Al crear una dicotomía que presenta una opción que es evidentemente ventajosa pero que al mismo tiempo resulta completamente inverosímil, la persona que incurre en la falacia del Nirvana, es decir, la de atacar cualquier idea contraria porque es imperfecta. En esta construcción mental, la elección no se da entre soluciones del mundo real, sino entre una posibilidad realista y otra irreal que es simplemente mejor. La falacia del Nirvana vendría a ser, por tanto, un tipo de falso dilema.