CORRIENDO PARA GANAR LA CARRERA.

Corriendo para ganar  •  Sermon  •  Submitted
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INTRODUCCIÓN:

Pablo en este capítulo 9 de la primera carta a los corintios,
Viene hablando de la libertad que los creyentes tenemos en cristo, tema que comienza en el capítulo 8, y finaliza hasta el capítulo 11.
Específicamente en el capítulo 9, Pablo una vez más habla de su propio ejemplo.
En los versículos 1-14, habla de los derechos que el tienen como apóstol pero de los cuales no hacía uso en muchas ocasiones para no ocasionar murmuraciones o problemas entre los hermanos débiles.
En los versículos 15 al 27, habla de las restricciones que tenía o se había puesto para poder seguir corriendo su propia carrera.
Luego en los capítulos 10 y 11, desencadena una serie de exhortaciones a la iglesia.
Nos vamos a enfocar en las restricciones que Pablo reconocía que debía ponerse para continuar su carrera en Cristo y verse como un ganador, es decir como un hombre exitoso. Dijimos que esto está contemplado en los versículos 15 al 27.
Ahora en el versículo 15, ilustra el principio de que el amor limita la libertad cristiana así como también su propia norma de no usar su derecho para recibir apoyo económico de aquellos que ministraba. Da dos razones de por qué rehusaba aceptar ese apoyo.
1. No quería perder su recompensa por predicar el evangelio gratuitamente (vv. 16–18).
2. La más importante razón, no quería que nada obstaculizara en absoluto la conversión de los perdidos mediante ese evangelio (vv. 19–27).
Ahora nos enfocaremos en loo versículos que leímos del 24 al 27.
La enseñanza de Pablo, está centrada en el dominio Propio y la autodisciplina que debe tener todo Creyente mientras corre.
Hermanos, no se puede correr la carrera con libertad sin dominio propio.
Dios nos ha llamado a libertad en Cristo y para ser ganadores, necesitamos aprender a correr sabiendo cómo vivir en esta libertad.
Vamos a ver TRES enseñanzas que Pablo da a la iglesia para que corran y sean ganadores que todos nosotros debemos aplicar a nuestras vidas.

I. CORRAN CON LA INTENSIÓN DE GANAR.(V. 24).

Al igual que Jesús cuando enseñaba por parábolas, utilizaba elementos que la gente conocía, así mismo usa elementos ilustra su enseñanza con algo que ya conocían como son las carreras. 1 Corintios 9:24
1 Corintios 9:24 RVR60
24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
Los griegos tenían dos grandes acontecimientos atléticos: los juegos olímpicos y los juegos ístmicos.
Los juegos ístmicos se celebraban en Corinto y eran, por tanto, sumamente familiares para los que Pablo estaba escribiendo.
Los participantes en los juegos tenían que demostrar que se habían entrenado rigurosamente durante diez meses. El último mes lo pasaban en Corinto, con ejercicios diarios supervisados en el gimnasio y en los campos de atletismo.
La carrera era siempre la atracción principal en los juegos, y es la figura que Pablo usa para ilustrar la vida cristiana fiel.
Pablo dice: “Los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio”
La intensión de Pablo es enfocar que nadie se entrena rigurosamente durante tanto tiempo(10 meses), sino tiene la intensión de ganar..
No obstante sólo uno ganaba.
Ahora veamos que interesante, a diferencia de esta carrera, en la carrera de la vida cristiana, todo cristiano que esté dispuesto a pagar el precio del entrenamiento cuidadoso puede ganar.
No competimos unos contra otros, sino contra los obstáculos — prácticos, físicos y espirituales— que nos pueden dificultar.
En otras palabra de acuerdo al contexto que ya establecimos, Cada cristiano corre su propia carrera y en esa carrera Dios nos capacita para ser un ganador de almas para Cristo.
Pablo por tanto dice: Corred de tal forma que lo obtengáis.
Pablo dice, deja a un lado todo lo que pueda dificultar la recepción del evangelio por aquellos que no creen aún.
Eso implica renunciar a todo lo nuestro, aunque pensemos que tenemos derecho.
Correr para ganar implica estar dispuesto a negar tus propias libertades.
Muchos Cristianos en Corinto limitaron seriamente su testimonio, porque no estaban dispuestos a limitar sus libertades , con ello, ganaron a pocos y ofendieron a muchos.
Hermanos, no debe ser así para nosotros.
Lo segundo que Pablo enseña a la iglesia es:

II. DEBEMOS APRENDER A ABSTENERNOS DE TODO.(V. 25).

1 Corintios 9:25 RVR60
25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Si el atleta de los juegos olímpicos e ístmicos se entrenaba con tan gran disciplina y de todo se abstiene, ¿por qué no lo pueden hacer los cristianos?, preguntaba Pablo.
Ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
En los juegos ístmicos el premio era una corona de laurel. Los participantes, por supuesto, competían por algo más que eso.
La corona representaba fama, reconocimiento y la vida de un héroe. Los ganadores eran inmortalizados, tanto como lo son hoy. Pero la “inmortalidad” era tan mortal como la corona misma, y duraba un poco más. Ambas eran corruptibles.
Ahora los Cristianos no corremos por una corona de laurel, que es perecedero, o por una fama de corta duración.
Los cristianos ya tenemos la inmortalidad y corremos por recibir una corona de Justicia , la cual nos dará el Señor Juez justos, en aquel día.
2 Timoteo 4:8 RVR60
8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Hermanos nuestra corono, nuestra herencia es incorruptible, incontaminada, e inmarcesible y está reservada en los cielos para nosotros, así lo enseña el apóstol Pedro:
1 Pedro 1:4 RVR60
4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
Hermano, pero lo incorruptible requiere que practiquemos el dominio propio, de la misma manera que lo corruptible.
Lograr ganar nuestra corona requiere disciplina, como la requiere un atleta que corre.
Déjeme decirle que ningún cristiano puede tener éxito en dar testimonio, ni en nada que valga la pena en esta vida, sin disciplina.
No podemos llegar a la meta y ganar, sin disciplina y dominio propio, esas son las claves del éxito, para poder abstenernos,de todo lo que nos rodea y nos asedia constantemente.
Si como atleta queremos triunfar en nuestra carrera tenemos que abstenernos de forma voluntaria y fuerte en nuestra libertad.
La disciplina y dominio propio de los atletas son una reprensión para los cristianos a medias y fuera de forma que no hacen nada para prepararse a sí mismos con el fin de dar testimonio a los perdidos, y en consecuencia rara vez lo hacen.
La tercera enseñanza está en el versículo 26.

