Compromiso con mi Iglesia 3

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Compromiso con mi iglesia 3

Estamos estudiando la importancia de estar comprometidos con nuestra iglesia. La semana pasada vimos la misión de nosotros como Casa de Fe: “ “Somos una iglesia que ama, que recibe, acepta e integra a las personas al cuerpo de Cristo. Somos una iglesia que defiende y promueve los valores bíblicos que permitan a cada miembro de la familia desarrollarse de forma integral y armoniosa en su entorno.”
Somos la continuación de lo que empezó hace 2 mil años y empezó no por una enseñanza sino por un evento histórico: ¡La Resurrección de Jesús! Testigos llenaron las calles de Jerusalén, tan solo 2 meses después, diciendo en la misma ciudad donde fue crucificado que se levantó de la muerte. Así empezó la Ekklesia. No como una estructura ni algo estático, sino un movimiento que Jesús empieza al venir al mundo y dar Su vida por los pecados de toda la humanidad, lo que enseñó y dijo quedó validado al resucitar de la muerte.
El día que la ekklesia nace, se unen 3 mil personas, después otras 2 mil para el momento de lo que veremos hoy casi el 10% de Jerusalén aceptó el mensaje de Jesús; nadie intentó desmentir lo que se decía ¡no era posible! no había el cuerpo de Jesús.
En la situación político-social, había un acuerdo tácito entre Roma y los líderes religiosos judíos. El templo era el centro del poder y actividad judía. Los romanos querían tener buena relación con esos líderes porque eso les permitía tener paz, pero de repente esa paz se ve perturbada por los seguidores de Jesús y el inicio del movimiento.
Pedro y Juan son arrestados, los líderes les dicen que dejen de mencionar a Jesús, después de dormir en la cárcel se reúnen con sus amigos y en lugar de decirles que ya no mencionen a Jesús, ser amables con los líderes, en lugar de eso, hacen una oración como la que vimos hace 2 semanas:
Y ahora, oh Señor, escucha sus amenazas y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra.” (Hechos de los Apóstoles 4:29, NTV)
Pero tener valor los metió a la cárcel y ahora pide ¡mas valor!
Extiende tu mano con poder sanador; que se hagan señales milagrosas y maravillas por medio del nombre de tu santo siervo Jesús».” (Hechos de los Apóstoles 4:30, NTV)
Regresan a la calle, siguen predicando corriendo el riesgo, pero ¡no se pueden callar! Muchas veces nuestra oración se trata sólo de nosotros. Si los cristianos de lugares donde tienen prohibido predicar o escuchar el evangelio escucharan nuestra oración quizá dirían ¿quieres más bendición? ¿no es suficiente lo que tienes? ¡nosotros no tenemos muchas de las cosas básicas!
Y aun así, desde nuestro privilegio nos quejamos y somos los que tenemos más miedo de predicar, cuando deberíamos hacerlo sin miedo, por la libertad que aún tenemos. Hemos dejado que la valentía se diluya, ¿qué tal si al decir que soy cristiano y predicar o invitar, mis amigos se alejan? ¿me desprecian? esto es porque hemos perdido el valor.
Estos hombres en Jerusalén saben que todos pasaremos la eternidad ¡en algún lugar! Jesús vino para darnos la seguridad de nuestra eternidad a través de Jesús. La manera como respondían al riesgo de ser perseguidos, rechazados, era ¡con valor! Lucas dice que tenían el favor de la gente ¿qué nos pasó? ¿cómo nos perdimos? En parte creo que es por que tenemos mucha bendición, ahora no debes sentirte culpable por las bendiciones, pero sí ¡responsable!
Hoy veremos una parte de la historia, el doctor Lucas entrevistó a los testigos y documentó el inicio de la iglesia. Pedro y Juan han predicado, están con los demás orando y pidiendo valor, vuelven a salir a las calles a predicar el mensaje de la resurrección de Jesús, más gente lo reconoce y se agregan.
La gente de Jerusalén saben que algo está pasando, llegan de otras ciudades, traen enfermos, ciegos, paralíticos, porque un grupo de personas oran por los enfermos y sanan. Jesús les dio poder a los discípulos para realizar todo tipo de milagros y el propósito del milagro es dar testimonio o dar evidencia del poder de Jesús. El propósito no era sólo sanar, sino que los que sanaron dieran testimonio.
Hay mucha gente en Jerusalén, es la fiesta de la cosecha. Los líderes tratan de equilibrar el poder que tienen con Roma, son expertos de la ley, de la religión, pero de repente ya nadie los busca, el templo está vacío, han perdido su autoridad e influencia. Ya no son los importantes y preguntan a la gente ¿por qué ya no vienen? y dicen: En el mercado Pedro sanó a mi mamá, cuando habla lo hace de forma diferente.
