Sardis: Una Buena Reputación, Apocalipsis 3:1-6
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Introducción:
Introducción:
¿Cómo quieres que te conozcan otras personas? ¿Cómo quieres que te recuerden cuando ya no estés?
¿Quisieras ser conocido como una persona aburrida sin mucho impacto, o prefieres ser conocido como una persona que infundió vida a toda situación?
Mucho de nuestro andar diario, y decisiones que tomamos, es basado en lo que queremos que otros piensen de nosotros— nuestra reputación.
No hay nada malo con tener una buena reputación, incluso el mantener un buen testimonio es un requisito para los líderes en una iglesia, 1 Tim. 3:7, y es mandado a los cristianos en general, 1 Ped. 2:12.
También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
El problema de una buena reputación, o el peligro que amenaza la vida de un hijo de Dios y por ende, la iglesia, es cuando se concentra tanto en mantener en la superficie una buena reputación a la vista de los demás que se ignora cuidar la relación individual e integridad ante el Señor.
Este peligro lleva a una fe vacía e ineficaz, sin fruto, y lleno de hipocresía, y endurecido por el pecado oculto.
Con este enfoque en una buena reputación superficial se gloria uno mismo en lo que otros ven tanto que se genera un auto-confianza que deja otras áreas de su propia vida descuidadas, dejando lugar al enemigo que obre, ataque, y deje en pedazos esa vida y esa iglesia.
Apocalipsis 3:1–6 (RVR60)
Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Cada creyente puede luchar contra una reputación buena pero vacía al tomar a pecho el desafío que Cristo revela en las diferentes partes de Su mensaje a la iglesia de Sardis.
La Aprobación de Cristo, vs: 1a, 4.
La Aprobación de Cristo, vs: 1a, 4.
El Cristo que habla, vs: 1b.
Otra vez, Jesús se presenta en Su mensaje a la iglesia de Sardis con una característica de Su persona que se vio en la visión inicial de Juan en el primer capítulo— El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas.
Los siete espíritus de Dios apunta simbólicamente a la obra plena del Espíritu Santo (Ap. 1:4), y las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias (representativo de toda iglesia de Cristo) dando el mensaje de Jesús a las iglesias.
Al mencionar que los tiene (Ap. 1:16 especifica que los lleva en Su diestra), revela Su soberanía por sobre las iglesias, y también que Él es la fuente del mensaje a las iglesias.
“Cuando juntamos esta imagen, debemos ver que solo Jesús da vida a la iglesia por Su Espíritu y Su palabra, por lo que no hay absolutamente ningún lugar para el orgullo humano”.— Sánchez, Juan. Siete Peligros Que Enfrenta Su Iglesia. La Compañía del Buen Libro. Versión Kindle.
La iglesia al que habla, vs: 1a.
La ciudad de Sardis:
La ciudad de Sardis fue conocida en la antigüedad como “Sardis la inexpugnable” debido a la ubicación de su fortaleza militar, en un peñasco del Monte Tmolo, su acrópolis, o “ciudad alta”. La ciudad baja ascendía a esta fortaleza en tiempos de guerra.
La ciudad era el hogar de uno de los templos de Artemisa (Diana) más grandes de la región.
Únicamente conquistado dos veces en la historia en 547 a.C. (Persia) y 214 a.C. (Siria), porque sus enemigos se aprovecharon de los lados acantilados y desprotegidos de la ciudad. En un tercer caso, la conquista fue un terremoto en el año 17 d.C. que arrasó con la ciudad mientras sus habitantes dormían.
Históricamente, la ciudad de Sardis se gloriaba en su impregnabilidad, pero fue su descuido y su auto-confianza arrogante que llevo a su destrucción total.
Fotos de ruinas de Sardis
Hoy, sólo hay ruinas de una ciudad alguna vez tan fuerte.
La aprobación de la iglesia, vs: 4:
Lo único bueno que Jesús puede decir de esta iglesia se encuentra en el vs: 4, cambiando el formato usual de las proclamaciones debido a la seriedad de la acusación en contra que veremos en seguida.
Hay algunos cristianos en Sardis que han sido fieles al Señor, a pesar que la iglesia en general no lo ha hecho. No se han profanado como los demás.
