Dios nos llama a la obediencia

Introducción

Creo que uno de los temas que más se han desvirtuado de la Biblia es el asunto de la obediencia.

Algunos creen que debemos obedecer a Dios, porque si no obedecemos nos vamos al infierno y perdemos nuestra salvación.

Otros piensan que ya no es necesario obedecer, porque Dios nos salvó y lo hizo por gracia.

Y aunque ambas posiciones tienen base bíblica, es necesario hacer un análisis más profundo, conocer el corazón de Dios y nuestros límites.

El ser humano no puede cumplir todas las leyes de Dios

Por más que tu y yo nos esforcemos no vamos a cumplir toda la ley de Dios. Y ¿te digo un secreto? DIOS LO SABE.

Romanos 3:10–12 NTV

10 Como dicen las Escrituras: «No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. 11 Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios. 12 Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo».

Si Dios lo sabe: ¿qué espera de nosotros?

Aun cuando Dios sabe que no vamos a poder cumplir todas las leyes de Dios, él quiere que seamos obedientes.

Pero, ¿esto no es una contradicción?

Para nada, Dios está esperando de nosotros que nos esforcemos cada día por ser obedientes.

Las razones correctas para ser obedientes

El problema de muchas personas cristianas es que se esfuerzan por ser obedientes, por miedo; ya sea porque alguien les metió miedo acerca de su salvación o por miedo a Dios.

La idea de muchas personas es que Dios está en su trono pendiente a ver si fracasas para juzgarte y enviarte el castigo.

Somos llamados a ser obedientes

No soy obediente por miedo al castigo, soy obediente en agradecimiento de lo que Jesús hizo por mí.

Cuando recalibramos nuestros sentidos celestiales podemos ver la mano de Dios.

El día en que entendí que debo ser obediente a Dios no por miedo al castigo, sino porque Jesús decidió salvarme aun cuando no lo merecía; mi mentalidad hacia las cosas de Dios cambiaron.

Dios me llama a ser obediente porque él nos amó primero.

1 Juan 4:19 NTV

19 Nos amamos unos a otros, porque él nos amó primero.

Jesús sin nosotros merecerlo se entregó a sí mismo. Yo no sé si tu entiendes esto, pero Jesús hace más de 2000 años estuvo dispuesto a entregarse en esa cruz por mí. Y sabes yo no merezco que el Dios soberano, poderoso se haya entregado por mí.

Somos obedientes porque Dios está con nosotros

Deuteronomio 4:7 NTV

7 Pues, ¿qué gran nación tiene un dios que esté tan cerca de ellos de la manera que el Señor nuestro Dios está cerca de nosotros cada vez que lo invocamos?

Soy obediente porque sé que Dios está conmigo, pero no con dedo acusador, sino trabajando en mi vida.

La intención de Dios es glorificarse en nuestra vida y para esto, Dios quiere cada día eliminar cosas para ganar áreas en mi vida. Es un proceso.

Juan 3:30 NTV

30 Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos.