Beneficios sin sacrificio
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¿Cómo hallamos soluciones para el alma?
¿Cómo hallamos soluciones para el alma?
—Estoy triste. —Ya no estés triste.
—No sé cuál es mi propósito. —Descúbrelo.
—Me cuesta manejar mis pensamientos. —Contrólalos.
A veces las soluciones que nos dan para liberar el alma no parecen ser atinadas. Parecen superficiales. Esto es por dos razones:
Tenemos un pensamiento reduccionista, queremos cosas concretas, soluciones rápidas y exactas.
Hemos aprendido a tomar medicamentos que no curan pero quitan el dolor.
Trabajar el alma no se hace con soluciones instantáneas, porque lo que tenemos en el alma se ha ido acumulando a lo largo de años de experiencias.
Cualquier proyecto que emprendamos, un ministerio para servir a Dios o la forma en la que enfrentamos la vida requiere de nosotros un compromiso serio con nuestra alma.
Una misión para Josué
Una misión para Josué
6 »Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados.
Josué no es un jovencito pero ahora está frente a un reto enorme: guiar al pueblo de Israel en el cumplimiento de la promesa de Dios.
Dios le da una misión clara con un pedido contundente: entra a la tierra prometida y para eso debe ser fuerte y valiente.
Josué podía tener una idea de cómo conquistar la tierra, aunque sabía que iba a depender de la guía divina, pero ¿cómo podía ser fuerte y valiente?
De hecho, parecen ser tan importantes estas características que Dios se las demanda tres veces en sus instrucciones (v.6, 7 y 9).
Incluso en el versículo 9 lo afirma como un un mandamiento, como una ordenanza.
Pero Dios no solo le da una ordenanza dejándole a Josué la tarea de descubrir cómo cumplirla. Sería injusto que le pidiera algo y no le dijera cómo conseguirlo. Dios no solo le da el destino, también el camino.
Dios te dio un alma, te dio una vida, pero no te la dio dejándote al aire sin saber cómo vivirla o cómo cuidarla, Dios te dio la guía para que la vivas bien.
Mucha gente dice que Dios no es justo ni busca nuestra libertad porque él nos obliga a vivir como él quiere y si no lo hacemos nos cae la maldición. La verdad es que él nos dio la vida y nos dice cómo podemos vivirla con éxito.
El método de Dios
El método de Dios
6 »Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados. 7 Sólo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; sólo así tendrás éxito dondequiera que vayas. 8 Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. 9 Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.»
La valentía y fuerza que Dios le pedía a Josué era justo acerca de permanecer en su palabra, en sus promesas, era permanecer en él. Por que para ser fuerte y valiente y tener éxito en la vida debes mantenerte fiel a Dios, esa es la clave de la vida.
Primera clave: Obedece a Dios
Primera clave: Obedece a Dios
La ley de Dios demanda obediencia.
Obedecer es someterse a otra voluntad.
Obedecer es creer que la otra voluntad es mejor que la nuestra.
La obediencia es una manifestación de humildad y sometimiento.
La permanencia solo es posible a través de la obediencia.
Segunda clave: Permanece en Dios
Segunda clave: Permanece en Dios
¿Cuál era la ley que conocía Josué? No era la Biblia que conocemos hoy.
Josué sabía que mantenerse fiel a las ordenanzas de Dios no significaba respetar una ley fría y vacía, era honrar a al Dios de la ley.
La ley no era algo ajeno a Dios, la ley era la guía que Dios le había dado a Moisés para que el pueblo tuviera éxito y alcanzaran la promesa que les había dado.
Cada pueblo tenía un dios al que seguían y complacían con sus rituales y ordenanzas. Israel tenía un Dios diferente cuyos mandamientos no buscaban darle algo a Dios sino recibir algo de Dios.
La pregunta es: ¿Cómo se permanece? ¿Cómo se es fuerte y valiente cuando nada sale como queremos?
Tercera clave: Recita la palabra de Dios
Tercera clave: Recita la palabra de Dios
Que la palabra de Dios no se aparte de tu boca.
Esta clave que Dios le da a Josué demanda una consulta frecuente y una confesión constante.
¿Alguien hizo el estudio de esta semana? ¿Notaron la práctica de recitar?
Cuarta clave: Medita en la palabra de Dios
Cuarta clave: Medita en la palabra de Dios
Esta clave es como rumiar la palabra de Dios. Es como comer chicle.
La meditación toma tiempo, pensamiento. Es un ejercicio.
La meditación es una reflexión que te acerca a lo que estás meditando, es como si tuvieras un espejo en el que te estás mirando.
Quinta clave: Practica la palabra de Dios
Quinta clave: Practica la palabra de Dios
La práctica es una acción. Es llevar a cabo algo.
Lo que recitamos y meditamos debe producir una práctica.
Esto no devuelve a la primera clave, como si fuera un círculo de éxito.
Josué debía hacerlo estando frente al Jordán, atravesándolo, rodeando los muros de Jericó, peleando contra un ejército y repartiendo la tierra.
Ejercicio para el alma: Estudio y meditación
Ejercicio para el alma: Estudio y meditación
15 Estudiaré tus mandamientos y reflexionaré sobre tus caminos. 16 Me deleitaré en tus decretos y no olvidaré tu palabra.
El ejercicio para el alma no es solo la lectura (como lo aprendimos antes) sino el estudio que provee meditación.
Tu compromiso es hacer los estudios de cada semana de la Iglesia.