El orden está cambiando, Lucas dice que los líderes se pusieron celosos, amenazados. Por eso mandan a los guardias del templo para arrestar a todos los discípulos, los arrestan por la tarde para que pasen la noche en la cárcel y suavizarlos, la idea es sacarlos al día siguiente para obligarlos que no hablen de Jesús.
Lucas dice que esa noche en la cárcel, de forma milagrosa salen, y al día siguiente cuando los van a buscar ¡no están! Se enteran que están libres y en el templo ¡predicando de Jesús y de la resurrección!
Se enojan más y dicen a los guardias que los vuelvan a agarrar, pero como están rodeados de la gente, les da miedo hacerlo. Uno de los guardias le dice a Pedro: venimos a arrestarlos, pero nos da miedo por la gente, así que por fa ¡arréstense ustedes! Los discípulos salen del templo, van con los guardias para reunirse con los líderes religiosos. Aquí empieza la historia de hoy.
Después llevaron a los apóstoles ante el Concilio Supremo, donde los confrontó el sumo sacerdote. —¿Acaso no les dijimos que no enseñaran nunca más en nombre de ese hombre? —les reclamó—...” (Hechos de los Apóstoles 5:27–28, NTV)
No quieren mencionar el nombre de Jesús. Algo así empieza a pasar ahora, puedes hablar de religión, de lo espiritual, pero si quieres mencionar a Jesús, algunas personas se incomodan.
“...En lugar de eso, ustedes han llenado a toda Jerusalén con la enseñanza acerca de él, ¡y quieren hacernos responsables de su muerte!” (Hechos de los Apóstoles 5:27–28, NTV)
Esto es importante porque fue tan solo 2 mese después de la resurrección. Le dicen a Pedro, así como narras lo que pasó parece que somos culpables de la muerte de Jesús y Pedro piensa ¡claro que son culpables! Yo estuve ahí, ustedes lo mataron, ustedes lo arrestaron y lo crucificaron ¡son culpables!
Pero Pedro y los apóstoles respondieron: —Nosotros tenemos que obedecer a Dios antes que a cualquier autoridad humana. El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos después de que ustedes lo mataron colgándolo en una cruz.” (Hechos de los Apóstoles 5:29–30, NTV)
Pedro se los vuelve a decir, no es secreto, sucedió hace unas semanas.
Luego Dios lo puso en el lugar de honor, a su derecha, como Príncipe y Salvador. Lo hizo para que el pueblo de Israel se arrepintiera de sus pecados y fuera perdonado.” (Hechos de los Apóstoles 5:31, NTV)
Esto pone al cristianismo en una categoría diferente. El cristianismo es la culminación de toda religión. Porque no es algo que se cree a ciegas, sino porque testigos vieron a Jesús morir en la cruz y resucitar.
Nosotros somos testigos de estas cosas y también lo es el Espíritu Santo, dado por Dios a todos los que lo obedecen.” (Hechos de los Apóstoles 5:32, NTV)
¡Todos estuvimos ahí! sabemos lo que pasó en la ciudad y Pedro predica ¡otra vez! lo hace siempre que tiene oportunidad, habla de Jesús y de Su resurrección.
Al oír esto, el Concilio Supremo se enfureció y decidió matarlos;” (Hechos de los Apóstoles 5:33, NTV)
Claro que ellos pusieron a Jesús en la cruz y pensaron que al matarlo terminaría todo, y aquí pasa algo interesante, escucha:
pero uno de los miembros, un fariseo llamado Gamaliel, experto en la ley religiosa y respetado por toda la gente, se puso de pie y ordenó que sacaran de la sala del Concilio a los apóstoles por un momento.” (Hechos de los Apóstoles 5:34, NTV)
Antes de matarlos y tener 12 mártires, hagamos algo, pero sáquenlos para hablar con confianza y dice:
Entonces les dijo a sus colegas: «Hombres de Israel, ¡tengan cuidado con lo que piensan hacerles a estos hombres! Hace algún tiempo, hubo un tal Teudas, quien fingía ser alguien importante. Unas cuatrocientas personas se le unieron, pero a él lo mataron y todos sus seguidores se fueron cada cual por su camino. Todo el movimiento se redujo a nada.” (Hechos de los Apóstoles 5:35–36, NTV)
No hay registro bíblico de este Teudas, pero Gamaliel dice que cuando se levantó Roma lo aplastó y así el movimiento desapareció. Los del consejo se acuerdan y dicen ¡cierto!
