Sujeción y Disciplina

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Según las Escrituras, existe un canto que es mejor que todos, que nadie puede aprender, sino ciertas personas que se relacionan con el Cordero de Dios. La razón es que ese canto es más que una letra con música; debe vivirse, debe llegar a ser una experiencia en nosotros. La Biblia misma nos da su nombre y ha dedicado un libro completo para describirlo: El Cantar de los Cantares. Este canto habla de la relación íntima de amor de Cristo con Su Esposa. Aquellos que lo conozcan y que lo vivan serán los que lleguen ha tener la experiencia de recibir lo mejor de Dios para el hombre.

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Una nueva visión – Sujeción y Disciplina
Domingo 05 de Febrero 2023 - Iglesias Bethel El Naranjo, Transmisión Bethel La Paz & Senda Antigua
LECCIÓN 05
ORACIÓN
“Háblanos Tus Palabras Cristo. Enséñanos a este hora. Queremos hacerte oír nuestra voz, haznos oír Tu voz, porque dulce es la voz tuya y hermosas Tus Palabras. Amén.”
—repaso de mejores son tus amores que el vino y más.
1- Versos 1:5-11 – Sujeción y Disciplina
A- El descuido de nuestra viña
1- El conflicto de las dos naturalezas
Cantares 1:5 dice:
“5 Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable
Como las tiendas de Cedar,
Como las cortinas de Salomón.”
Después de estar en las cámaras reales, es interesante lo que la amada del Rey expresa: “Soy morena, pero codiciable”.
La palabra “morena” quiere decir literalmente “negra”.
La raíz hebrea de dicha palabra se utiliza en el siguiente pasaje:
Job 30:30 dice:
“30 Mi piel se ha ennegrecido y se me cae,
Y mis huesos arden de calor.”
En este contexto es obvio que la negrura no expresa algo deseable.
En lo espiritual la meta no es ser negros o morenos, sino ser emblanquecidos y purificados.
Esto se confirma al descubrir por qué razón ella es morena.
Cantares 1:6 dice:
“6 No reparéis en que soy morena,
Porque el sol me miró.
Los hijos de mi madre se airaron contra mí;
Me pusieron a guardar las viñas;
Y mi viña, que era mía, no guardé.”
Ella era morena debido al sol.
El pasaje que acabamos de leer en Cantares 1:6, el sol no habla de Cristo, sino de lo que el mismo Salomón explica en el libro de Eclesiastés 1:3:
“3¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?”
En este contexto, el sol se relaciona con el trabajo o el afán diario, obras no guiadas por el Espíritu Santo.
Por eso él repite mucho en el libro de Eclesiastés: Todo es vanidad.
Las obras de la carne, el poner los ojos en este mundo y en esta vida, es vanidad de vanidades.
De manera que ella dice que es morena, pero codiciable.
Ambos conceptos son tan opuestos como lo son las tiendas de Cedar y las cortinas de Salomón.
Cedar es un hijo de Ismael (como lo dice Génesis 25:13: “13estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam,”).
El Salmo 120:5-7 relaciona las tiendas o moradas de Cedar con pleitos y guerras:
“5 ¡Ay de mí, que moro en Mesec,
Y habito entre las tiendas de Cedar!
6 Mucho tiempo ha morado mi alma
Con los que aborrecen la paz.
7 Yo soy pacífico;
Mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.”
Por otro lado, las cortinas o tiendas de Salomón nos hablan de paz, pues Salomón quiere decir pacífico.
Así que aquí hay dos parejas de conceptos opuestos: Morena pero codiciable, y con guerras pero apacible.
¿Por qué?
Porque el creyente posee dos naturalezas que son completamente opuestas: la naturaleza de Ismael, la carne, y la naturaleza del Rey Salomón, Cristo.
2- El problema con nuestra viña
Miremos de nuevo Cantares 1:6:
“6 No reparéis en que soy morena,
Porque el sol me miró.
Los hijos de mi madre se airaron contra mí;
Me pusieron a guardar las viñas;
Y mi viña, que era mía, no guardé.”
Ya hemos visto que las viñas hablan del lugar de la relación íntima con Cristo, donde le damos nuestro amor a Él, como lo dice Cantares 7:12, que ya hemos visto:
“12 Levantémonos de mañana a las viñas;
Veamos si brotan las vides, si están en cierne,
Si han florecido los granados;
Allí te daré mis amores.”
Pero las viñas también hablan de un lugar de ministerio.
Miremos como dice Jeremías 12:10:
“10Muchos pastores han destruido mi viña, hollaron mi heredad, convirtieron en desierto y soledad mi heredad preciosa.”
La viña es el lugar del ministerio de los pastores, o, en otras palabras, representa también a las iglesias.
Entendiendo esto, la aplicación espiritual de Cantares 1:6 se vuelve muy clara.
Ella dice que los hijos de su madre se airaron contra ella y la pusieron a guardar o a cuidar viñas o iglesias.
