La Oración del Maestro (El Padre nuestro)
Enseñamos a orar • Sermon • Submitted
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· 297 viewsQue aprendamos del modelo de oración que nuestro Señor nos dejó a fin de que nuestras oraciones sean elevadas según este estándar.
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
a. “Señor enséñame a orar” es y será mi clamor este año. Yo me uno a la petición que realizara aquel discípulo del que no se sabe el nombre en Lucas 11:1.
b. Hemos estado compartiendo en mis últimas intervenciones sobre ‘El Maestro de la Oración’ aprendimos que Jesús es el mejor maestro de la oración, donde su vida es un ejemplo que nos desafía a todos nosotros a mejorar nuestra vida de oración.
c. Pero también vimos algunas instrucciones preliminares de Jesús sobre la oración como:
i. La oración debe ser sincera.
ii. Es un acto íntimo.
iii. Debe hacerse con conciencia y sentido.
d. Ahora vamos a seguir viendo las instrucciones del Maestro estudiando el Padre Nuestro. Por eso titulamos nuestro sermón hoy “La Oración del Maestro”.
e. El Padrenuestro está considerado como la oración cristiana común por excelencia por las confesiones mayoritarias: para los católicos es el resumen de la doctrina cristiana, para los protestantes es el modelo de oración cristiana y, según los ortodoxos, es la oración perfecta.
LA ORACIÓN ES TRINITARIA
LA ORACIÓN ES TRINITARIA
a. Una verdad que no podemos perder de vista es que la oración es trinitaria, en otras palabras, en la oración están involucradas las tres personas de la Trinidad.
b. En primer lugar, la oración tiene que ser dirigida al “Padre”. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que debemos dirigirnos al Padre:
i. Ver verso 9
ii. “Y si invocan como Padre a Aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, condúzcanse con temor durante el tiempo de su peregrinación.” (1 Pedro 1:17, NBLA)
iii. “Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!»” (Romanos 8:15, NBLA)
c. En segundo lugar, la oración se realiza en el nombre de “Jesús”. Nos presentamos delante del Padre por los méritos de Cristo.
i. “Ustedes no me escogieron a Mí, sino que Yo los escogí a ustedes, y los designé para que vayan y den fruto, y que su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en Mi nombre se lo conceda.” (Juan 15:16, NBLA)
d. En tercer lugar, la oración es liderada o dirigida por el Espíritu Santo. Es la tercera persona de la trinidad que nos ayuda a orar correctamente.
i. “De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Y Aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque Él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.” (Romanos 8:26–27, NBLA)
e. Habiendo puntualizado está verdad, pasemos a estudiar La oración del maestro. Es bueno resaltar que está oración es un modelo donde encontraremos un patrón y prioridades de la oración para el creyente.
f. El ‘padrenuestro’, como comúnmente se conoce, está compuesto por dos grandes partes, con siete peticiones en total:
i. La 1ra parte centrada en Dios (v. 9-10)
1. Padre nuestro que estas en los cielos.
2. Santificado sea tu nombre.
3. Venga tu reino.
4. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
ii. La 2da parte centrada en nosotros (v. 11-13)
1. Danos hoy el pan nuestro de cada día.
2. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
3. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal.
PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
a. Martín Lutero dijo una vez que, si tan solo pudiera comprender las primeras dos palabras del Padrenuestro, nunca volvería a ser el mismo.
b. Hay tres cosas que me gustaría resaltar de esta petición, que en realidad no es tanto una petición sino una exclamación introductoria de reconocimiento de quién es Dios.
c. En primer lugar, el Maestro de la oración nos enseña a dirigirnos a Dios como ‘Padre’. Esto viene a romper con el prototipo de oración que hasta ese momento se desarrollaba.
i. Jesús hace de la oración algo más íntimo y personal.
ii. Jesús nos dio el incomparable privilegio de llamar a Dios “Padre”. Jesús fue el primero que se conoce en tomar la oración y convertirla en un discurso personal con Dios. R. C. Sproul.[1]
iii. Esto implica que la doctrina de la adopción toma una relevancia especial en la oración, haciendo de ella una experiencia cercana y de confianza.
