NO MATARÁS

los diez mandamientos  •  Sermon  •  Submitted
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6to Mandamiento
No matarás.
Ex. 20:13
Introducción:
📷
En la actualidad no sabemos si los homicidios continuaron descendiendo o ascendieron de nuevo.
Pero lo que, si sabemos por estas estadísticas, es que el ser humano ha perdido el temor de derramar la sangre de su prójimo, ya que leyendo estas estadísticas encontré que la mayoría de estos asesinatos se dieron públicamente, a la vista de la concurrencia.
En estos días ya es fácil para alguien salir a la calle y tomar la vida de otra persona, como si fuera a matar una gallina para su almuerzo.
Si comparamos a un ser humano con un animal, ya no le dan mayor importancia a un ser humano. Ambos seres vivos son fáciles de matar para el hombre.
¿Cómo sabemos esto?
Porque se quiere legalizar el aborto, se quiere legalizar la eutanasia.
Se ha perdido el amor y el respeto a la vida del prójimo, y donde no hay amor y respeto, todo es posible. Incluso el asesinato.
Pero sobre todo se ha cambiado la razón por las emociones.
No importa lo que es correcto, importa lo que yo siento.
(miremos este video)
Creo que esta claro que el ser humano ha dejado de lado la razón, no porque no sepa lo que es correcto, sino que odia lo que es correcto y abraza sus sentimientos (lo que él quiere) y eso hace.
Y vemos que el ser humano es capaz de matar a un ser vivo aun cuando recién se está formando.
Hay una frase que dijo un Pastor:
El lugar más seguro para el ser humano era el vientre materno, pero el día de hoy se ha convertido en el lugar más inseguro.
Este 6to mandamiento, dice:
No matarás.
Ex. 20:13
¿podemos memorizar este mandamiento?
Este 6to mandamiento: no matarás, prohíbe un pecado y es el asesinato (homicidio). Pero también nos deja un deber implícito y es que, debemos de proteger la vida de los demás y la nuestra.
¿me dejo entender?
Este mandamiento nos manda a no pecar quitando la vida a alguien más, pero también entendemos con esto que debemos de cuidar la vida de los demás y la nuestra, no debemos dañar a otros ni a nosotros mismos.
Consideremos por un momento ¿Qué clase de pecado es el asesinato?
- El asesinato es un pecado que afrenta a Dios, que ofende a Dios:
Porque es un quebrantamiento de su mandato.
¿padres que sienten cuando sus hijos no obedecen a una orden?
¿Acaso su desobediencia no es una afrenta, una ofensa a tu autoridad?
Cuando desobedecemos a Dios hacemos lo mismo. Pisoteamos su mandato al no obedecer.
- El asesinato es un agravio contra la imagen de Dios:
¿A imagen y semejanza de quien fue creado el hombre?
Así que, asesinar a una persona, es un ataque directo a la imagen de Dios, es un desprecio por la imagen de Dios.
- Si la persona asesinada, era creyente, el asesinato es un ataque al templo de Dios.
Porque el cuerpo del creyente ¿es templo del…? E.S.
Así que el homicida, al asesinar a ese creyente, destruye el templo de Dios
¿Tú crees que Dios va a tolerar semejante afrenta?
Hermano, la sangre de un asesinado, de una víctima clama al cielo.
Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
Gn 4:10
La sangre de Abel clamaba por justicia a Dios. Y Dios es quien da la justa paga a un asesino.
Tú y yo sabemos lo que luego paso con Caín y la maldición que Dios le dio.
- El asesinato es un pecado diabólico:
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él…
Jn 8:44
El asesinato convierte a una persona en el auténtico hijo del diablo, porque Satanás es homicida desde el principio.
Satanás dijo a nuestros primeros padres: “No moriréis”
Nuestros padres creyeron su mentira y murieron. Comieron del fruto prohibido, murieron espiritualmente y juntamente con el pecado ingreso la muerte a la humanidad.
- El asesinato es un pecado maldito:
Cuando Caín mató a Abel, Caín quedo bajo maldición.
11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.
Gn 4:11–12
La tierra que absorbió la sangre de su hermano, es la tierra que no le iba a producir sus alimentos y también no siempre iba a estar en un mismo lugar, siempre estaría trasladándose de un lugar a otro.
