El Pacto que caducó
Inmersión en el evangelio • Sermon • Submitted
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Introducción
Introducción
En nuestro último culto empezamos nuestra serie: El Evangelio, durante los próximos meses vamos juntos sumergirnos en conocer el profundamente más del único mensaje que es poder de Dios para la salvación de todo aquél que cree: el evangelio.
Hablamos al respecto de los pactos de Dios. Todos pactos que Dios hizo con el hombre, nacen de la promesa que Dios hizo en Génesis 3:15, a ese texto lo llamamos protoevangelio, que es la primer mención en donde Dios prometió que la simiente de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente y la serpiente le mordería el talón. Desde jardín del Edén Jesús ya había sido prometido!
Pues bien, desde ese momento, vamos encontrar Dios haciendo un Pacto con Noé (Génesis 9:7-13), un Pacto con Abraham (Génesis 15:1-20, Génesis 17:1-8 y un Pacto con el pueblo de Israel, que son los descendientes de Abraham, el pueblo de Israel es el pueblo elegido de Dios.
Todo estos pactos apuntan al cumplimiento de la promesa de Dios en Génesis 3:15, de que un día vendría el salvador.
¿Porqué eso seria importante para mi vida?¿Porqué necesito comprender los pactos de Dios?
Porque hasta hoy Dios solo se relaciona con el hombre por medio de los pactos. Si tu no entiendes como funcionan los pactos de Dios es muy probable que su relación con Dios puede estar comprometida.
Puedes que estés intentando tener una relación con Dios, pero no consigues o sientes que no tiene sentido, o peor, sientes miedo de Dios y no quieres acercarse tanto a Él.
Por eso hoy quiero hablarte del Pacto Caducado, y que el Señor desvele sus ojos espirituales para empezar ver el Nuevo Pacto Vigente de Dios.
Texto Principal
Texto Principal
Hebreos 8:7-13 “Efectivamente, si ese primer pacto hubiera sido perfecto, no habría lugar para un segundo pacto. Pero Dios, reprochándoles sus defectos, dijo: «Vienen días—dice el Señor—, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos no permanecieron fieles a mi pacto, y yo los abandoné —dice el Señor—. Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel—dice el Señor—: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán. Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados.» Al llamar «nuevo» a ese pacto, ha declarado obsoleto al anterior; y lo que se vuelve obsoleto y envejece ya está por desaparecer.”
El Pacto que caducó
El Pacto que caducó
Muchas personas se asustan cuando escuchan decir que el pacto de Dios ha caducado, de hecho suena muy veo que algo que Dios haya hecho tenga caducado. Pero eso es exactamente lo que dice la palabra de Señor.
Santa Biblia: Reina-Valera Actualizada Capítulo 8
13 Al decir "nuevo", ha declarado caduco al primero; y lo que se ha hecho viejo y anticuado está a punto de desaparecer
Dios mismo es el que dice, que hará un NUEVO pacto, y que ese pacto dice Dios: no será como el hice con el pueblo de Israel cuando los saqué del Egipto, ya que ellos no permanecieron fieles a mi pacto.
Entonces Dios mismo fue el que encontró un problema en el Pacto, por eso
¿Qué problema?
¡El Pueblo de Israel no cumplió con su parte! Ellos no permanecieron fieles.
Cuando leemos los libros de 1 y 2 Reyes, vemos exactamente eso, cuando un Rey era fiel a Dios y cumplía el pacto establecido con Dios, y llevaba el pueblo a obedecer la ley de Dios, entonces todo el reino era bendecido, todas las familias del reino eran bendecidas, la tierra prosperaba y los enemigos eran vencidos. Por otro lado, cuando un Rey quebrantaba la ley de Dios y el pueblo se alejaba de Dios y no cumplía los mandamientos, Dios los abandonaba, porque la bendición es condicionada al cumplimiento del pacto.
Si cumples y guardas todas mis leyes, te bendigo, si no cumples y rompes el pacto, vendrán sobre ti estas maldiciones.
El Sistema de la Ley
El Sistema de la Ley
Este es sistema de la ley, la ley es perfecta, pero sirve apenas para señalar la imperfección del hombre, pues el hombre perdió su perfección.
Cuando el hombre intenta cumplir la ley, el puede esforzarse y conseguir cumplir por un tiempo, pero luego falla y cuando falla, tiene consecuencias.
Veamos lo que dice:
»Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra. Si obedeces al Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán siempre:
El problema de la ley está cuando no la cumples, fíjense lo que dice unos versos más adelante:
»Pero debes saber que, si no obedeces al Señor tu Dios ni cumples fielmente todos sus mandamientos y preceptos que hoy te ordeno, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones:
Entonces el el sistema de la ley es el sistema del merecimiento! En el Antiguo Pacto, en la Antigua Alianza, las bendiciones viene cuando obedecemos, cuando cumplimos con nuestra parte, y cuando fallamos, cuando pecamos y rompemos la ley, somos maldecidos.
Hoy el sistema de la ley ha caducado. Nosotros ya hacemos parte de un nuevo pacto, recibimos un “nuevo sistema operacional”, pero seguimos “rodando” una aplicación desactualizada en un sistema operacional actualizado.