Después de él, en el tiempo en que se llevó a cabo el censo, apareció un tal Judas de Galilea...” (Hechos de los Apóstoles 5:37, NTV)
De él sabemos más, vivió en la época que el gobernador de Siria hizo un censó, para saber cuánta gente vivía en la región y tener una idea de la cantidad de impuestos y Judas de Galilea no quiso ser parte del censo, o sea ¡no quería pagar impuestos! y empezó un movimiento, a este grupo se le conoció como los Zelotes, esto pasó en el año 6 o 7 d. C.
...Logró que gente lo siguiera, pero a él también lo mataron, y todos sus seguidores se dispersaron.” (Hechos de los Apóstoles 5:37, NTV)
Roma tampoco lo permitió, envió soldados y aplastaron el movimiento. Gamaliel dice: muchachos ¡Roma se encargó! no tuvimos que mover un dedo, si hubiéramos apoyado a este grupo ¡Roma se nos viene encima y perdemos todo! pero si hubiéramos apoyado a Roma ¡la gente se nos viene encima! y perdemos nuestro poder e influencia ¿recuerdan?
Nos mantuvimos al margen, sólo avisamos a Roma ellos resuelven el problema y no nos manchamos de sangre, Roma no va a dejar que esta zona salga de su control. No lo dijo, pero quizá pensó que la resurrección de Jesús no lo podían negar ¡algo está sucediendo!
»Así que mi consejo es que dejen a esos hombres en paz. Pónganlos en libertad. Si ellos están planeando y actuando por sí solos, pronto su movimiento caerá;” (Hechos de los Apóstoles 5:38, NTV)
Si es un movimiento subversivo fracasará Roma no los va a dejar. Los romanos del 1er siglo no estaban en contra del cristianismo, sino contra cualquier movimiento que quisiera rebelarse. Gamaliel tiene razón, si es un movimiento humano el poderío romano los va a acabar...
pero si es de Dios, ustedes no podrán detenerlos. ¡Tal vez hasta se encuentren peleando contra Dios!».” (Hechos de los Apóstoles 5:39, NTV)
Implicación: lo único que pueden derrotar el poder de Roma es el poder de Dios, si este movimiento es de Dios ¡no lo podrán detener!
En Roma hoy en día, hay más cruces que en cualquier otro lugar del mundo, cruces que representan no a la crucifixión, sino ¡Una sola crucifixión! la de Jesús y sabemos de ella porque fue la única en que el crucificado ¡resucitó! Ya no hay imperio romano, pero por muchos es considerado la capital del cristianismo.
Gamaliel tenía razón, si hay un poder suficiente para terminar el poderío romano y crear algo más grande que roma ¡sería un acto de Dios! No sabía que estaba viviendo el surgimiento de algo nuevo, algo hecho directamente por Dios: ¡La Iglesia!
El consejo estuvo de acuerdo y pensaron que con unos cuantos azotes se calmarían, al leer esto, quizá no te sorprende porque no fuimos testigos de esos azotes. En algunos casos el azotado ¡moría! El látigo tenía varias cintas de cuero que en las puntas tenían piedras afiladas, o puntas de hierro. Al entrar en contacto con la piel, mas la fuerza, la desgarraban, perforaban el músculo de la espalda.
Los otros miembros aceptaron su consejo. Llamaron a los apóstoles y mandaron que los azotaran. Luego les ordenaron que nunca más hablaran en el nombre de Jesús y los pusieron en libertad.” (Hechos de los Apóstoles 5:40, NTV)
Por varias horas los apóstoles están en fila viendo a sus amigos ser azotados y esperando su turno. Las cicatrices serían permanentes y todo por hablar, decir lo que vieron y oyeron. Esas marcas serían para toda la vida. Cada vez que se cambiaban de ropa, al bañarse en el río, al dormir se las veían, sería un recordatorio visual de ese día.
Veremos que hicieron ellos, horas después de limpiarse la sangre, horas después que gritaron de dolor, horas después. Pero no pueden negar ni callar lo que han visto y oído. ¿Qué hubieras hecho tú? ¿cómo habrías reaccionado? Quizá hubiera sido el final del movimiento. El mensaje de Cristo no hubiera pasado el primer siglo. Veamos cómo reaccionaron ellos:
Los apóstoles salieron del Concilio Supremo con alegría, porque Dios los había considerado dignos de sufrir deshonra por el nombre de Jesús.” (Hechos de los Apóstoles 5:41, NTV)
Salieron con el cuerpo desfigurado para siempre, cuando alguien viera sus marcas pensarían que de alguna manera, en algún momento fue un criminal.
Si eres cristiano, esto es para caer de rodillas y arrepentirnos. A veces tenemos miedo de algo que quizá pueda suceder y estos hombres dicen: Sufrir, perder algo, ser desfigurado por el Nombre de Jesús ¡es de lo que estoy más orgulloso!