Mientras tanto, su propia viña, la relación íntima con Cristo, donde ella le da sus amores, la descuidó y perdió su primer amor.
¿No es esto lo que sucede con frecuencia en las iglesias?
Si una persona es salvada por el Señor, ella puede pasar muchos años en la banca y pasar desapercibida.
Pero si el Señor la atrae a las cámaras reales y la gente se da cuenta que esa persona ha estado con Jesús, los líderes cristianos pronto desean ponerla a ministrar o hasta pastorear una iglesia: “Él tiene el llamado de Dios sobre su vida; necesita pastorear lo antes posible en las viñas del Señor”.
De pronto, un creyente recién nacido, o que tiene dos o tres años de ser cristiano, es vuelto pastor de la noche a la mañana.
¡Qué locura! ¡Qué ceguera! ¿Quién entregaría una empresa importante en las manos de un bebé o un niño de 3 años? Nadie.
Sin embargo, esto se hace en la iglesia por la ceguera espiritual que existe en el pueblo de Dios.
¿Cuál es el resultado de esto?
Los pastores recién nacidos mueren en lo espiritual.
Pronto ellos se dan cuenta que ya no tienen más mensajes que compartir con el rebaño.
Notemos que los líderes que envían a un creyente en tal situación, no le están mostrando amor ni aprecio a dicho hermano.
La expresión del espíritu en el verso 6 es: “Se airaron contra mí”.
Para el Señor, esa clase de decisiones es un ejemplo de ira y de juicio, en vez de amor.
Cantares 1:7 dice:
“7 Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,
Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;
Pues ¿por qué había de estar yo como errante
Junto a los rebaños de tus compañeros?”
La actitud que se refleja en este pasaje es la siguiente: “Ya basta de iglesias. Señor, no quiero someterme a nadie más. No voy a seguir a ningún hombre, sino solamente a Ti. Muéstrame dónde estás Tú y dónde puedo estar contigo. Ya no creo en la cobertura, ni en la sujeción. Voy a someterme directamente al Señor, quien es mi único Pastor y mi único Rey”.
3- La respuesta del Señor que resuelve este problema
Ella dice: “Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía”.
Ella no ha olvidado Su amor.
Ella quiere saber dónde apacienta porque su alma aún lo ama ardientemente.
La referencia a sestear al mediodía (que habla del calor de la batalla o la hora de la lucha) indica que ella quiere descansar en el Señor y echar su carga sobre Él.
Sin embargo, no sabe dónde está Él ni cómo encontrarlo.
Un recién nacido no sabe eso, aunque haya pastoreado 2 o 3 años.
El Señor tiene la respuesta para alguien que ha estado en esa situación.
Cantares 1:8 dice:
“8 Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,
Ve, sigue las huellas del rebaño,
Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.”
La respuesta del Señor es que si no sabemos dónde apacienta Él, no estamos listos ni siquiera para seguir las huellas de los pastores; entonces debemos seguir las huellas del rebaño.
¡Qué humillación! Ella ni siquiera quería seguir a los pastores, sino quería tener una comunicación directa con Dios.
En vez de eso, el Señor le dice que debe seguir a las ovejas.
Lo que sucede es que al seguir a ovejas que van más adelante que nosotros, estaremos siguiendo a las ovejas que van delante de ellas; estas últimas también siguen a otras que van más avanzadas, hasta que al final de la línea se encuentra el Pastor de las ovejas.
La sulamita, que representa a un hermano que ha guardado otras viñas y que era llamado pastor, después de llegar a la desesperación y de reconocer que es morena y una morada de Cedar, debe someterse a un rebaño y seguir al Señor.
Desafortunadamente, no son muchos los creyentes que quieren seguir ese consejo: “¡Yo no sigo a ningún hombre!”, es una expresión popular.
El Señor responde: “Está bien, entonces no vas a conocerme”.
Dios siempre ha levantado y utilizado hombres para librar y gobernar a Su pueblo.
Si no debemos seguir a alguien, ¿Por qué la Biblia nos llama ovejas con un pastor en varias Escrituras? Veremos unas de ellas:
Juan 10:14 dice:
“14Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,”
1 Pedro 5:1-4 dice:
“1Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada:
2Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;
3no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
4Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.”
Hebreos 13:17 dice:
“17Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”
También nos compara a un ejército, como en 2 Timoteo 2:1-4:
“1Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
2Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
3Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.
4Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.”
¿Será que en un ejército todos son generales o coroneles?
¿Acaso no hay soldados rasos, cabos y sargentos?
Si no queremos seguir a un hombre, y no estamos dispuestos a seguir sus instrucciones, tampoco vamos a crecer más allá de Cantares 1:7.
En este capítulo de Cantares se aprecian dos errores notables: El primero es involucrarse demasiado en la obra de la Iglesia; debido a eso ella se encuentra morena.
El segundo error es, al darnos cuenta del primero, cortar todo nexo con la iglesia.
Este error también puede tener una aplicación al trabajo secular.
¿En qué sentido?
