Fe con vitamina-Adolescentes leccion 4
Notes
Transcript
FE CON VITAMINAS- Lección 4 - Guía para una clase con ADOLESCENTES (13-17 años)
No más rabietas / Santiago 4:1-6
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
APERTURA (10 minutos)
Esta actividad deberás prepararla una semana antes ya que tendrás que pedirles a todos los integrantes de tu grupo pequeño (célula) que lleven su refacción o bocadillo preferido para la siguiente semana. Cuando sea el día de hacer la actividad ten lista un canasto o manta donde todos puedan colocar su refacción y adrede coloca un menú de comida rápida favorito de tu grupo de adolescente, puede ser una pizza, hamburguesa, etc. Siempre habrá una persona que no lleve refacción, ya sea que no pudo o no estuvo en la reunión pasada o es invitado, por lo que tendrás que estar preparado con algunas refacciones extras para entregarles y así todos puedan participar. La actividad consiste en que cuando todos hayan colocado su merienda en la manta, lo más probable es que todos quieran el menú de comida que colocaste o tal vez otro de alguien del grupo que se vea bastante deseable. Lo que tendrás que hacer es darle la oportunidad a la persona que no trajo comida que escoja primero, el que más le guste. Lo más seguro es que escogerá lo que todos quieren y esto genera un poco de discusión y enfado.
Cuando todos terminen de tomar su merienda tienes que hacer estas preguntas al azar a los participantes.
1. ¿Cuál querías tomar tú?
2. ¿Por qué crees que la persona que no trajo ninguna merienda no merecía escoger primero?
3. ¿Te molestaste por ser de los últimos en escoger?
Puedes terminar diciendo algo como: Todos creemos que merecemos escoger primero, y cuando otro está antes de nosotros, siempre tendemos a juzgar e incluso increpar a la persona por alguna falla que encontremos en ella. Nunca nos ponemos a pensar que la personas que no trajo la merienda no pudo porque no tenía para comprar o prepararla, y solo apuntamos al hecho de que no cumplió con traer lo acordado y, por lo tanto, no merece tener lo mejor o lo que yo quería tener.
Tema (20 minutos)
La humildad depende de una verdadera fe. Santiago intenta describir que las contiendas con los cristianos ocurren muy seguido y que pueden ser muy amargas y severas. No necesariamente está hablando de un combate frente a frente, sino más de una lucha entre sí. Ningún cristiano guiado por el Espíritu de Dios puede vivir en guerra y enemistad con otras personas, esto puede suceder porque existen raíces de carnalidad. Muchos cristianos quieren justificar su actitud crítica y contenciosa poniendo a Dios como justificante de sus actos, haciendo referencia a que Él es el que los apoya e impulsa, pero Santiago deja muy claro que esta actitud contenciosa viene únicamente de sus propias pasiones, ya que El Espíritu de Dios no crea el deseo de actuar de esa forma. El escritor está haciendo referencia al sermón del monte, utilizando palabras como matar para hablar
de una condición del corazón, la cual se está exteriorizando por la raíz de ira en sus corazones. Todas las pasiones llevan al conflicto entre personas. El no tener lo que desean apunta a una vida guiada por las pasiones de este siglo, lo que dará como resultado el vivir infeliz, así como Spurgeon dijo: «Toda la historia de la humanidad muestra el fracaso de los malos deseos por obtener su objeto».
Es una locura tratar de vivir la vida detrás de la lujuria del mundo y nuestros apetitos carnales, ya que, aunque intentemos satisfacer estos deseos pecaminosos, nunca será suficiente. No tenemos lo que deseamos porque no pedimos, y cuando pedimos lo hacemos mal porque la vida de pecado nos lleva a pedir para nuestros deleites. Todo esto es un producto de nuestra falta de oración porque únicamente a través de ella es que podemos alcanzar las bendiciones que provienen de Dios. Cuando tenemos una vida de oración podemos darnos cuenta de que las demás cosas son innecesarias y Dios se ocupa de nuestras necesidades. El mundo está en rebelión en contra de Dios, por esta razón ser amigos del mundo es avalar el sistema de creencias que el mundo propone, desafiando la voluntad de Dios. Como Santiago lo escribe nos hace ver que no todo en la iglesia primitiva era de color de rosa; por lo mismo podemos decir que ni antes, ni hoy, ni mañana tendremos una iglesia perfecta. Sin duda alguna el Espíritu de Dios nos anhela, y así como un cónyuge puede sentir el dolor de la infidelidad cuando es traicionado, Santiago hace la analogía de que el Espíritu de Dios siente lo mismo cuando nuestros corazones aman al mundo.
