Misión 4u

Sangre, sudor y gloria  •  Sermon  •  Submitted
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Aprender en la práctica

Anécdota: trabajando en una librería, estudiantes de español visitaban el lugar como método de práctica del nuevo idioma.
¿Podríamos aprender una nueva lengua sin practicarla?
¿Sirve de algo estudiar una profesión sin poder ejercerla?
¿Qué pasa con lo que aprendemos y no ejercemos? Se pierde...

La salud del alma no se logra con ejercicios egoístas.

Cada práctica que estamos aprendiendo busca tu salud, pero el propósito de tu salud es la salud de otros.
El alma se creó con un propósito, tiene una misión: conectarse con otras almas.
El alma no tiene límites porque no se creó para estar aislada sino para vivir en libertad en medio de las conexiones con los demás.
Si aprendes mucho sobre el alma y no ejercitas esos aprendizajes, tu alma se endurece; te vuelves arrogante, juicioso e inaccesible.
El amor de Dios no se debe conservar en el corazón, debe brotar desde el corazón.
Juan 7:38 NVI
38 De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.
Lo que Dios pone en ti no es para crear una reserva. Tu corazón no es una bodega, es un puerto.
Si todo lo que Dios pone en ti no está brotando para bendecir a otros, tu alma necesita a su sanador.

Cuatro dimensiones de la misión

Lo que quiero decir es que hay una misión for you (4u) y esta misión tiene cuatro lados, cuatro caras indivisibles e inseparables. Las encontramos en “el Shema” o credo del judaísmo.
Deuteronomio 6:5–9 NVI
5 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. 7 Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; 9 escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.
En este texto Bíblico podemos ver las cuatro dimensiones en las que hace efecto el amor de Dios cuando está en el alma humana.

Dimensión Intrapersonal

“Grábate en el corazón estas palabras...”
Si amas a Dios debes amarlo con todo, pero ese amor, que es Dios, tiene condiciones especiales: está vivo, se estará moviendo y buscará salir. Si tratas de aprisionarlo te enfermas, te frustras y te endureces.
Estas palabras deben grabarse en tu corazón para que otros las lean, no para ocultarlas o confundir a otros.
Este no es un enigma para gente exclusiva, es para todos.
Debe estar escrita en tu corazón, en lo profundo de tu alma. Debe hacer convivencia contigo, debe impactarte desde lo profundo de tu ser, debe afectar todo de ti.

Dimensión local

“Incúlcaselas continuamente a tus hijos”
Tu familia debe ser influída por la palabra de Dios.
No es que debas atropellar a todos con tu Biblia, es que debes hacer ejercicio del amor de tu Dios para que puedas conquistarlos.
Debes ser intencional en lo que les enseñas y debes mirarte como un entrenador de vida que está desarrollando otra vida.
Tu casa debe estar llena de la palabra de Dios. Escríbela, cántala, cuéntala, recítala, vívela, enséñala, órala.
Esa es tu misión, no es opcional, es parte de la misión de tu alma. Repasa los mensajes en familia, haz los estudios juntos, participa en la familia de la fe como familia natural.

Dimensión Congregacional

“Átalas a tu mano como un signo, llévalas en la frente como una marca”
Desde sus inicios, hacerse cristiano era una señal, una distinción.
El bautismo marcaba ese momento de cambio y ruptura de una vida común a una nueva vida como seguidor de Jesús.
Por eso creo que la tercera dimensión es congregacional, porque tiene que ver con los símbolos que te distinguen como cristiano.
Así que tienes un deber con tu alma y es ejercer en medio de la congregación, lo que Dios te está enseñando.
Si eres parte de la familia de la fe, crece con ella y aporta lo que Dios te ha dado a la iglesia.

Dimensión global

“Escríbelas en los portones de tus ciudades”
Tu misión va más allá de ti mismo (no es egoísta ni individualista)
Tu misión va más allá de tu familia (porque tienes una nueva familia)
Tu misión va más allá de la iglesia (porque hay un mundo necesitado)
Tu misión es alcanzar a todos los que te rodean.
Necesitamos aprender a tener un sentido de misión global, entender que somos parte de un mundo que necesita a Dios.
Debes ser capaz de anunciar en cada sector y área en que te desenvuelves, el amor de Dios, las buenas noticias.
¿Cómo anuncias las buenas noticias?

Ejercicio para el alma

Comparte con alguien cada semana.
Después de cada culto, pregúntate: ¿qué y con quién puedo compartir esta semana?
Si no es intencional, seguramente no lo harás.
Anúncialo también en tus redes sociales, a través de tus mensajes. Usa la tecnología para compartir un mensaje de esperanza.
Cada semana, después de cada culto, medita en una frase o texto Bíblico que puedas publicar para llevar alegría, paz y esperanza a alguien.
Mateo 22:37–39 NVI
37 —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”—le respondió Jesús—. 38 Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. 39 El segundo se parece a éste: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”
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