Así que, el asesinato trae maldición consigo.
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Ap 21:8
Todos los asesinos que no se arrepientan, su destino esta muy bien grabado en las Escrituras.
Y en Marcos Jesús nos dice que, es un fuego inextinguible. Ese fuego nunca cesa.
Alguien dijo refiriéndose al fuego del infierno: El tiempo no le pondrá fin, ni las lágrimas podrán apagarlo.
Ahí es donde estará por siempre el asesino.
Este mandamiento también lo vamos a dividir en dos semanas.
Entonces, hoy veremos como nosotros no debemos dañar a otros físicamente y no debemos dañar su alma (no debemos matar físicamente y no debemos matar el alma de la otra persona)
La otra semana veremos como nosotros no deberíamos de dañarnos a nosotros mismos. Y quizás ahí hablaremos un poco del suicidio, porque este mandamiento dice no matarás, eso te involucra: no puedes matarte.
1. No debemos dañar a otros físicamente:
¿cuál es el texto que aprendimos de memoria?
No matarás.
Ex. 20:13
Este es un mandamiento, es un precepto, es una aseveración, es una orden de Dios.
¿Saben para que Dios nos ha dejado mandamientos?
Los mandamientos son muy similares al vallado de la cuna de un bebe.
¿Para qué están esas rejas en la cuna del bebe?
Tú y yo siendo hijos de Dios, los bebes de Dios, Él ha puesto vallas (rejas) para que no nos lastimemos.
Sabe Dios que si nosotros, pasamos esas vallas, quebrantamos esos mandamientos, nos haremos daño.
Y la vida es lo mas valioso que existe y así como cada mandamiento existe para el cuidado de sus hijos, el no matarás también es para nuestro cuidado. El cuidado de la vida de todo ser humano.
El no matarás también es para el incrédulo, para que él pueda entender que hay un Dios dador de la ley. Que, si el va en contra de esa ley establecida por Dios, al dañar a alguien más, el mismo se va a dañar con las consecuencias de su pecado.
El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
Gn 9:6
Para cuando Dios dijo esto, no existía la ley mosaica.
Así que, para Dios, una consecuencia del asesinato es la muerte del asesino.
En el antiguo pacto, si alguien llegaba a matar a otra persona involuntariamente. O sea, si esa muerte sucedía por algún accidente, por algún error que esta persona cometía y terminaba matando a alguien más, él podía ir a las ciudades de refugio para proteger su vida, porque siempre había alguien que iba a querer vengar esa muerte.
Pero si alguien mataba a alguien más, deliberadamente, con alevosía, este no podía ser protegido por las ciudades de refugio. Este tenía que morir por mano del vengador o por mano del pueblo.
Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera.
Éx 21:14
Dios mismo se encargaba que esta persona asesina, fuera asesinada.
Porque Dios dijo: El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada…
No matarás.
Ex. 20:13
Este mandamiento no matarás también prohíbe todos los pecados que conducen a ello (todos los pecados que pueden dar ocasión a un asesinato).
Quizás ninguno aquí comete asesinato físico, pero hermanos hay sentimientos que conducen al asesinato físico y esos sentimientos son pecaminosos.
Antes de un asesinato hay ira, envidia y odio.
Y si estas emociones están dirigidas a tu prójimo, son pecaminosas delante de Dios.
- La ira es un sentimiento que arde en las venas y muchas veces a conducido al asesinato.
…Porque en su furor mataron hombres,…
Gn 49:6
Jacob aquí está bendiciendo a cada uno de sus hijos y cuando menciona a Simeón y Leví, recuerda el evento de cuando ellos en un momento de ira, de furor, llegaron a asesinar a Siquem, a su padre Hamor y a toda su casa.
La ira es un sentimiento que tenemos que cuidar, porque la ira es un sentimiento pecaminoso que puede conducir al asesinato físico de otra persona.
21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.
22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
Mt 5:21–22
La ira que arde en el corazón humano, siempre quiere salir y siempre te puede conducir a dañar a otra persona, no hasta el punto de quitarle la vida, pero si al punto de gritar e insultar.
Así que, tenemos que pedir a Dios que nos ayude a cuidar nuestro temperamento. Que nos de carácter para controlar ese temperamento.
- La envidia también es un sentimiento pecaminoso que puede conducir al asesinato.
