Gn. 18:16-33).
ii. Elías ora 7 veces para que la sequía pare (1 R. 18:41-46).
iii. Pablo ante su espina o aguijón oró 3 veces (2 co. 12:7-9).
iv. Jesús oró tres veces la misma oración.
b. Todos estos ejemplos tienen en común una cosa: persistencia o perseverancia.
c. Leamos Lucas 18:1-8
d. Algunas lecciones de está parábola de la viuda y el jue injusto:
i. La oración persistente es necesaria y es esperada por Dios (Lc. 18:1, 7)
ii. Si la oración persistente es justa, será respondida por Dios (Lc. 18:7)
iii. Dios no demora en responder la oración persistente y justa (Lc. 18:7-8)
e. Como les dije en la segunda parte del sermón “el Maestro de la Oración”:
i. “De manera que debemos orar cuando tengamos tiempo y cuando no tengamos tiempo. Debemos orar cuando tengamos deseo y cuando no tengamos deseo. Debemos orar cuando estemos cansado y cuando estemos descansados. Debemos orar cuando tenemos sueño y cuando no tenemos sueño. Debemos orar cuando estemos en dificultades y cuando estemos en aparente tranquilidad. Debemos orar cuando estamos en paz y cuando estamos atormentados. Debemos orar en la confusión y en la claridad; en la perdida y en la ganancia; en el dolor y en el gozo; en la humillación y en la exaltación; en la iglesia y en la casa; en las buenas y en las malas… por eso, ¡oremos!” y añado… ¡persistentemente!
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
a. Cristo enfrentó el Calvario en oración. Gracias a esta, él logró lo que nosotros no pudimos, ni podemos, ni podríamos hacer por nuestra propia cuenta: solucionar nuestra situación de enemistad con Dios por causa del pecado. Cristo sufre el justo castigo que merece el pecado nuestro siendo inocente. Por nosotros lo hizo para que podamos reconciliarnos con Dios y disfrutar de una vida eterna en su presencia.
b. ¡Esto es el evangelio! Dios reconciliando al hombre consigo a través de Jesucristo. Nuestra respuesta debe ser: orar arrepintiéndonos y creyendo lo que hizo Jesús.
c. Pero también, en tu Getsemaní personal, donde la angustia, el dolor, la desesperación, la depresión, la soledad, el estrés han llegado a tu vida, te invito a venir a Dios en oración como lo hizo Jesús y busca amigos que te apoyen a luchar en oración hasta que tengas las respuestas de Dios.