1. “Y porque ustedes son hijos, Dios ha enviado el Espíritu de Su Hijo a nuestros corazones, clamando: «¡Abba! ¡Padre!» Por tanto, ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero por medio de Dios.” (Gálatas 4:6–7, NBLA)
d. En segundo lugar, la palabra ‘nuestro’ nos recuerda que la oración es inclusiva, o sea, que nos es algo exclusivo de mi propiedad.
i. La palabra ‘nuestro’ significa que el derecho a llamar a Dios “Padre” no es solo mío. Es un privilegio corporativo que le pertenece a todo el cuerpo de Cristo. Cuando oro, no vengo ante Dios como un individuo aislado, sino como miembro de una familia, una comunidad de santos.[2]
e. En tercer lugar, ‘que estás en los cielos’ nos recuerda que, aunque Dios es cercano (por eso le llamamos Padre), también es distinto y diferente a nosotros.
i. ¿Por qué Cristo ubica al Padre en el “cielo” si él es omnipresente?
ii. R. C. Sproul nos responde a esta pregunta diciendo: “Cristo estaba hablando de la trascendencia de Dios. Puesto que Dios no es parte de este proceso mundano, él no es parte de la naturaleza. No puede ser confinado a una localidad. El Dios al que nos dirigimos está por encima y más allá de los límites finitos del mundo.”[3]
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE.
a. No importa qué tan cerca nos invite Dios a venir, aún existe un abismo infinito entre nuestra pecaminosidad y su majestad. Él es el celestial; nosotros somos terrenales. Él es perfecto; nosotros imperfectos. Él es infinito; nosotros finitos. Él es santo; nosotros profanos. Jamás debemos olvidar que para nosotros Dios es lo completamente “otro”.[4]
b. Leamos Levítico 10: 1-3
i. Dios exige que se lo trate como santo, porque él es santo.
ii. Jamás debemos cometer el fatal error de Nadab y Abiú y acercarnos a Dios con una actitud irreverente y descuidada.
c. La máxima prioridad del cristiano es ver que el nombre de Dios se mantenga santo, porque él es santo. Y de esta actitud tiene que estar impregnada nuestras oraciones.
VENGA TU REINO.
VENGA TU REINO.
a. Un motivo central en la Escritura es el reino de Dios. Éste fue el tema principal de la enseñanza y la predicación de Jesús. Él llegó como el cumplimiento del mensaje de Juan el Bautista, el cual era claro, preciso, y sencillo: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2).
b. Pero también Jesús inició su ministerio público predicando sobre el reino:
i. “El tiempo se ha cumplido», decía, «y el reino de Dios se ha acercado; arrepiéntanse y crean en el evangelio.” (Marcos 1:15, NBLA)
c. Jesús estaba diciendo que debemos orar para que el reino de Dios se vuelva visible en la tierra, que lo invisible se vuelva visible.
d. Tiene que convertirse en una prioridad para nosotros orar para que el evangelio gobierne o reine en nuestros corazones, pero también en los corazones de aquellos que no lo conocen.
HÁGASE TU VOLUNTAD, COMO EN EL CIELO, ASÍ TAMBIÉN EN LA TIERRA.
HÁGASE TU VOLUNTAD, COMO EN EL CIELO, ASÍ TAMBIÉN EN LA TIERRA.
a. Esta petición es una oración por obediencia de parte del pueblo de Dios, que quienes conforman el pueblo de Dios obedezcan sus mandamientos.
b. Pero ¿Cuál es la voluntad de Dios? ¿Qué nos dicen las Escrituras?
i. La voluntad de Dios es que le obedezcamos: “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:21, NBLA)
ii. La voluntad de Dios es que creamos en Jesús: “Porque esta es la voluntad de Mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna, y Yo mismo lo resucitaré en el día final.” (Juan 6:40, NBLA)
iii. La voluntad de Dios es nuestra santificación: “Porque esta es la voluntad de Dios: su santificación; es decir, que se abstengan de inmoralidad sexual;” (1 Tesalonicenses 4:3, NBLA)
iv. La voluntad de Dios es que seamos agradecidos en todo: “Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.” (1 Tesalonicenses 5:18, NBLA)
v. La voluntad de Dios es que hagamos el bien: “Por que esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, ustedes hagan enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos.” (1 Pedro 2:15, NBLA)
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLO HOY.