O dime si acaso no existen casos de personas que envidiaron a otra persona, porque tenía algo que él no tenía y terminaron matando para poder poseer lo que esa persona tenía.
Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.
Gn 37:20
Los hermanos de José sintieron envidia por José, porque él era el amado de su padre y a él se le regaló la túnica y a ellos nada.
La envidia que invadió los corazones de los hermanos de José, fue lo que condujo a estos hombres a tramar la muerte de José.
21 envidias, homicidios, …
Gl 5:21
La envidia y el asesinato son parientes cercanos.
Por eso Pablo los menciona conjuntamente.
También debemos de cuidar nuestros corazones, pedir a Dios que la envidia no pueda tener lugar en nuestras emociones.
Pidamos a Dios que la envidia no pueda nacer en nuestros corazones que, cuando veamos un hermano prosperar y nosotros no, ver cosas que él tiene y nosotros no, que la envidia no sea un sentimiento que forme parte de nosotros.
Debemos de pedir a Dios que la envidia no nazca en nuestros corazones cuando vemos a un amigo que tiene una familia muy unida, que tiene una familia que se apoya y mi familia no es así.
La envidia no tiene que ser un sentimiento nuestro.
- El odio también es un sentimiento pecaminoso que conduce al asesinato.
9 Y dijo Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en casa de Amán la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella.
10 Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey.
Est 7:9 – 10
Amán odiaba a Mardoqueo y fue amán en su odio que preparo una horca para Mardoqueo.
Y terminamos viendo la consecuencia de Amán, al querer buscar la muerte de Mardoqueo.
Amán hizo muchas cosas más, pero uno de sus planes era la muerte de Mardoqueo.
En su odio buscó la muerte de Mardoqueo, pero termino muerto en su propia horca.
El odio es un sentimiento pecaminoso, que puede convertirse en una acción de asesinato.
El odio es un sentimiento profundo e intenso de querer dañar o producir la desgracia a alguien más.
El odio es aborrecer y sentir rechazo a alguien.
Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida
1 Jn 3:15
Quizás nunca has tenido un odio que te ha llevado a asesinar a alguien, pero el odio que puedes sentir a una persona, por más pequeño que sea ese sentimiento, es aborrecer y te vuelve homicida.
El odio busca el daño y la desgracia de la otra persona.
Yo espero que nunca te hayas alegrado por la desgracia de alguien, porque eso significa que tú lo odiabas y ni siquiera te habías dado cuenta.
Tú lo odiabas y ya lo habías matado hace ratos en tu corazón.
Pidamos perdón a Dios si es que alguna vez nos hemos alegrado por la desgracia de alguien.
Pidamos a Dios que cuide nuestro corazón de este sentimiento pecaminoso que es el odio.
Cuidemos de no manchar nuestro corazón con estos sentimientos pecaminosos.
Pero también cuidemos nuestras manos de mancharlas de la sangre de otro.
El querer matar o dañar a alguien físicamente.
Porque hay quienes piensan que uno puede vengarse o hasta tomar la vida de otra persona, porque esa persona lastimo a un ser amado o ha cometido un agravio contra mi persona.
¿Nosotros ofenderemos a Dios por el hecho de que alguien nos ha ofendido a nosotros?
Nosotros no podemos ofender a Dios de esa manera queriendo dañar, querido vengarnos de esa persona, sea lo que sea que haya cometido contra nosotros.
Él dice:
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Ro 12:19
No podemos tomar la venganza con nuestra propia mano, no podemos dañar a alguien físicamente, no hagas de fiscal, no tomes el papel de juez, no tomes el papel de verdugo queriendo quitarle la cabeza a aquel que te daño. Esta es una gran afrenta contra Dios y no nos va a tener por inocentes.
Es una afrenta contra Dios el querer tomar la justicia con nuestras propias manos y no confiar en que Dios lo hará a su tiempo.
Es una afrenta contra Dios el querer tomar la justicia con nuestras propias manos y querer dañar a una persona hecha a imagen y semejanza de Dios.
Hermanos, yo sé que hay personas que han violado, han asesinado, han cometido atrocidades y se merecen la muerte, que sean dañados físicamente, que sufran dolor en carne propia.
