El hombre de familia conforme a DiosSermón sin título (4)

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Las marcas de un hombre conforme al corazón de Dios
El hombre en relación con la misión de Dios y la misión de la iglesia
Les quiero apuntar a nuestros hermanos de familia a ver a Jesús como un modelo de hombre, que lideró con determinación y amor, con verdad y gracia, cuyo medio para liderar fue el servicio.
Sin verdades absolutas y sin valores trascendentes, resulta imposible llegar a definiciones unívocas sobre qué es un hombre conforme a Dios.
Como cristianos poseemos la Palabra de Dios que ilumina la oscuridad y confusión del mundo actual.
• La Palabra de Dios es la única autoridad eterna e inmutable que puede declarar las verdades absolutas. Por lo tanto, solo en ella se encuentra la respuesta a las preguntas que tengamos como hombre que buscamos agradar a Dios
Dios ha dejado instrucciones, ejemplos y modelos bíblicos acerca de lo que significa ser hombre, de familia y de los roles que vienen en conjuntos o aparejados.
# Es un hombre de oración: Marcos 1:35–37: 35Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. 36Y le buscó Simón, y los que con él estaban.
Vemos, por un lado, un ejemplo de los hábitos de nuestro Señor Jesucristo en cuando a la oración personal. Se nos dice que “levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”.
nuestro Señor oraba siempre sin desmayar. Aunque carecía de pecado, nos da un ejemplo de comunión diligente con su Padre. Su deidad no le vuelve independiente del empleo de todos sus recursos como hombre. Su perfección fue una perfección mantenida por medio del ejercicio de la oración.
la oración es como “deseo dirigido para recibir algo bueno”.
En realidad, es la búsqueda de Dios porque él es el mejor. Decía David: “A ti, oh Jehová, levantaré mi alma” (Salmo 25:1); “Señor, delante de ti están todos mis deseos, y mi suspiro no te es oculto” (Salmo 38:9).
Hermosa descripción de la oración, el deseo de encontrarnos con Dios.
La oración:
muestra el verdadero pulso de nuestro cristianismo.
la oración es la verdadera prueba de nuestro estado ante Dios.
Con ella comienza la religión genuina en el alma, cuando lo hace.
Es lo primero que decae y en lo que se retrocede cuando alguien se aparta de Dios.
Caminemos en los pasos de nuestro bendito Maestro en este aspecto así como en todos los demás.
Como Él, seamos diligentes en nuestras devociones personales. Sepamos lo que es apartarse a lugares solitarios a orar.
#Un hombre conforme a Dios, toma la decisión de servir junto a su casa a Dios. Ejercer el liderazgo por medio del ejemplos su familia
Josué 24:15 (RVR60): pero yo y mi casa serviremos a Jehová. Al menos Josué había hecho junto con los suyos su elección.
Qué cosa tan bendita para una familia, cuando los hombre de familia o padres hacen la confesión del versículo 15.
Este es el diseño de Dios , los padres construye por medio de la conducta en mentores de los suyos, y instruye a su hijos en el conocimiento de su creador.
Las relaciones de alta calidad se fundan en la sólida roca del compromiso, y no en las arenas movedizas de los sentimientos o emociones.
Dios nos llama a ser personas comprometidas, ante todo con él y luego con nuestras familia. Como gran líder de Israel, la vida entera de Josué estuvo marcada por el compromiso.
Pero hay unos dioses que que afectan a nuestra familia, nuestra compromiso como hombre conforme a Dios yo le voy a llamar:
los dioses del éxito, la posición y los bienes materiales; estos son amos crueles y jamás nos brindan la profunda satisfacción que prometen Dios en su palabra Solamente Dios es digno de nuestro compromiso total
La pureza del corazón es querer una sola cosa: pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
# Un hombre conforme a Dios es maestro de su familia
Deuteronomio 6:6–9 (RVR60): 6Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Que encontramos en el pasaje:
Un triple compromiso pedagógico:
1) hacia uno mismo («las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria… las atarás a tu muñeca como signo, serán en tu frente una señal»)
2) hacia los hijos («…se las inculcarás a tus hijos»);
3) hacia la comunidad («las escribirás… en tus portales»). Es obvio que el compromiso pedagógico se vuelca primordialmente al hogar.
Los versículos 7 y 9 colocan al hogar como el ambiente donde «estas palabras» son objeto de enseñanza y práctica.
Viendo así la educación cristiana, la enseñanza de los hijos está en relación directa con los padres.
Estos son los co-pastores más efectivos.
Así, la educación deja de ser una simple aseveración intelectual y llega a ser desarrollo de vida responsable, inculcadora de valores bíblicos, instrumento de disciplina a través de experiencias de amor.
Los padres se ven desafiados a ser cristianos maduros. Es una educación de vida para la vida.
La fe deja de ser una parte minúscula en el programa de vida del niño y llega a entenderse como la vida total.
Así, ser cristiano deja de ser el resultado de una aseveración intelectual, de la afirmación de un credo o de la participación dominical en un lugar establecido, para convertirse en un estilo de vida, una nueva vida, que se manifiesta con más genuinidad en las horas más seculares y profanas de la vida cotidiana.
Ser hombre conforme a Dios, es vivir sometidos al Señor, y sólo a él, las veinticuatro horas del día.
No hay nada más natural y más potente para que la vida de Cristo sea diseminada en la comunidad que por medio del testimonio fuerte y piadoso del hogar cristiano. Es una pieza en miniatura de la Iglesia plantada en cada vecindad, en cada manzana y en cada calle.
Por supuesto, las relaciones de la familia que Dios está formando están todavía en proceso de perfeccionamiento (Fil. 1:6). 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; ¡Dios no ha terminado aún!
La familia cristiana es el «laboratorio» donde Dios está formando al hombre nuevo. En el vaivén diario, viviendo, aprendiendo juntos, en familia, con la ayuda de Dios, viene la madurez en Cristo… y es un proceso (Ef. 4:13): hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo
Santiago 1:19–27 (RVR60): 19Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
26Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
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