Jesús dio Su vida por mi, no me importa dejar mi piel en jirones por amor a ÉL ¡Jesús dio su vida! le doy mi dolor, le doy mi compromiso, mi reputación, mis fuerzas. Dio Su vida, le doy el trabajo, mis finanzas, no me da pena ¡es de lo que más me alegraré! porque ÉL dio SU vida por mí.
Aquí estamos, el nuevo movimiento, la iglesia, pensando qué venir un domingo a las 11 es demasiado sufrimiento, ya viene la temporada de calor, pensado lo que sufres porque no has cambiado tu carro en 2 años, sufriendo porque tengo miedo que mis amigos me rechacen, que sepan que soy cristiano.
Cuando lo que debe darnos motivos de alegría, es cuando, por alguna razón el ser cristianos es la razón por algun despido, desprecio. Que los hijos digan: mis amigos no me invitaron a su fiesta por ser cristiano ¡qué privilegio! Dar testimonio diciendo: no seré parte del grupo de becados porque dije que soy cristiano y creo en Su Palabra ¡gracias Dios!
Pero, la realidad es que esto casi no sucede ¿qué nos pasó? Quizá tenemos tanta bendición que en lugar de ser agradecidos y buenos administradores de esa bendición ¡hemos dejado que el miedo nos gane! Tenemos tantas comodidades que ¡queremos más! Hemos claudicado a la valentía y sabes ¡yo no soy la excepción! Esto es para mí .tengo miedo de tantas cosas.
Y cada día, en el templo y casa por casa, seguían enseñando y predicando este mensaje: «Jesús es el Mesías».” (Hechos de los Apóstoles 5:42, NTV)
Después de ser azotados, maltratados ¡no se escondieron, ni corrieron! No se fueron a otra ciudad, ahí mismo ¡en el templo de Jerusalén! ¿cómo respondes a eso? ¿qué nos pasó? ¿a dónde se fue el valor?
¿Cómo terminar este tema? Empezando por lo más obvio ¡nosotros somos la iglesia! quienes daremos el movimiento a la siguiente generación ¡tenemos que hacer algo! Un día envejeceremos y moriremos ¿que dejaremos? una generación frágil, más temerosa o una generación valiente.
Hay algo que podemos hacer, hablar sin temor cuando sea necesario, aunque sea más fácil quedarse callado. Vivir sin temor. El próximo sábado 18, hay un café conferencia para matrimonios ¡trae dos amigos, tres! Y después los traes el domingo, pasas por ellos si es necesario ¡Has ese sufrimiento por amor a Cristo!
Y cuando la persona que invites o a quien le hables acepte el Amor de Dios ¿crees que se va a enojar contigo? ¡claro que no!
Somos parte de la historia y debemos estar sin temor para saber aprovechar las oportunidades. Quizá tú estás aquí, porque alguien ya tuvo valor de invitarte, ahora es tu turno.
Muchos tenemos tanto tiempo de ser cristianos que nos hemos olvidado de la necesidad de hablar sin temor, otros están tan ocupados con el negocio que ¡no da tiempo ni de comer! pero en realidad tienen miedo, han perdido el valor. Un día alguien te agradecerá: gracias por compartir conmigo, ENVIAR INVITACIÓN AHOR. gracias por no darte por vencido, gracias por hablarme con valor.
Si vienes por primera o segunda vez debes saber que Dios te ama tanto que te dio, no te pidió, sino que te dio a Su Hijo para que no te pierdas, o sea que tu vida no se desperdicie, porque hay mucho más que sólo esta vida ¡hay eternidad! Jesús vino a resolver el misterio de la eternidad. El que cree en ÉL tiene vida eterna, vivirá para siempre con ÉL.
Si al pensar en iglesia o cristianismo piensas de forma negativa o en cosas ridículas que en algunas se hacen, es nuestra culpa, si hubiéramos mantenido el espíritu de la Ekklesía, pasaría que aunque no fueras cristiano ¡te caeríamos bien! nos quisieras tener de amigos. Al ver el amor entre nosotros dirías: no creo lo que ellos creen, pero ¡me caen bien! quiero casarme con alguien así, quiero trabajar con esa gente. Es tiempo de retomar nuestra responsabilidad como representantes de Jesús que vino a dar vida.
Si has creído en Jesús, entonces ¡comprométete con tu iglesia! Tú eres Casa de Fe. Tú eres quién da el mensaje. Oremos que Dios nos de más valor. Y que aquí veamos SU poder en forma de milagros, sanidad, liberación, restauración, veamos al ciego ver, al enfermo sanar, porque SU poder sigue estando en la unidad de la iglesia.
Palabra de Dios
Oremos
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