Nuestra fe en medio de las tormentas. Mateo 8:23-27

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Nuestra fe en medio de las tormentas. Mateo 8:23-27
Introducción: Hay momentos de tormentas en la vida, puede ser una perdida de trabajo, la perdida de un ser querido, un diagnóstico negativo de salud, un mal negocio, problemas familiares y demás situaciones en la vida, si bien nunca se nos ha dicho que la vida será fácil, siempre tenemos la esperanza de que los planes de Dios son mas grandes de lo que pensamos y esperamos y que podemos confiar con fe pero fe en la obra de Dios a través de Su Hijo Jesucristo como lo dice
Hebreos 12:2 (Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios) y es en aquel para quien es posible todo.
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Exp. Serm: El Señor Jesucristo tuvo que enfrentar situaciones difíciles en su vida, principalmente el rechazo, la persecución y la muerte, sin embargo, su confianza en Su Padre siempre lo llevó a superar los diferentes obstáculos, si bien, nadie nos garantiza vivir una vida sin dificultades y problemas, cuando estemos en esta situaciones, podemos estar confiados en que Dios es más grande que nuestros problemas y que nuestra fe y confianza en él nos ayudaran a transitar por estas situaciones de la vida, de una manera más tranquila y llena de esperanza.
Proposición: Teniendo fe en Cristo en medio de las tormentas de la vida.
F.T Con este mensaje les quiero compartir la importancia de la fe en Dios en medio de las tormentas de nuestras vidas.
Contexto: Mateo 8:23-27 a. El Señor viene de dar su discurso sobre las bienaventuranzas en donde el Señor esta hablando sobre la teología del Reino de los cielos y todo esto tiene que ver con la fe. b. El Señor baja de la ladera en Cap 8 y sana a un leproso que le clama que lo sane y el Señor declarara Si puedo, pues Jesús es Dios y él puede hacerlo todo. Luego esta el relato de la fe del centurión en el poder sanador de Jesús y como el Señor se impresiona de su fe, luego en el mismo capitulo como el Señor sana a muchos enfermos y las implicaciones que tiene seguirlo.
Matthew 5:1 NVI
Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron,
Matthew 6:1 NVI
»Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa.
Matthew 7:1 NVI
»No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes.
Matthew 8:1 NVI
Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguieron grandes multitudes.
Matthew 8:3 NVI
Jesús extendió la mano y tocó al hombre. —Sí quiero—le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la lepra.
Matthew 8:5 NVI
Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión pidiendo ayuda.
Matthew 8:18 NVI
Cuando Jesús vio a la multitud que lo rodeaba, dio orden de pasar al otro lado del lago.
Matthew 8:20 NVI
—Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos—le respondió Jesús—, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
Ahora voy a tocar tres puntos los cuales trata este pasaje para poder afianzar nuestra fe en Cristo en medio de las tormentas de la vida:
1. Las Tormentas de la vida: Mateo 8:24
Matthew 8:24 NVI
De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido.
(σεισμός seísmos: terremoto, tormenta) Aunque Jesús vaya con nosotros hay tormentas que inundan nuestra barca. (Vr 24)
Tormentas: Aunque Jesús está con nosotros las cosas pasan (Vr 24b), tanto cosas buenas como cosas malas. El permite que las cosas pasen. Como en el caso de Job que Dios permitió que le sucediera lo malo Job 2:10. (Job le respondió: Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos recibir también lo malo? A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra).
Tamaño de la Tormenta: La tormenta era tan fuerte que las olas inundaban la barca, pasaba del dominio de ellos. (πλοῖον ploion: barco; barca; nave).
Jesús verdaderamente Hombre: Él es Dios, pero también hombre está realmente cansado y esta dormido. (καθεύδω katheudō dormir; recostarse)
Jesús verdaderamente Dios: Aunque este dormido no deja de ser Dios y tener control, sobre todo lo espiritual y natural, como lo describen los hijos de Coré en el Salmo 46:7-8 (El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah Vengan y vean los portentos del Señor; él ha traído desolación sobre la tierra) pero en el pasaje en su naturaleza humana está descansando, después de un día de mucho trabajo.
2. La fe nos ayuda a superar nuestros temores e inseguridades
Miedo: Como humanos en momentos de angustia sentimos desesperación, desesperanza, miedo, descontrol y nos dejamos llevar por esto, como en el caso de los discípulos, que a pesar de saber que estaban con el Señor, se olvidaron de que el estaba y sus mentes se quedaron fijadas en el miedo y fueron a despertar a gritos al Señor Jesús (Vr 25 a).
Clamor con reclamo: Pero en ese clamor por ser salvados, los discípulos en el desespero le dicen al Señor Sálvanos que nos vamos a hogar, (σῴζω sōzō salvar; rescatar) (Vr 25 b), en la versión de Marcos 4:38 le dicen ¿no te importa que nos ahoguemos?, es como no tienes cuidado de que muramos, de que algo nos pase mal, es como decirle al Señor Tu estas dormido mientras nosotros estamos luchando aquí y a ti no te importa lo que nos pasa.
