Esperanza en la caída

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Genesis 3:14–15 “Entonces el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por lo que has hecho, eres maldita más que todos los animales, tanto domésticos como salvajes. Andarás sobre tu vientre, arrastrándote por el polvo durante toda tu vida. Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón».”

Introducción

Así como Juan 3:16 es uno d elos versículos claves del NT en cuanto a la evangelización y la demostración del amor de Dios, Génesis 3:14-15 es clave para el para el AT.
A primera vista, estos versículos (Gén 3:14-15) pareciera que está prediciendo el desagrado natural del hombre por las serpientes.
Pero durante siglos los estudiosos devotos de la Biblia han visto verdades mucho más profundas, ven una predicción conmovedora de la cruz y resurrección, y de la gran victoria del Salvador sobre Satanás.
Vemos que hay una esperanza luego de la caída, no solo el juicio de Dios, sino su asombrosa gracia y misericordia.

I. UNA PROMESA DE SALVACIÓN

A) La promesa de un Redentor.

Un Redentor vendría de la descendencia (“una simiente”) de Adán y Eva.
Probablemente, Eva creyó al principio que Caín era la “simiente” prometida.
Gén 4:1 “Ahora bien, Adán tuvo relaciones sexuales con su esposa, Eva, y ella quedó embarazada. Cuando dio a luz a Caín, dijo: «¡Con la ayuda del Señor, he tenido un varón!».”
No obstante, una vez que él resultó ser un asesino. Eva lo reemplazó con Set, diciendo: “Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, pues Caín lo mató” Gen. 4:25.
Gén 4:8-10 “Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos al campo». Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. Luego el Señor le preguntó a Caín: —¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde está Abel? —No lo sé —contestó Caín—. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? Pero el Señor le dijo: —¿Qué has hecho? ¡Escucha! ¡La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra!”
Pasando por Noé y Lamec, esta promesa llega a Abraham cuando Dios hace un pacto con él mencionando “una simiente”.
Génesis 22:17-18 “ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos; y mediante tu descendencia (simiente), todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Todo eso, porque me has obedecido.”

B) La promesa trasciende en la historia de Israel hasta nuestros días

Dios está haciendo algo en la historia de Israel, que tiene su raíz en la promesa dada en el Edén.
Cuando María descubre que ella está esperando un bebé, Gabriel le anuncia acerca de su futuro hijo: “Este será grande” (Lc. 1:32), claramente captando una frase ya dicha a Abraham y a David (Gén. 12:2 ; 2 Sam. 7:9). “Este” se refiere a Jesús, por supuesto.
Vemos pues que la esperanza en el juicio de Génesis 3:14-15 se inicia con una promesa de un Redentor.

II. UN MÉTODO PARA ESA PROMESA DE SALVACIÓN

A) El método en la que Dios habría de redimir el pecado.

Génesis 3:15, generalmente conocido como “protoevangelio” o “primer evangelio”
Es la primera señal de la esperanza de un plan redentor después de la caída.
Luego de la caída, Dios reveló su pacto de gracia al prometerles un Salvador (Génesis 3:15).
La “simiente/descendencia” mencionada en este verso se convirtió en la raíz de la cual creció el árbol de la promesa del Antiguo Testamento de un Mesías.
El método era el siguiente: El calcañar del Salvador sería herido, en contraste la cabeza de la serpiente sería aplastada.

B) Ambos sufrirán lesiones en el proceso.

Es en la cruz que vemos el sufrimiento y el sacrificio que trae salvación al pueblo de Dios y gloria para Dios mismo.
Si mencionamos la cruz, mencionamos entonces el derramamiento de sangre de un sustituto.
Hebreos 9:22 “De hecho, según la ley de Moisés, casi todo se purificaba con sangre porque sin derramamiento de sangre no hay perdón.”

C) La promesa de salvación tuvo un costo que Cristo pagó en la Cruz por nosotros.

Romanos 3:24-26 “Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado, porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y declara a los pecadores justos a sus ojos cuando ellos creen en Jesús.”

III. UNA PROMESA DE UNA VICTORIA YA GANADA

A) la esperanza ofrecida a Adán y Eva puede ser resumida como la promesa de Dios para lograr tres tareas

Destruir el mal (derrotar a la serpiente, su simiente y, por ende, destruir la influencia del mal).
Restaurar la creación (al estado en que estaba antes, vacía de toda maldad, es decir, el estado de Génesis 1:31 “Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el sexto día.” ).
Y permitir a Dios habitar entre Su pueblo (justo como habitó previamente con Adán y Eva en el Edén. Génesis 3:8Cuando soplaba la brisa fresca de la tarde, el hombre y su esposa oyeron al Señor Dios caminando por el huerto. Así que se escondieron del Señor Dios entre los árboles.” ).

B) La promesa de una victoria ya ganada.

Apocalipsis 20:10 “Después el diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego que arde con azufre, donde ya estaban la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por siempre jamás.”
Desde el principio, su perdición ya había sido sellada.
El discipulado cristiano es para ser llevado a cabo en el contexto de una seguridad absoluta de victoria, en lugar de una perspectiva de derrota. S
omos llamados a estar equipados y listos para la batalla, pero con la certeza de que la batalla decisiva contra el enemigo ya ha tenido lugar y ha sido ganada.

Conclusión

En conclusión, si existe una esperanza para el creyente en Génesis 3:14-15, una promesa orientada hacia el futuro, fue comprendida por los patriarcas, fue comprendida por David y es la esperanza de hoy para la iglesia de Cristo.
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