Cristo los reconoce y les promete la recompensa de vestiduras blancas, un símbolo externo de su pureza interna.
La gente de Sardis hubieran entendido bien esta referencia porque la ciudad también tenía una gran industria textil, reclamando ser el primero en descubrir como teñir la lana.
Los pocos cristianos son dignos de ser reconocidos y acompañados por Cristo porque le han sido fiel a pesar que otros de su misma iglesia no han sido fieles al Señor.
Ilustración: La Aprobación de Cristo
“Sirviendo aunque eres el único. Así como nuestro Padre hace florecer muchas flores invisibles en el desierto solitario, [hagamos] todo lo que podamos hacer, como bajo la mirada de Dios, aunque ningún otro ojo se dé cuenta de ello”. — Hudson Taylor, misionero a la China.
“Cuando dejé Inglaterra, mi esperanza en la conversión de la India era muy fuerte; pero entre tantos obstáculos, moriría, a menos que Dios la sostuviera. Bueno, yo tengo a Dios, y Su Palabra es verdad. Aunque las supersticiones de los paganos fueran mil veces más fuertes que ellos, y el ejemplo de los europeos mil veces peor; aunque fuera abandonado por todos y perseguido por todos, sin embargo, mi fe, fijada en la Palabra segura, se elevaría por encima de todas las obstrucciones y vencería cada prueba. La causa de Dios triunfará. (William Carey, citado en Iain Murray, The Puritan Hope, Banner of Truth 1971, p 140.)” — Guillermo Carey, misionero a la India.
Aplicación: La Aprobación de Cristo
Sirviendo al Señor cuando eres el único.
La Acusación de Cristo, vs: 1b.
La Acusación de Cristo, vs: 1b.
Jesús comienza con la declaración del conocimiento profundo de la iglesia de Sardis— Yo conozco tus obras.
Les reclama que, aunque tienen nombre de estar vivo, es decir, tienen una reputación de ser una buena iglesia a la superficie, a la vista de los demás. Sin embargo, en realidad, están muertos por dentro.
Es evidente que el enfoque es la reputación superficial de la iglesia por el uso repetido del término nombre, que lleva el sentido de reputación (Ap. 3:1, 4, 5).
Apocalipsis 3:1b, 4, 5b (RVR60)
… que tienes nombre de que vives, y estás muerto… Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras… y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre…
Es similar a la acusación de Jesús a los fariseos por su enfoque hipócrita en una justicia externa mientras ignoraban su pecado interno, Mat. 23:27.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
La auto-confianza y el enfoque en una justicia y piedad externa crea un descuido interno que permite entrar actitudes pecaminosas.
“Para algunos, la iglesia que está «viva» es la iglesia «relevante»; esa con un sitio web perfecto, el ambiente cálido y acogedor, con un buen café de bienvenida. Ahora, aquellos que son «espirituales» se ríen de eso porque saben que la «vida» en una iglesia se evidencia en la música animada, la repetición dinámica de las letras, las manos levantadas, las velas, o la iluminación de ambiente. Pero no nos olvidemos de los «superespirituales». Ellos ven la «vida» en la pureza doctrinal de una iglesia y en la predicación llena del Espíritu. Existen muchas razones por las cuales podemos estar seguros de que nuestra iglesia está viva, no como esas otras. Y, ya sea de manera consciente o no, todos estamos tratando de construir la «marca» de nuestra iglesia.
“No me malinterpretes. Es correcto querer presenciar un crecimiento en nuestras iglesias y ver personas incrédulas profesar la fe en Cristo e incorporarse a la membresía. Queremos aumentar nuestra generosidad para el progreso del evangelio. Queremos ver a nuestros miembros servir en la iglesia y en la comunidad. Queremos influir en el mundo con el evangelio. Queremos que nuestra adoración colectiva exalte a Cristo y esté llena del Espíritu. Queremos tener la doctrina correcta. Estos buenos deseos no son el problema. El problema es confiar en que estas cosas van a darnos vida o confiar en que estamos «vivos» como iglesia solo porque las estamos haciendo”.
— Juan Sanchez. 7 Amenazas Que Enfrenta Tu Iglesia.