Hombre de poca fe: Jesús los confronta por el temor que tenían, ellos habían vistos al Señor como había sanado a muchos enfermos, ¿será que Jesús puede sanar y no calmar una tormenta?, son hombres de poca fe (ὀλιγόπιστος oligopistos de poca fe) (Vr 26a).
Autosuficiencia: Los discípulos eran expertos pescadores, ellos habían enfrentado diferentes tormentas. ¿Qué diferencia tenía esa tormenta a las que ellos habrían enfrentado en el pasado? Las pruebas nos ayudan a dejar nuestra autosuficiencia, 2 Corintios 1:8-9, como dice Pablo no confiar en nosotros mismos sino en Dios. (Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión que hasta perdimos la esperanza de salir con vida: 9 nos sentíamos como sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos)
Dependencia: Jesús tiene dominio sobre la tormenta. Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo (Vr 25b). Cuando somos confrontados por nuestra fe, cuando la situación sobrepasa nuestras posibilidades y habilidades, solo podemos depender del poder sobrenatural de Jesús que calma cualquier tormenta de nuestras vidas y restaura nuestra confianza en él para seguir creyendo, como cuando David al llevar el arca a Jerusalén declara en 1 Crónicas 16:30 (¡Que tiemble ante él toda la tierra! Él afirmó el mundo, y este no se moverá).
3. En medio de la Tormenta conocemos al Dios que va en nuestra Barca.
El Dios que va en la barca nos cuida, no nos descuida, él tiene el control absoluto.
¿Porque tener miedo si Dios está con nosotros? El gran yo soy estaba en la barca.
¿Porque cuestionar a Dios como si no le importara lo que nos pasa? A él le importamos, no es indiferente.
Si nuestra mente nos lleva a pensar que no hay esperanza debemos confrontar nuestra mente con la realidad de Cristo en nuestras vidas y debemos orar clamando gritando desesperadamente como lo hicieron los discípulos.
Cuando se calma la tormenta: Cuando pasa todo esto solo queda sorprendernos por el poder absoluto de Dios en medio de las tormentas. El es mas grande de lo que nosotros pensamos y de lo que nosotros somos: Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?» (Vr 27), nos maravillamos y solo queda absoluta alabanza y adoración.
El sabe en qué momento calmará la tormenta, y el momento que destine para eso será glorioso y quedaremos maravillados por el poder de su amor hacia nosotros.
Conclusión: El Señor Jesús allí en el monte de los olivos como lo dice
Lucas 22:39-45 lucho la tormenta más grande, el sabía que iba a morir en la cruz, que lo iban a golpear, que lo iban a escupir, que lo iban a maltratar y sintió miedo, tuvo temor, él sintió angustia, él sabe lo que significa eso, sabe lo que significa estar solo, abandonado, por esto, él no es indiferente a tu temor ni al mío, sabe que lo vamos a sentir, sabe que en momentos nuestra fe se va a debilitar, pero él si quiere que lo invites, que lo involucres, sea lo que sea, El Señor Jesús ora y derrama su angustia delante del Padre, hoy tu barca se puede estar quebrando, el agua se puede estar entrando, quizás en la barca de tu vida jamás ha estado Jesús, no hay quien te ayude, quizás, sí ha estado, pero, no lo has llamado y aparentemente esta callado, no se ve nada, pero, solo basta una Palabra suya, hoy, esta es una invitación a buscarlo, a llevar tus temores y clamar con seguridad y con confianza, con fe porque sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6), porque la fe restaura nuestra confianza en Dios y podemos avanzar con Jesús, quien nos ha dado Salvación, quizás estes perdiendo las fuerzas, pero no estamos solos él está con nosotros (Mateo 28:20), tenemos una esperanza futura y la convicción de que no hay temor en los brazos del Padre y toda inseguridad de este mundo se va, ahora bien, esta es nuestra esperanza que un día, esos momentos de angustia y dolor desaparecerán para disfrutar de la gloria eterna de Cristo con Dios en Su presencia.
Luke 22:39–45 NVI
Jesús salió de la ciudad y, como de costumbre, se dirigió al monte de los Olivos, y sus discípulos lo siguieron. Cuando llegaron al lugar, les dijo: «Oren para que no caigan en tentación.» Entonces se separó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y empezó a orar: «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.» Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo. Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra. Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza.
Has esta oración conmigo: Señor gracias por enseñarme sobre la fe, no solo quiero creer por las cosas positivas que me das a diario, sino que realmente quiero confiar en que Tu eres real en mi vida, creer que Tu existes y confiar en Tus planes para mi vida, ayúdame a no fundamentar mi fe en mis sentimientos y en mis pensamientos, ayúdame a creer que Tu sacrificio en la cruz del calvario fue suficiente para adoptarme como hijo, Tu eres mi Abba y que en tus brazos toda mis preocupaciones y problemas se disipan, dame la convicción Espíritu Santo para avanzar confiadamente en mi fe y poder con agarrarme de Tus promesas para mi vida cuando las cosas se ven mal, en el nombre de Jesús amen.
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