Cuando alguien experimenta Cantares 1:4 (“4Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más que del vino; Con razón te aman.”), y tiene encuentros con el Señor en las cámaras reales, puede creer que ya es alguien bastante maduro en lo espiritual.
Entonces decide que Dios desea que de allí en adelante, se dedique a la búsqueda de cosas espirituales.
Así, renuncia de su empleo, y empieza a afrontar grandes penas económicas.
Entonces deja de buscar a Dios, y ni crece en lo espiritual ni tampoco trabaja.
Esto sucedió con un hermano que era gerente de una de las plantas principales de Chrysler, y que tenía un salario muy alto.
El Señor lo atrajo a las cámaras reales, y él llegó a la conclusión, sin pedir consejo, que era tiempo de renunciar de la empresa para buscar al Señor.
El resultado de eso fue que pasó casi 20 años en una pobreza terrible.
Creemos hermanos que un cristiano que en su estatura espiritual se encuentre en Cantares 1, no debe renunciar a su trabajo a menos que reciba una palabra muy clara de parte de Dios.
Como ejemplo de esto, menciono el caso de un pastor que en cierta etapa de su vida tenía que trabajar 14 horas al día debido a un negocio que manejaba.
Casi no tenía tiempo de estudiar ni de orar.
En ese tiempo solía decirle al Señor: “Señor, me alegraría mucho si me libraras de este negocio, porque así podría buscarte en oración y dedicaría ocho horas diarias a la búsqueda de Tu presencia”.
En eso el Señor le respondió: “Si tú pudieras buscarme ocho horas diarias, yo te quitaría del trabajo secular. El problema es que a la hora de la hora, no lo harías”.
El pastor reconoció que lo que el Señor le dijo era cierto y continuó trabajando hasta que fue el tiempo para cambiar de situación.
Necesitamos reconocer que si hemos pasado por las cámaras de amor del señor de Cantares 1, todavía no somos ningunos gigantes espirituales.
A menos que el Señor hable claramente de un cambio, si estamos en Cantares 1 y tenemos un empleo secular, trabajemos duro y sometámonos a una iglesia del Cuerpo de Cristo.
El ejemplo bíblico más claro de lo que estoy diciéndoles, es la vida misma de Jesús.
Cuando cumplió los 12 años, la Biblia dice que Él ya sabía que Dios era Su Padre, y que en los negocios de Su Padre debía estar.
Sin embargo, el camino que siguió de allí en adelante fue someterse a Sus padres hasta que llegó el momento indicado por Su Padre, esto está en Lucas 2:41-52, solo menciono el verso 51: “51Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.”).
Lo que sucedió con la su la mita por haber seguido el consejo de Dios se ve un poco más adelante en el capítulo 6 de Cantares.
Cantares 6:1-2 dice:
“1¿A dónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de todas las mujeres?
¿A dónde se apartó tu amado,
Y lo buscaremos contigo?
2Mi amado descendió a su huerto, a las eras de las especias,
Para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios.”
El creyente que sigue Su consejo llegará saber dónde está Él y cómo llegar hasta allí.
¿No quieres llegar a saber cómo ser apacentado por Él? Sigue Su camino.
B- Los resultados de someterse al Señor
1- Recibir la gracia de Dios
El consejo del Rey para la sulamita fue seguir las huellas del rebaño.
Indudablemente eso implica humillarse.
Creemos hermanos que la razón por la cual el Señor hace eso es porque al humillarnos Él puede darnos Su gracia para seguir adelante.
El mismo Señor se sometió a dos ovejitas débiles, como lo eran José y María.
Después de indicar que Jesús se sometió a Sus padres, la Biblia declara que Él crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
Como lo dice Juan 2:51-52:
“51Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
52Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.”
Estando sujeto a José y María, Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
2- Desarrolla sujeción verdadera
Si el pastor general o nuestro jefe inmediato nos pide algo, generalmente no hay ningún problema en responderles correctamente.
Pero cuesta decirle a otra oveja que nos esté supervisando: “Si hermano, lo que tú digas”.
Esto únicamente se logra a través de aprender a someternos sin fingimiento.
3- Nos enseña acerca de la soberanía de Dios
Algo que se aprende en el transcurso de la sumisión, es que el Señor puede guiarnos a través de cualquier persona, siempre y cuando sea Su voluntad que esa persona tenga injerencia en nuestra vida.
Por ejemplo, en las iglesias grandes que siguen el patrón bíblico de organización, el cual nos es mostrado por Moisés, es imposible que el pastor general le dé una atención personal a cada oveja.
Por eso Moisés organizó jefes de 10, de 50, de 100 y de 1000.
De no haber hecho eso, no hubiera sobrevivido.
Al someternos a hermanos que nuestro pastor ha establecido, veremos que Dios va a hablarnos a través de ellos.
4- Desarrolla disciplina
Cuando nos encontramos bajo la dirección de otra persona aprendemos a obedecer y hacer disciplinados.
Veremos algo más acerca de esto en nuestro siguiente estudio o lección, en el siguiente culto.
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