Para la vida individual del cristiano, este enfoque superficial se expresa de manera que siempre están presentando una buena imagen. Nunca hay problemas familiares a la vista, nunca están sobrecargados, nunca tiene conflictos con sus cónyuges, nunca luchan con actitudes o comportamientos pecaminosos, siempre tienen la respuesta correcta a todo, y esperan lo mismo de los demás.
Esto produce una aspereza e intolerancia hacia el pecado visible de otros en lugar de practicar gracia, misericordia, y perdón. Presentan su propia expectativa de comportamiento al cual otros deben alcanzar, en lugar de rebajarse a ayudar a otros crecer a las expectativas de Dios para sus vidas.
Esto produce una vida legalista que se pierde de la gracia del evangelio, que busca esconder sus propias debilidades y faltas para no ser visto por los demás, dando lugar al endurecimiento del mismo pecado en sus propias vidas:
Ilustración: La Acusación de Cristo
7 Pasos para convertirse en un verdadero legalista:
1- Inventar reglas que no están en la Biblia.
2- Esforzarte por cumplir esas reglas.
3- Castigarte a ti mismo cuando no las cumplas.
4- Enorgullecerte de ti mismo cuando las obedezcas.
5- Constituirte a ti mismo como juez de los demás.
6- Enojarte con aquellos que rompen tu reglas o que tengan reglas diferentes a las tuyas.
7- Golpea a los perdedores.
Foto: Manzana podrida adentro
Aplicación: La Acusación de Cristo
La Amonestación de Cristo, vs: 2, 5.
La Amonestación de Cristo, vs: 2, 5.
Despierten- (Sé o manténganse vigilantes) Debían estar en alerta, en lugar de estar espiritualmente adormecidos. Es el mismo mandato de Jesús les da a Sus discípulos en Mat. 26:41.
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Afirmen- (Afirma las otros cosas que están para morir) Jesús les estaba diciendo que no están completamente muertas aún, y que podían reavivar la iglesia, era todavía “rescatable”. Nos debe enfocar en dos aspectos importantes de la vida cristiana:
Cuando Jesús dice que una iglesia está muerta, pero aún dice que se puede reavivar, nunca podemos decir declarar que uno ya está demasiado lejos como para cambiar.
Nunca estamos más allá de la obra de Dios en nuestras propias vidas, sólo se trata de arrepentirnos y volver a Él.
Se trata de buscar tener obras “perfectas” ante Él. Este término no significa completamente justas, sino completas. Debe haber actividad, pero no vacía, no con el motivo de impresionar a los demás o esconder alguna falta, sino con un corazón puro que busca agradar al Señor en todo, 2 Tim. 2:22.
Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.
Recuerden- (Acuérdate… de lo que has recibido y oído) Debían también volver a lo básico del evangelio de Cristo, la misericordia inmedible y la gracia inmerecida de Dios. Debían recordar lo fundamental de la enseñanza que habían recibido, Ef. 4:20-21.
Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
Guarden- (Guárdalo) No sólo debían recordar lo fundamental del evangelio y la vida en Cristo, sino que debían practicarlo. Habían sido enseñados a vivir para el Señor debido al evangelio que los salvó, ahora a ponerlo en práctica, Sant. 1:22-25.
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Arrepienten- (Arrepiéntete) Jesús les declara que aún puede cambiar su rumbo.
Debemos dejar de pensar que podemos producir «vida» en la iglesia por nuestra propia fuerza, creatividad y capacidad de programar. En vez de orgullo, deberíamos cultivar humildad. En vez de jactarnos, deberíamos dar gracias por la vida que tenemos en Cristo por Su palabra y Su Espíritu.— Juan Sánchez. 7 Amenazas Que Enfrenta Tu Iglesia.
Si no lo hacen (vs: 3b), vendrá Su juicio repentino sobre ellos. El venir “como ladrón en la noche” fue una referencia que les hubiera impactado fuertemente porque la ciudad misma en su pasado había experimentado la sorpresa del saqueo por enemigos y un terremoto mientras dormían.
