Cansado del Viejo

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Conferencia

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Resumo

Hace unas semanas hemos empezado a exponer el evangelio de manera sistemática, hemos visto que el Evangelio empieza en Génesis 3:15, cuando Dios promete a Adán, Eva y a la serpiente de que algún día, nacería de la mujer, una simiente que pisaría la cabeza de la serpiente.
Voy a llamar eso de ¡promesa suprema!
Porque todo lo que Dios hace en la tierra desde Adán hasta Jesús es para cumplir la promesa de Génesis 3:15, es la promesa de la salvación.
En el día que Adán y Eva comieron del fruto del árbol de conocimiento del bien y del mal, ellos querían ser igual a Dios, la serpiente quería ser igual a Dios y en ese día la serpiente pensó: ¡vencí!¡gané! El hombre viene conmigo al infierno.
Pero vemos que en realidad lo que sucede es que Dios empieza un plan para salvar al hombre de recibir la misma condenación que la serpiente. La misma condenación que Lúcifer.
A partir de ese momento vemos que Dios hace pactos con el hombre y estos pactos tienen un solo objetivo, cumplir la promesa suprema, la promesa del nacimiento del Salvador.
Entonces Dios hace un pacto con Nóe, con Abrahan, Isaac y Jacob, con su pueblo de Isarel y estos pactos apuntan a una sola persona: Jesucristo
Por medio de un solo hombre entró la muerte en el mundo, la muerte te alcanzó, nacimos de adán y por eso somos pecadores, pero a la vez por medio de un solo hombre, sobreabundó la gracia, de la misma forma que la muerte llegó a cada uno de nosotros, así también, por medio de un solo hombre, Jesús de Nazaré, el hijo de Dios, nos llegó también la vida eterna, cuando en la Cruz Jesús recibe la condenación por nuestros pecados y coloca en nosotros Su justicia. Éramos pecadores enemigos de Dios, y fuimos hechos justos, por la justicia de Cristo.

Introducción

En el último domingo hablamos del pacto que caducó, vimos que la Antigua Alianza el Antiguo Pacto, ya no tiene vigencia, envejeció, se tornó antiguo, se tornó viejo, se tornó sin efecto.
Pero, no del todo.
Quiero explicarte, con esa ilustración:
Cierta vez una persona estaba muy cansada, no tenía fuerza ni ánimo para hacer nada. Su agotamiento era tan grande que ella fue al médico para hacer una consulta. Llegando allá el médico le recetó unas pastillas vitaminicas, eran un complejo vitaminas que darían más disposición a esta persona.
Llegando en su casa, ella está persona se acuerda que hacia algunos años atrás ella había tenído un problema similar y había en su armário en una caja, vários medicamentos. ¿Quién no tiene la cajita de medicación?
Resulta que ella encontró ahí vamos sumeplentos, así que pensó, mejor tomo estos que ya tengo y sé que no me harán mal porque ya las usé antes. Así que la persona empezó tomar de estas pastillas.
En el primer día, notó una mejora en su disposición. En el segundo día usando las pastillas empezó a sentir un dolor de panza, pero nada muy grave, era algo suave, y la molestia era muy pequeña. Al tercer día, le dio diarrea y vómitos.
Y piensa: no puede las pastillas porque son buenas, ya las usé, son muy similares la que recomendó el médico. Estas pastillas no generan daño. Son de un excelente laboratorio y tengo amigos que utilizan y no les pasa nada.
Seguro fue alguna cosa que comí. Así que siguió usando las pastillas y al cuarto día, el dolor era tanto, que tuvo que volver al médico pero ahora por el dolor en la panza.
Estando en el médico, el le pregunta: ¿Qué pasó? Y ella empieza acontar, que hace pocos días empezó con el dolor de panza, y el medico preguntó está usando alguno otra medicación.
Ella responde: He empezado usar unas pastillas vitaminicas, son muy buenas dice, el medico pregunta: ¿Cómo se llaman?
Ella contesta: Son estas mira, las traje para que las vea.
El médico, mira, observa y dice: Realmente estas pastillas son excelentes, son buenas y perfectas para dar más energía y disposición, pero hay 2 problemas.
¿Cuáles le preguntó la mujer?
Debes tomarlas correctamente, sin fallar. Eso hago o por lo menos lo intento respondió ella.
Y la otra cosa es que deben estar dentro de fecha de vencimiento, y el tuyo está vencido. Aún que intentes tomar correctamente, esa pastilla jamás te hará sentirse mejor. Necesitas nuevas pastillas.
Así es el viejo pacto, así es la ley, la ley es buena, es perfecta, su creador es perfecto, pero el antiguo pacto envejeció, caducó.
Pero hay personas que insisten en seguir consumiendo “la pastilla vencida”. Consumir una pastilla vencida no nos hará bien, puede que la pastilla tenga todos los elementos que nos hace bien, pero al envejecer pierde su efecto pudiendo inclusive hacerte mal.
Si tu insiste en vivir bajo la ley, si tu insistes en vivir consumiendo algo que ya caducó, vas a estar siempre sintiéndote mal.
Vas estar siempre de bajo de acusación, angustia y miedo. Pues eso es lo que genera la ley del antiguo pacto.
La ley es perfecta, pero resalta tu imperfección, la ley es buena pero para una persona como nosotros se torna un peso.
Un peso tan grande que todo aquél que intentar cargarlo se cansa rápidamente.
¿Cuantos ya intentaron cargar un bolso muy pesado por una larga distancia?
Es muy difícil! Es probable que tengas que ir parando varias veces por el camino. Y si ese camino es la vida, entonces no estamos hablando de un camino corto, sino de un maratón. La vida es una carrera de larga distancia.
¿Cómo la quieres transitarla? ¿Llevando un peso desnecesario?¿Una carga tan pesada que te hace no querer vivir? ¿Hasta cuando vas intentar llevar una carga que eres incapaz de sostenerla?
Jesús hoy te dice en Mateo 11:28 -29 “»Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.”