Nuestra mente, quiere seguir operando pajo los parámetros de la ley, bajo el sistema de merecimiento, bajo el Antiguo Pacto.
¿Cuales son las señales que demuestran que estás operando bajo el Antiguo Pacto?
La primera señal es virus de la acusación:
La Biblia de las Américas Capítulo 5
No penséis que yo os acusaré delante del Padre; el que os acusa es Moisés, en quien vosotros habéis puesto vuestra esperanza.
La ley es la que te acusa, Jesús mismo dijo, no piensen que yo les acusaré delante del Padre, quien los acusará será Moisés, el representante de la ley. Moisés aquí simboliza la ley.
El sistema de la ley siempre va generar en ti: angustia, miedo, ansiedad, cansancio, acusación y muerte.
Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
El ministerio que causaba muerte, el que estaba grabado con letras en piedra, fue tan glorioso que los israelitas no podían mirar la cara de Moisés debido a la gloria que se reflejaba en su rostro, la cual ya se estaba extinguiendo. Pues bien, si aquel ministerio fue así, ¿no será todavía más glorioso el ministerio del Espíritu?
Hoy somos llamados por Dios para ser servidores del nuevo pacto, el Señor no quiere más que sigas operando bajo el sistema de la ley, la ley acusa, apunta los pecados y jamás te llevará a ser justo delante de Dios. La ley de condenará.
El mismo diablo usará la ley para acusarte delante de Dios, Dios es perfecto, y si tu también no fueras perfecto no podrás estar con Dios, por eso necesitas un abogado que te defienda ante las acusaciones del diablo.
El Fin de la Ley
El Fin de la Ley
Escúchame atentamente, tu eres pecador, y no eres pecador porque pecaste, sino que pecaste porque eres pecador.
Un árbol de mango, no se torna un árbol de mango cuando sale su fruto, sino el fruto de mango sale, porque el siempre fue un árbol de mango. Tu pecas porque causa de Adán, desde Adán todos ya nacimos con la naturaleza de Adán, ya nacemos pecadores, no nos tornamos pecadores.
Si vives bajo el sistema de la ley, vas a vivir bajo acusación a todo momento, porque ningún pecador permanecerá impune delante de Dios, todos serán juzgados.
Parece injusto que por causa de un solo hombre fuésemos todos constituidos automáticamente pecadores, pero hay un otro lado.
El lado donde nosotros somos constituidos justos, sin haber practicado justicia.
Esa es la buena noticia de Dios, eso es el evangelio. Por causa de la obediencia de Jesús fuiste constituido justo, santo, fuiste purificado por sangre del Cordero Santo de Dios.
Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.
En lo que atañe a la ley, ésta intervino para que aumentara la transgresión. Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia,
Jesús, viene a la tierra para hacer aquello que ningún ser humano pudo hacer: Cumplir toda la ley. Jesús fue el único ser humano justo delante del Padre. Y en la Cruz, la justicia de Cristo fue puesta sobre ti. Fuiste vestido con la justicia de Cristo.
Isaias 61:10 “Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema, o una novia adornada con sus joyas.”
La buena noticia de la Gracia
La buena noticia de la Gracia
El evangelio es la buena noticia que por medio de la obra Jesús en la Cruz, la justicia que Dios prometió desde Génesis 3:15 se cumplió. No somos salvos por obras, porque ninguna obra de nuestras manos es digna delante de Dios.
Isaias 64:6 “Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.”
Eso quiere decir que no hay nada que usted haga que te hará merecedor de la salvación. La salvación es un regalo de Dios, es algo que recibimos sin merecer.
Quizá hasta aquí entendiste, pero hoy el Señor quiere ampliar tu entendimiento, el Señor quiere hoy sacar el velo de tus ojos espirituales, mostrarte un nivel más profundo de revelación de su amor.
Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza. No hacemos como Moisés, quien se ponía un velo sobre el rostro para que los israelitas no vieran el fin del resplandor que se iba extinguiendo. Sin embargo, la mente de ellos se embotó, de modo que hasta el día de hoy tienen puesto el mismo velo al leer el antiguo pacto. El velo no les ha sido quitado, porque sólo se quita en Cristo. Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés, un velo les cubre el corazón. Pero cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.
Es imposible tener revelación de la gracia, es imposible vivir pago el Nuevo Pacto con la cara cubierta, o sea, intentando cumplir la ley. Si queremos ser transformados, necesitamos sacar el velo, dejar de pensar con el sistema de moisés, el sistema de la ley.
Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.
Sin mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, eso quiere decir que no será por medio de la obediencia a la ley que serás justificado ante Dios.
Dios es Justo y a la vez el que Justifica los los que tienen fe en Jesús.
Pero la gracia de nuestro Señor se derramó sobre mí con abundancia, junto con la fe y el amor que hay en Cristo Jesús.
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios,
En lo que atañe a la ley, ésta intervino para que aumentara la transgresión. Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia,
En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.
Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia.
Hoy es el día en que el Señor de llama para un encuentro con su gracia, la gracia no solo es para la salvación, la gracia en el nuevo sistema operacional que Dios está hoy activando en su mente y en su corazón, siempre estuvo ahí, pero a partir de hoy fluirá como nunca antes, y su vida será diferente