Descanso en el desierto

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Introducción

El libro de números nos narra la historia del viaje del pueblo de Israel durante el desierto. Viajar en el desierto no es nada fácil. Y mucho menos con un pueblo entero donde viajaban con niños, mujeres, ancianos... y además llevaban ganado, rebaños, sus pertenencias etc. Pero a persar de ello, ellos podían tener lugares de descanso donde recuperar fuerzas y reponerse de las dificultades del viaje.

En nuestra vida vamos a tener que pasar por desiertos. Serán difíciles travesías para cada uno de nosotros. Pero nosotros también podremos descansar en medio de nuestros desiertos. Miremos este pasaje y meditemos en cómo ellos encontraron el repóso.

Para tener descanso en el desierto necesitamos la presencia de Dios

El Arca del pacto simbolizaba la presencia de Dios en medio de su pueblo. Dios no estaba en un lugar al cual el pueblo tendría que acudir con un largo viaje. Dios estaba en medio de ellos. La presencia de Dios estaba en el medio del campamento y también "habitaba" en una tienda de campaña, el Tabernáculo, como en las que vivían los Israelitas. Dios estuvo en medio de ellos durante toda la travesía del desierto.

  • ¿Cómo podemos tener la presencia de Dios entre nosotros?

Anhelo ferviente de estar con Dios

"Jehová le dijo: —Mi presencia te acompañará y te daré descanso. Moisés respondió: —Si tu presencia no ha de acompañarnos, no nos saques de aquí." (Éxodo 33.14-15, RVR95BTO)

"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?" (Salmos 42.1-2, RVR95BTO)

Debemos buscar la presencia de Dios. Debemos desearla y debe ser primordial para nosotros. Moisés no estaba dispuesto a salir de Egipto si no contaba con la presencia de Dios. El salmista que escribió el salmo 42 desesperaba por estar en la presencia de Dios.

¿Cuantos de nosotros anhelamos estar en su presencia? ¿Cuántos de nosotros no iniciamos un proyecto si no tenemos la seguridad de que Dios estará con nosotros?

Muchas veces actuamos con Dios diciéndole: "este es mi plan, si quieres vienes y si no pues nada". Y para colmo luego nos quejamos cuando Dios no está respaldándonos ni dándonos el reposo que necesitamos en el desierto.

Si queremos tener la presencia de Dios, lo primero es anhelarla, desesperar por ella, buscarla y pedírsela a Él.

Comunión con los hermanos

"porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." (Mateo 18.20, RVR95BTO)

La segunda cosa que tenemos que tener en claro es que necesitamos la comunión con los hermanos de la iglesia para poder disfrutar de la presencia de Dios, pues Él quiere la unidad de su pueblo. Muchas veces pensamos que podemos tener comunión con Dios sin tener comunión con los hermanos, pero eso es un grave error.

El apóstol Juan, en su espístola nos recuerda que no se puede tener una relación de amor con Dios, si no nos relacionamos en amor con nuestro hermanos. La iglesia es un cuerpo, y como tal requiere unidad y compañerismo.

No podremos tener paz en medio del desierto si no tenemos una buena comunión los unos con los otros.

Vida en Santidad

"Ciertamente los justos alabarán tu nombre; ¡los rectos morarán en tu presencia! " (Salmos 140.13, RVR95BTO)

Dios no puede habitar con la inmundicia, con la impureza. Él es Santo y por ello quiere habitar en medio de un pueblo santo. No podemos esperar que Dios esté con nosotros si nosotros vivimos en pecado.

Es por ello que debemos vivir vidas santificadas por el Espíritu Santo. Debemos consagrar todo nuestro ser a Dios para que Él nos purifique y cada día crecer en santidad.

Si queremos que la presencia de Dios esté con nosotros debemos ser santos como Él es Santo.

Para tener el descanso Dios debe ser el primero

Según la impresión que da este pasaje el arca encabezaba la gigantesca procesión del pueblo errante de Israel. Según otros pasajes, el arca estaba situada en el centro de la formación. De todas formas, el arca era la primera en "levantarse" para que se movieran los ejercitos y el pueblo y comenzasen a caminar. Por ello más que de lugar físico que ocupaba, esto nos habla más de prioridad. ¿Qué lugar ocupa Dios en nuestro corazón?