28 »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. 29 Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.»

El yugo era un artefacto de madera que se usaba para dar dirección al ganado para trabajos agrícolas, pero entres los maestros de la ley, se decían que el yugo era el conjunto de enseñanzas de aquel maestro.
En cierta ocasión, después de Jesús ya haber resucitado, la iglesia avanzaba y cada vez más y más personas aceptaban a Cristo como Señor y salvador, entonces los apóstoles se reunieron y discutían si los nuevos convertidos deberían cargar con el yugo de la ley de Moisés. Entonces el Apóstol Pedro toma la palabra y dice:
Hechos 15:7-10 “Después de una larga discusión, Pedro tomó la palabra: —Hermanos, ustedes saben que desde un principio Dios me escogió de entre ustedes para que por mi boca los gentiles oyeran el mensaje del evangelio y creyeran. Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros. Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por la fe. Entonces, ¿por qué tratan ahora de provocar a Dios poniendo sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar?”
Hermanos, muchos piensan que seguir a Cristo es un peso, pero lo que Jesús está diciendo es todo lo contrario, el dice mi yugo es suave, y mi carga es liviana y más les conducirá al descanso.

Una Alianza Inquebrantable

Jesucristo va ahora mediar una nueva alianza con el Padre. Jesucristo va ahora hacer un mejor pacto con el Padre.
El Nuevo Pacto te va liberar del Viejo.
¿Estas cansado del viejo? ¿Cansado de la acusación, del miedo, de la angustia?
Lea conmigo Hebreos 9:15 “Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de los pecados cometidos bajo el primer pacto.”
La muerte de Cristo te liberó del primer pacto.
Cuando creemos que Jesús murió y resucitó. Por esta fe, nosotros morimos junto con Él y resucitamos con Él.
Cuando morimos, el testamento anterior pierde efecto y cuando nacemos, nacemos bajo el nuevo pacto de Cristo. Un pacto entre el Hijo y el Padre, en el cual todos nosotros estamos inseridos por medio de Cristo.
Si Cristo cumplió todo, entonces los que ponemos en Él nuestra fe no tenemos de que temer, si Cristo no cumplió con el pacto, entonces toda la tierra debe temblar ante la ira de Dios, pues ni uno solo se salvará.

Las Clausulas del Nuevo Pacto

Hebreos 8:7-13 “Efectivamente, si ese primer pacto hubiera sido perfecto, no habría lugar para un segundo pacto. Pero Dios, reprochándoles sus defectos, dijo: «Vienen días—dice el Señor—, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos no permanecieron fieles a mi pacto, y yo los abandoné —dice el Señor—. Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel—dice el Señor—: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán. Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados.» Al llamar «nuevo» a ese pacto, ha declarado obsoleto al anterior; y lo que se vuelve obsoleto y envejece ya está por desaparecer.”

Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón

En el Nuevo Pacto las leyes de Dios están en nuestro corazón, eso es maravilloso, porque cuando algo está adentro nuestro, no hace falta esfuerzo para salir, es natural.
El que recibe a Dios tiene la ley de Dios adentro, nuestro espíritu desea las cosas de Dios, aunque nuestra carne desee lo contrario, nuestro espíritu desea las cosas de Dios.
Naturalmente, no vas a querer mentir, robar, no vas a querer adulterar, no vas a querer nada que desagrada a Dios, porque la ley está dentro de ti, es parte de ti. Lo que nos lleva al segundo punto.

Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo

Todos conocerán al Señor, en la antigua Alianza, nadie podía tener intimidad con Dios, ahora, en la nueva Alianza, bajo el nuevo Pacto, desde de un niño a un anciano, todo podrán ser llenos de la presencia de Dios

Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados.

Por último y quizá más importante. En la nueva Alianza, en el Nuevo Pacto de Cristo, todos sus pecados están perdonados.
Romanos 8:1-2 “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.”
En esta noche, mire a la Cruz de Jesús y sepa que tu eres amado y amada por Dios, un nuevo pacto ya fue establecido, tus pecado fueron perdonados y ahora puedes ter paz con Dios. Estás unido con Cristo.
¡Aleluya!
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