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLO HOY.
a. Es interesante notar en esta petición que la expresión ‘cada día’ nos sugiere una dependencia diaria y también que estaríamos orando por eso diariamente ‘dánoslo hoy’.
b. Otro detalle es que también, esta petición, se encuentra en la primera persona del plural ‘nuestro’, como todas las demás, lo que nos invita a que oremos corporativamente pero también pensando en los demás.
c. Dios suple las necesidades, pero no siempre las exquisiteces o antojos. Él está comprometido, según su Palabra con nuestras necesidades:
i. “Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19, NBLA)
d. El rabí Eleazar ben Yair, el Magno dijo también: "Cualquiera que tiene un pan en la canasta y dice ¿qué comeré mañana?, es una persona de poca fe".
Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES.
Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES.
a. La advertencia suprema de Jesús es que Dios nos juzgará según como juzguemos nosotros a los demás.
i. Ver versículos 14-15
b. Es un insulto a Dios que neguemos el perdón y la gracia a quienes nos lo piden, y al mismo tiempo afirmemos que nosotros mismos hemos sido perdonados y salvados por gracia.
c. El cuerpo de Cristo es un grupo de personas que viven a diario en el contexto del perdón.
d. Perdonarnos a nosotros mismos después de que Dios nos ha perdonado es un deber tanto como un privilegio.
Y NO NOS METAS EN TENTACIÓN, MAS LÍBRANOS DEL MAL
Y NO NOS METAS EN TENTACIÓN, MAS LÍBRANOS DEL MAL
a. Santiago 1:13 dice específicamente que Dios no tienta a nadie. Dios puede probar, pero nunca tienta al mal. Una prueba es para crecimiento; la tentación tiende al mal.
b. Jesús estaba diciendo que deberíamos pedirle al Padre que nos libere del Maligno, de las arremetidas que Lutero llamó los “descontrolados asaltos de Satanás”, el enemigo que quiere destruir la obra de Cristo en este mundo.
c. Jesús nos estaba diciendo que le pidamos al Padre que construya una valla a nuestro alrededor. La petición no pretende evitar las pruebas de este mundo, sino protegernos de la abierta exposición a los ataques de Satanás.
d. En su “Oración Sumosacerdotal”, Jesús le pidió al Padre, no que sacara a los discípulos del mundo, sino más bien “que los protejas del maligno”
i. No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. (Juan 17:15 NVI)
e. Pablo, a los hermanos en Tesalónica les dice:
i. “Finalmente, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor se extienda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también con ustedes. Oren también para que seamos librados de hombres perversos y malos, porque no todos tienen fe. Pero el Señor es fiel y Él los fortalecerá a ustedes y los protegerá del maligno.” (2 Tesalonicenses 3:1–3, NBLA)
f. Es una necesidad que oremos por protección todos los días porque, como dice Pablo:
i. “para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus planes.” (2 Corintios 2:11, NBLA)
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
a. Cristo no solo nos suministra el mejor ejemplo de una vida de oración, siendo él mismo el mejor Maestro, pero también no solo nos suministra la mejor instrucción o patrón de oración, sino que además él es la razón por la que podemos orar a Dios, ya que él es el que hace posible que nuestra enemistad con Dios por causa de nuestros pecados, en Cristo sea solucionada.
b. Jesús nos trae las buenas nuevas de salvación. En él, el ser humano puede encontrarse nuevamente con su creador. “Jesús le dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí.” (Juan 14:6, NBLA)
c. Acerquémonos a Dios como hijos y vivamos la gran experiencia de tener a Dios como Padre.
[1] Sproul, R.C. ¿Puede la oración cambiar las cosas? ` (Preguntas Cruciales) (Spanish Edition). Reformation Trust Publishing. Edición de Kindle.
[2] Sproul, R.C. ¿Puede la oración cambiar las cosas? ` (Preguntas Cruciales) (Spanish Edition). Reformation Trust Publishing. Edición de Kindle.
[3] Sproul, R.C. ¿Puede la oración cambiar las cosas? ` (Preguntas Cruciales) (Spanish Edition). Reformation Trust Publishing. Edición de Kindle.
[4] Sproul, R.C. ¿Puede la oración cambiar las cosas? ` (Preguntas Cruciales) (Spanish Edition). Reformation Trust Publishing. Edición de Kindle.