Es muy probable que Jesús aquí no esté hablando sobre el juicio final, sino de una visita de juicio sobre la iglesia de Sardis en la cual Él quita su candelero. A veces el juicio de Jesús parece tardar en llegar, pero debemos recordar que vendrá. La buena noticia es que, mientras se mantenga el llamado al arrepentimiento, tenemos esperanza. No importa cuán enferma pueda estar nuestra iglesia, Cristo puede darle vida a través del evangelio.— Juan Sánchez, 7 Amenazas Que Enfrenta Tu Iglesia.
Si se arrepientan, también serán recompensados con las “vestiduras blancas”, el símbolo externo de su pureza y dignidad interna.
La frase jamás borraré su nombre del libro de la vida (vs: 5) no significa que la salvación se puede perder, sino que afirma que aquellos quienes no se arrepienten demuestran por su desobediencia que nunca eran cristianos genuinos. Es una advertencia más que una afirmación, similar a Mat. 7:21-23.
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
No obstante, aquellos que son fieles deben ver esta promesa como una garantía de que Jesús, quien les dio vida por Su palabra y Su Espíritu, se asegurará de que perseveren hasta el fin. Si recordamos el evangelio y lo obedecemos, no tenemos motivos para temer que nuestro nombre sea borrado del libro de la vida.— Juan Sánchez, 7 Amenazas Que Enfrenta Tu Iglesia.
Jesús mismo dará testimonio de los fieles ante Su Padre y los ángeles, Mat. 10:32.
A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Ilustración: La Amonestación de Cristo
Una carta abierta a la iglesia evangélica,
Soy un seguidor de Jesús, pero no por ti.
Verás, crecí entre tus cuatro paredes. Mi familia nunca se perdió de un domingo. Usé los vestidos largos y nunca me corté el pelo. Me aseguré de siempre sonreír y nunca quejarme. Me mantuve alejado de los extraños. Me protegí de cualquier indicio del mundo.
Pero cuando llegué a la edad adulta, ahogándome bajo el peso aplastante de la enseñanza basada en el miedo que me diste, me di cuenta de que no sabía quién era Jesús.
Verás, pasaste 25 años diciéndome cómo actuar como cristiano, pero nunca me enseñaste acerca de Jesús.
Me enseñaste que solo los cristianos VERDADEROS practican el cortejo y reservan su primer beso para el matrimonio.
Solo las cristianas VERDADERAS se cubren la cabeza y se aseguraron de que sus rodillas y hombros nunca estuvieran expuestos.
Solo los cristianos VERDADEROS evitaban la música rock y los tatuajes.
Solo los cristianos VERDADEROS leen su Biblia todos los días y reparten folletos evangelísticos tres veces por semana.
Solo los cristianos VERDADEROS nunca se divorcian.
Me enseñaste todo sobre la ira de Dios: cómo si me saliera de la raya, Él se apresuraría a castigarme. Enfermedad grave, violación, ruina financiera…
Y ahora, años más tarde, después de intentar y luego no poder seguir todas tus reglas casi me lleva a perder mi fe por completo, escucho a otros incontables hacer las mismas preguntas con las que luché una vez.
¿Por qué fracasan nuestros matrimonios, a pesar de practicar un cortejo “a prueba de fallas”?
¿Por qué uno de cada cuatro de nosotros somos abusados sexualmente, a pesar de seguir tu mensaje de modestia?
¿Por qué continúas protegiendo a los abusadores en nuestras vidas, mientras nos evitas a nosotros que nos atrevemos a sacar a la luz sus malas acciones?
¿Por qué todavía estamos plagados de enfermedades crónicas a pesar de decir innumerables oraciones?
¿Por qué a menudo experimentamos mucho menos amor en el cuerpo de Cristo que en la comunidad no creyente que nos rodea?
Tus miembros que alguna vez fueron fieles están clamando.
"¿Qué pasa con nosotros?" "¿Ahora que?"
Nos enseñaste reglas legalistas en lugar del Evangelio.
Nos enseñaste la esclavitud en lugar de la libertad.
Nos protegiste del mismo mundo al que Jesús ordena a sus seguidores que vayan.
Al sembrar el miedo en nuestras mentes, no nos señalaste a Jesús.
No.
La tragedia, querida Iglesia, no es que la gente se esté yendo de la Iglesia en masa.
La verdadera tragedia es que al privar atsu pueblo del verdadero mensaje del Evangelio, ha herido casi fatalmente a tus seguidores una vez más devotos, y luego nos has dejado sin nadie a quien recurrir, porque nos dices que Jesús no quiere ver nuestro desorden.