III. DEBEMOS CORRER CON PROPÓSITO.(V.26).

1 Corintios 9:26 RVR60
26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
Pablo tenía un propósito al correr su propia carrera, y tal propósito lo enseña a la iglesia, para que lo valoremos y apliquemos.
El dice: No corro como a la ventura, y eso tiene que ver con la meta que ya ha declarado en los versículos 19-22,
¿Cuál era esta meta?
Era la de ganar a cuantas personas pudiera para Cristo Jesús y por todos los medios que fuera posible.
Luego cambia la metáfora y dice: “De esta manera peleo, no como quien Golpea el aire”
Y con estas palabras Pablo dice que, no peleaba para pasar el tiempo; siempre estaba metido en una pelea auténtica, “la buena batalla” (1 Ti. 6:12).
1 Timoteo 6:12 RVR60
12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
Hermanos Pablo enseña que él no estaba sencillamente haciendo un poco de ejercicio, sino metiéndose en una auténtica batalla.
Si queremos ser agradable a Dios tenemos que batallar continuamente, el enemigo no descansa, nuestra naturaleza pecaminosa no descansa, tenemos que batallar par poder vencer y llevar el testimonio de Cristo al mundo.
La cuarta enseñanza de Pablo, está en el versículo 27.

IV. DEBEMOS SEGUIR LAS REGLAS DEL ENTRENAMIENTO.(V.27).

1 Corintios 9:27 RVR60
27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Pablo ahora enseña que una parte considerable de esta batalla, era con él mismo, por eso expresa que, Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre.
Hermanos, figurativamente Pablo enseña que estaba dispuesto a dejar su cuerpo morado a golpe(hupōpiazō, significa golpear bajo el ojo).
Pero además estaba dispuesto a poner su cuerpo en servidumbre((doulagōgeō, hacerse Siervo).
Hermanos Pablo sometió su cuerpo a esclavitud de su misión de ganar almas para Cristo.
Es interesante, porque la mayoría de nosotros somos esclavos de nuestro cuerpo y eso incluye a muchos cristianos.
El cuerpo es quien decide, cuando comer, cuando acostarse , levantarse, cuando moverse y así sucesivamente.
Hermanos, un atleta no se puede dar ese lujo, porque va a fracasar, debe seguir las normas del entrenamiento , no a su cuerpo.
Miremos como funciona lo que Pablo está enseñando:
Un atleta corre cuando quizás preferiría descansar.
Toma una comida equilibrada cuando quizás preferiría un helado de chocolate.
Se va a la cama cuando quizás preferiría estar levantado, y se levanta temprano cuando más bien le gustaría quedarse en la cama.
Hermanos, un atleta dirige su cuerpo, no lo sigue. El cuerpo es su esclavo, no al revés.
Por eso Pablo, dice que la razón por la que entrenaba rigurosamente, “no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”
Y esta es otra metáfora que utiliza de los juegos istmicos:
“Un participante que fallaba en cumplir la las condiciones del entrenamiento(10 meses), quedaba descalificado; no podía ni siquiera correr, mucho menos que pudiera ganar”
Hermano Pablo, no quería que pasara esto con él, que pasara toda su vida predicando los requisitos a otros y luego quedar eliminado por no cumplirlos él mismo.
Ahora pensemos en nosotros:
“Muchos creyentes comienzan la vida cristiana con entusiasmo y devoción. Se entrenan cuidadosamente por un tiempo, pero pronto se cansan del esfuerzo y comienzan a “fallar al entrenamiento”
De esta manera comienzan a “fallar al entrenamiento”. Sin mucho tardar quedan descalificados para ser testigos eficaces de Cristo.
No logran el galardón porque no están dispuestos a pagar el precio. La carne, el mundo, los asuntos diarios, los intereses personales y a menudo la mera pereza obstaculiza su crecimiento espiritual y preparación para el servicio.
Hermanos, aun las cosas que parecen buenas pueden interferir con lo mejor.
Aún seguir nuestro propio camino puede impedir que otros lleguen a conocer el camino.

Conclusión:

Hermano:
¿Estás corriendo para ganar?
¿Estás corriendo con un propósito?
¿Te estás absteniendo del mundo y del pecado para guardar tu testimonio?
¿Sigues las reglas del entrenamiento?
Recuerda eso es lo que Dios espera. Las almas son ganadas por los que están preparados para ser usados cuando el Espíritu elige usarlos a ellos.
Y si eres una visita hoy, ¿Estás corriendo?, o eres un espectador, únicamente?
¿Te gustaría comenzar hoy tu carrera con Cristo?
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