Pero Dios ha puesto autoridades para castigar a esa gente y si las autoridades no cumplen con su papel, no nos toca a nosotros jugar ese papel de juez. Dios los va a juzgar a ellos (a las autoridades) por su injusticia, por su corrupción.
Dios en su momento va a hacer que caiga la consecuencia y su justa venganza sobre aquellos que han cometido tales iniquidades.
2. No debemos dañar el alma de otros:
Esto lo voy a decir de forma muy rápida:
Este es el mayor asesinato de todos, porque hay más de la imagen de Dios en nuestra alma y nuestro ser interior que en nuestro cuerpo físico.
Nosotros nos parecemos más a Dios internamente que externamente. Porque Dios no tiene un cuerpo físico, Dios es espíritu.
Si la imagen y semejanza de Dios está impregnada en nosotros, eso quiere decir que esa imagen y semejanza está dentro de nosotros.
Aunque el alma no puede ser asesinada (aniquilada), solamente Dios puede hacer ello. Es por eso que tememos a Dios a quien si puede tocar el cuerpo y el alma.
Pero hermanos, nosotros sí podemos ir dañando poco a poco el alma de otra persona cuando la privamos de su felicidad y le causamos tristeza, cuando hacemos sufrir y padecer malos momentos a la otra persona.
¿Me dejo entender?
Algunos ejemplos:
La semana pasada terminamos de hablar el 5to mandamiento. ¿Cuál era?
La deshonra a los padres, puede ir dañando su alma.
El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre.
Pr 10:1
El hijo que desobedece, se junta con malas amistades, ingresa a tener vicios, frecuenta lugares de mal a muerte, ese hijo es tristeza de su madre.
Ese hijo esta matando poco a poco el ser interior de su madre, esta dañando el alma de su madre.
El marido tiene un mandamiento y es el de amar a su esposa (la cuida, le da regalos, es atento, caballeroso, usa palabras de afirmación, le dedica tiempo, etc). Cuando el marido no ama a su esposa, esta dañando poco a poco su alma.
Cuando la esposa no respeta a su esposo (no es afectuosa, no le dedica tiempo, no le atiende, etc), está dañando poco a poco el alma de su esposo.
La actitud y la conducta negativa que nosotros tenemos para con otra persona, puede ir matando poco a poco el ser interior de esa otra persona, puede ir dañando su alma.
Conclusión:
Así que, hermanos no dañemos el alma de otra persona.
Oremos por no tener esos sentimientos pecaminosos que conducen al asesinato físico (por no tener odio, envidia e ira).
Oremos para que nunca seamos tentados a dañar físicamente a alguien y mucho menos derramar la sangre de alguien.
¿Saben? Nosotros nos lamentamos cuando alguien es asesinado injustamente. Alguien que era recto, tenía una vida moral correcta, era generoso y amable con los demás. Nos afecta que alguien así halla sido asesinado. Y queremos todo el peso de la ley sobre el asesino.
¿Es así?
Pero más deberíamos de lamentarnos por nuestros pecados. Porque fueron nuestros pecados que llevaron a Cristo a la cruz.
Si Cristo murió, es porque tú y yo lo clavamos en esa cruz con nuestros pecados.
Tú y yo somos cómplices de la muerte de Cristo.
Pero gloria a Dios que Cristo resucitó.
Sin embargo debemos de recordar que fueron nuestros pecados lo que lo llevaron a esa cruenta cruz.
4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,
6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
He 6:4 – 6
NTV – v. 6
Es imposible lograr que esas personas vuelvan a arrepentirse; al rechazar al Hijo de Dios, ellos mismos lo clavan otra vez en la cruz y lo exponen a la vergüenza pública.
Los creyentes que pecan y pecan, están clavando y matando con sus pecados nuevamente a Cristo en la cruz.
Los que pecan, están haciendo sangrar nuevamente a Cristo.
Si la sangre de los asesinados, claman al cielo desde la tierra, ¿cuánto más clama la sangre de Cristo a su Padre?
La justicia de Dios va a llegar para aquellos impíos que no se arrepienten, para aquellos que juegan con el cristianismo, para aquellos que juegan con el sacrificio de Cristo, para aquellos que algún momento apostatarán.
No juegues con el pecado, tus pecados mataron a Cristo.
¿Qué dice Ex. 20:13?
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