Sermón del Monte: Adulterio y divorcio

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Introducción

El matrimonio es una institución divina y no humana. Por lo tanto, tal como lo Cristo: “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mt. 19:6). El matrimonio es una unión pactada (Mal. 2:14). Es establecido con un mutuo consentimiento y voluntariedad entre los dos esposos delante de Dios, siendo él el garante del pacto y testigo de cargo contra quien lo quebrante. La deslealtad matrimonial es condenada por Dios (Mal 2:15).
Cita Bíblica: Mateo 5:27-32

I. Causas para el adulterio 27-30

El adulterio nunca es algo involuntario, es un pecado que se comete voluntariamente. Todas las personas que en algún momento cometieron adulterio lo hicieron porque quisieron, no porque no lo desearon. Así que el mandato fue “No deseen cometer adulterio” esto explica el sentido correcto del mandato. Los fariseos y escribas entendían este mandamiento en la ley como un “No llevarás al acto el deseo de cometer adulterio”. Es de esta manera que Cristo comenzará a enseñar el verdadero mensaje del mandamiento. El verdadero alcance del mandamiento.
Mirar con codicia
El alcance del mandamiento no era como los fariseos y escribas enseñaban, que sólo la consumación del acto era considerado un el quebrantamiento de la ley, sino que tanto la consumación del acto y la mirada codiciosa hacia una mujer ya se constituía en el quebrantamiento de la ley.
¿Qué tiene de malo mirar? El testimonio de Job es un bofetón para cada persona que piensas eso, “Qué tiene de malo”. Job era alguien recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1) era alguien que había hecho pacto con sus ojos de no mirar a una virgen. Las consecuencias las tenía claras Job (Job 31:9-11)
El pecado del adulterio comienza por una mirada codiciosa, como fue en el caso de David con Betsabé (1 S 11:2). El pecado no está en mirar una mujer, la pecaminosidad está en la mirada puesta en ella para codiciarla.
Para el pecado del adulterio se requiere una acción decidida. La expresión mencionada en el verso 29 es para dar el énfasis de lo drástica y decidida que debe ser la acción que hemos de realizar para dejar de cometer el pecado de codicia y adulterio. No se trata de la mutilación del miembro, sino del control que debe ejercerse sobre el mismo.
Tocar para concebir el pecado
La mirada puesta en la mujer pronto llevará al acto mismo del adulterio. El ojo es el que codicia y la mano es el que ejecuta el deseo codicioso (Eva, David (2 S. 11:2, 4).
La santidad en la vida matrimonial y en la soltería no es una opción sino la forma natural de vida para el creyente regenerado.

II. Consecuencia optativa del adulterio 31-32

El adulterio producía un estado de inmundicia y contaminación entre los adúlteros (Lv. 18:20). Este pecado afecta varias áreas de la vida matrimonial: a) Es un pecado contra el pacto de matrimonio. b) Es un pecado contra el voto matrimonial. c) Es un pecado contra la relación del matrimonio.
En el contexto habían sido enseñados equivocadamente sobre el matrimonio, tenían la idea que el marido podría despedir de casa a la mujer por cualquier razón que no le agradara.
Se debe tener presente que el matrimonio es una institución indisoluble según el propósito y pensamiento de Dios (Gn 2:24; Mr. 10:9).
Las consecuencias de realizar un divorcio de manera ilícita son graves. el que se casa con la repudiada y la repudiada cometen adulterio. Cuando cualquiera se divorciaba por motivos leves ser consideraba ilícito y así se mantenía el vínculo matrimonial.

Aplicaciones

Toda rotura matrimonial es una acción contraria a la voluntad de Dios (Mt. 19:6).
El nuevo nacimiento le ha dado al cristiano un nuevo corazón (Ez 36:26), ya no tiene un corazón duro, por lo tanto, no busca la separación, sino la solución ante la separación dejando el corazón duro.
Cuando se produce un divorcio es que ya hay en la mente del causante de la separación otra mujer u hombre. Dios es juez para quien rompa el vínculo matrimonial.
Si eres una de las persona que después de haberte divorciado te diste cuenta que tomaste parte en que todo eso suceda, se sincero contigo mismo, arrepiéntete de eso y busca la ayuda para crecer en el Señor. Hay perdón para ti, hay gracia para ti. No que Dios valide la disolución del matrimonio, sino que es tan grande en misericordia que te puede renovar.
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