Cierre
Todos los días somos influenciados por lo que miramos en redes sociales, y lo que comparten nuestros amigos y hermanos en la fe. Sin duda esto genera en nuestros corazones deseos pecaminosos y nos aleja del propósito de Dios para nuestras vidas. Debido a esto tenemos problemas entre nosotros como hermanos ya que codiciamos y envidiamos lo que otros tienen. Todo esto puede suceder a causa de nuestra falta de oración y porque hacemos amistad con el sistema de valores de este mundo, ignorando por completo que Dios nos anhela celosamente. La clave está en ser humildes. La Biblia dice que Dios da mayor gracia al humilde. Lo que quiere decir que a todos nos entrega una porción de gracia, pero los humildes adquieren un poco más, y por eso muchas veces hay personas que prosperan al ciento por uno y otros no pueden tener lo que desean, porque son soberbios y Dios los resiste. Oremos para que Dios nos ayude a vivir humildemente y a ponerlo como nuestra prioridad absoluta. Dediquen juntos un tiempo a la oración unos por otros.
Reflexión interactiva
Esta serie de preguntas y afirmaciones tiene el fin de ayudarte a generar conversaciones y motivar el interés de aprendizaje. Úsalas donde mejor te convenga para hacer el tiempo juntos más interactivo.
No más rabietas (Santiago 4:1-6)
1. ¿Crees que “el mal carácter” se aprende? ¿Se trae de nacimiento? ¿Se puede modificar?
2. ¿Consideras que la humildad es una debilidad o una fortaleza? ¿Por qué? ¿Puedes
mencionar ejemplos específicos?
3. ¿Qué te cuesta más? ¿Perdonar o pedir perdón? ¿Por qué?
4. ¿Crees que ceder es una señal de debilidad? Piensa en algunos ejemplos.
5. Cuando piensas en paz, ¿qué imágenes vienen a tu mente?
6. Del 1 al 10, ¿cuán insensible crees que es la sociedad a la violencia?
7. ¿Crees que es pecado enojarse? ¿Por qué?
8. ¿Crees que una persona orgullosa puede cambiar?
9. ¿Qué opinas acerca de la venganza? ¿Alguna vez te has vengado por algo que te han
hecho?
10. Para ti, ¿qué es la soberbia? ¿Cómo se manifiesta? ¿Cuán peligrosa es?
Devocional personal
Es demasiado común en nuestros días que los cristianos piensen que pueden mantener su fe mientras adoptan ideas falsas de ética, psicología y filosofía. Estas posiciones a medias e inconsistentes pueden mantenerse por un tiempo, pero la verdad es una, y eventualmente la posición cristiana debe adoptarse en su totalidad o perderse. El libro de Eclesiastés aborda uno de los problemas básicos de la filosofía: ¿cuál es el fin principal del hombre? Es decir, cuál es el fin último de la vida, el summum bonum. ¿Buscó realmente el placer al máximo, al encontrar “vanidad y aflicción de espíritu”? ¿O sólo consideró filosóficamente la búsqueda del placer como un espectáculo vano y vacío? Tal vez no podamos
decidir fácilmente esta cuestión, y no es necesario hacerlo para nuestros propósitos.
Como sea, el sabio autor de Eclesiastés se cansó de buscar la respuesta. Finalmente tuvo que reconocer que la felicidad verdadera se halla en un encuentro con el verdadero Dios. En vivir acorde a sus enseñanzas. En vivir una vida sencilla y humilde. En vivir con los ojos puestos en el más allá, la vida eterna, porque esta vida, es pasajera (“vana”).
Apártate, como lo solía hacer otro sabio (Daniel), en tu cuarto, y ruega a Dios sabiduría para que te ayude a controlar tus metas y emociones a fin de vivir una vida de verdadero placer delante de Él.