El primero al que amamos

"Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. Este es el principal mandamiento." (Marcos 12.30, RVR95BTO)

Amar a Dios sobre todas las cosas, por encima de lo que poseemos, por encima de nuestros seres queridos, por encima de nosotros mismos. Jesús dijo que ese era el gran mandamiento, el más importante. Si queremos encontrar paz en medio de nuestros desiertos debemos tener a Dios en primer lugar en nuestras vidas.

Nuestro amor debe estar focalizado, en primer lugar, en Dios.

El primero en nuestras necesidades

"Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." (Mateo 6.33, RVR95BTO)

Dios y su reino debe ser nuestra prioridad en las necesidades. Cuando buscamos de él primeramente todas las demás serán cubiertas. Los desiertos se caracterizan por la falta de recursos. No hay alimento, no hay agua, no se pueden conseguir nuestras necesidades básicas para subsistir. Por ello, cuando atravesamos lugares desérticos, se da la tendencia a afanarnos por nuestras necesidades materiales básicas y olvidar nuestras necesidades espirituales.

Recordemos que sin Dios no podremos subsistir. Por ello, debemos buscarle a Él primero, sin miedo, pues tenemos la promesa de que las demás cosas nos serán dadas por añadidura.

Para tener descanso en el desierto debemos dejarnos guiar por Dios

Dios no sólo estaba con ellos y era el centro. También era quien dirigia la expedición. Era Dios el que buscaba los lugares de descanso. Era Dios quien guiaba al pueblo de Israel. Del mismo modo si nosotros queremos encontrar los lugares de descanso en el desierto, debemos dejarnos guiar por Dios. Buscar su dirección en nuestra vida.

Buscamos la dirección de Dios en oración

"Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos. ¡Respóndeme por tu verdad, por tu justicia!

(...) Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud." (Salmos 143.1 y 10, RVR95BTO)

Debemos orar y clamar a Dios por su voluntad. En el salmo 143 vemos como el rey David clamaba por conocer la voluntad de Dios en sus oraciones. También tenemos el ejemplo de Jesús que, antes de ir a la cruz, pidió porque se cumpliese la voluntad del Padre en su vida.

Debemos aprender a orar buscando la voluntad de Dios para nosotros y no tanto orar pidiendo que nuestra voluntad sea cumplida.

Buscamos la dirección de Dios en su Palabra

"... cuidando de obrar conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda..." (Josué 1.7, RVR95BTO)

Muchas veces oramos pidiendo la voluntad de Dios, pero no la buscamos donde sabemos que la vamos a encontrar. En la Palabra de Dios encontramos su voluntad para con nosotros.

En mi opinión, a menudo no acudimos a la palabra de Dios cuando buscamos de su dirección porque sabemos que es lo que dice la Biblia y no nos gusta. Es decir, le pedimos a Dios que nos revele otra dirección porque la que nos ha dado no es de nuestro agrado.

Pero recordemos que Dios no cambia y su palabra permanecerá.

Buscamos la dirección de Dios en el silencio

"Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace lo malo." (Salmos 37.5-7, RVR95BTO)

También debemos aprender a escuchar a Dios en el silencio. Para la mayoría de las personas el silencio les incomoda, especialmente cuando están en compañía de otros. Pero deberíamos aprender a callar delante de Dios cuando buscamos su guía. El nos mostrará el camino, pero nosotros debemos estar atentos, abrir nuestros oídos y cerrar nuestros labios.

Estamos acostumbrados a que la gente intente hacerse oir alzando cada vez su voz. En la televisión, los anuncios comerciales tienen un mayor volumen que el programa que estamos viendo por que saben que en cuanto aparecen nos levantamos y perdemos la atención e incluso hablamos con los que están a nuestro lado. Pero debemos recordar que Dios no va a actuar así. Si queremos escucharle, tendremos que aprender a guardar silencio ante él.

Conclusión

Si queremos tener descanso cuando atravesamos el desierto, debemos buscar de la presencia de Dios en nuestras vidas, que sea Él prioritario para nosotros, y busquemos hacer su voluntad.

El arca buscaba un lugar de reposo en lugares inhóspitos. Sólo en circustancias difíciles podemos tener paz y reposo si tenemos la presencia de Dios. Es el conocimiento de Dios el que produce verdadero reposo

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