Viviendo como parte de la sociedad.
1 Necesitamos el amor. Romanos 13.8-10
2 Necesitamos entender el tiempo Romanos 13:11-12
3 Necesitamos vestirnos de Jesucristo Romanos 13.13-14
Es interesante fijarse en los seis pecados que selecciona Pablo como, digamos, típicos de la vida sin Cristo.
(i) Está la jarana (kômos). Es una palabra muy interesante. En un principio kômos designaba a la banda de amigos que acompañaban hasta su casa a un vencedor en los juegos, cantando sus alabanzas y celebrando su triunfo. Luego llegó a significar una banda de gamberros que recorrían las calles de la ciudad de noche armando jaleo. Describe la clase de jarana que deshonra a los que participan en ella y molesta a todos los demás.
(ii) Está la borrachera (methê). Los griegos la consideraban de lo más desagradable. Eran un pueblo que bebía vino. Hasta los niños lo bebían. Llamaban al desayuno akratisma, que consistía en una rebanada de pan mojada en vino. Pero, con todo y con eso, la borrachera les parecía algo vergonzoso; porque bebían el vino bastante diluido, y lo bebían porque el agua no siempre era más inofensiva. Este era un vicio que no solo los cristianos, sino también los paganos respetables despreciaban.
(iii) Estaba la inmoralidad (koitê). Koitê quiere decir literalmente cama, y suele tener el sentido de una cama prohibida o deshonrosa. Este era un pecado característico del paganismo. La palabra sugiere la actitud del que no da ningún valor a la fidelidad, y que busca el placer donde y cuando quiere.
(iv) Está la desvergüenza (asélgueia). Asélgueia es una de las palabras más feas de la lengua griega. No describe simplemente la inmoralidad, sino al que ha perdido totalmente la vergüenza. La mayor parte de la gente trata de ocultar sus malas acciones; pero no el hombre que se ha vendido a la asélgueia. A ese no le importa que le vean, ni la clase de espectáculo que es, ni lo que la gente piense de él. asélgueia es la cualidad del que se atreve a hacer públicamente lo que sería vergonzoso para cualquiera de sus semejantes.
(v) Está la rivalidad (eris). Eris es el espíritu que nace de la competencia desembocada y despiadada. Viene del ansia de posición y poder y prestigio, y del odio a que le sobrepasen. Es esencialmente el pecado que coloca el yo por delante, y es por tanto la negación total del amor cristiano.
(vi) Está la envidia (zêlos). Zêlos no tiene que ser una palabra mala. En español tiene sentidos contrarios según se use en singular —celo— o en plural —celos—. Puede describir la noble emulación del que, tan pronto se encuentra ante la nobleza de carácter, desea alcanzarla. Pero también puede querer decir la envidia que resiente la nobleza y la preeminencia de otro. Aquí describe el espíritu que no se da por satisfecho con lo que tiene, y que mira con envidia todo lo que obtienen los demás merecidamente.