El verdadero mensaje del Evangelio debe incluir a las personas quebrantadas, pero tu estás demasiado preocupado por las apariencias para permitir que las personas fueran quebrantadas.
Estabas demasiado preocupado por proteger a los lobos que te olvidaste de defender a tus ovejas.
Pero afortunadamente, incluso cuando nos repudiaste, Jesús no lo hizo.
Incluso cuando me evitaste, Jesús no lo hizo.
Cuando me dijiste que, debido a mi historial de abuso sexual, yo era como un caramelo ya masticado y ningún hombre me querría, Jesús me dijo que mi valor no estaba definido por mi historial sexual.
Cuando me dijiste que mi enfermedad crónica era el resultado de no perdonar a mi abusador, Jesús me consoló y me dijo que la reacción natural de mi cuerpo al abuso no era pecado.
Cuando me dijiste que yo era la causa de la lujuria de un hombre, Jesús me dijo que yo no era responsable de las elecciones de otra persona.
Cuando me dijiste que la depresión era evidencia de falta de fe, Jesús me sostuvo aún más y me aseguró que nada podría separarme de Su amor.
Cuando me dijiste que “Dios odia el divorcio”, Jesús me dijo que odia aún más el abuso que obliga a las víctimas a huir a un lugar seguro.
Cuando me dijiste que necesitamos proteger el nombre del cristianismo escondiendo los escándalos, Jesús me dijo que Él puede defender Su propio nombre y expondrá cualquier oscuridad.
Cuando me dijiste que me mantuviera dulce, Jesús me dijo que comenzara a tirar las mesas.
Así que ya ves, Iglesia, es posible que me hayas fallado, pero Jesús no lo hizo.
Puede que me hayas rechazado cuando comencé a hacer preguntas, pero Jesús nunca me dejó.
Entonces te pregunto, Iglesia, ¿te apartarás de tu piedad blanqueada?
¿Estás dispuesto a expulsar a los lobos en tus bancos y púlpitos a quienes les has dado santuario y ofrecer justicia y misericordia a los sobrevivientes?
¿Estás dispuesto a tomar una posición por los oprimidos, por los vulnerables y por los abusados?
¿Está dispuesto a ver a los discapacitados en su comunidad como iguales portadores de la imagen de Cristo?
¿Estás dispuesto a dejar atrás las cadenas del legalismo y predicar la libertad radical del Cristo resucitado?
¿Estás dispuesto a terminar con el engaño de las promesas llamativas y vacías y, en cambio, consolar a las personas en medio de su pena y dolor tan crudo y real?
¿Estás dispuesto a empezar a seguir a Jesús?
Porque hasta que estés dispuesto, encontrarás más y más bancos vacíos.
No porque tus feligreses abandonaron la fe.
Sino porque fueron en busca de esperanza afuera de tus muros, y finalmente encontraron a Jesús.
~Emily Elizabeth Anderson
Aplicación: La Amonestación de Cristo
Una iglesia puede tener un buen nombre en la comunidad por varias razones; pero ora para que tu iglesia no sea conocida por su tamaño, su presupuesto o sus instalaciones, ni por el impacto en su comunidad o por su influencia política, ni por su estilo de música o su grupo de alabanza, ni por su sitio web o su café, ni siquiera por tener la doctrina correcta o predicaciones geniales, sino por aferrarse a Cristo, recordar Su evangelio y obedecer Su palabra. Demasiadas iglesias han luchado con fervor por lograr un nombre reconocido, pero no han apreciado el evangelio. Lamentablemente, algunas de esas iglesias ya no existen, y las instalaciones en las que se reunían ahora son bares, mezquitas, centros comunitarios o viviendas.
Cuando el Cristo resucitado evalúe tu iglesia, ¿qué dirá? Si tu vida como iglesia está arraigada en el evangelio y en el Espíritu que dan vida, entonces, independientemente de la etiqueta que el mundo te coloque, Jesús asegurará:
El mundo puede declararte muerta, ¡pero tú estás viva!
— Juan Sánchez, 7 Amenazas Que Enfrenta Tu Iglesia.