Devocional 3/1/23

3/ 1/2023

Romanos 13:11 RVR60

11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.

Una de las cosas que pasan en la vida es que a medida que crecemos vamos cobrando conciencia hbdel tiempo.

La primera conciencia la tenemos cuando nos enseñan el funcionamiento de los relojes, empezamos a contar los segundos, los minutos, las horas. Luego en el calendario vemos como pasan los días, meses y años. Así tenemos conciencia de la edad de nuestros hijos, de su tiempo de estudio.

La segunda conciencia del tiempo la obtenemos al pasar los años de nuestra adolescencia y juventud, al ver a nuestros padres y abuelos; entonces nos damos cuenta como han pasado las décadas de años, el tiempo que se ha gastado una generación que esta pasando.

Pero Pablo nos habla de tener conciencia de otro tiempo, que no es cronológico, del cual no todos por la simple experiencia de vida natural pueden llegar a tener. Nos habla de un tiempo de oportunidad que solo puede llegarse a tener conciencia cuando hemos experimentado la salvación por la fe en Cristo Jesús.

Pablo habla de un conocimiento total, pleno, del tiempo que llegan a tener los que habiendo conocido a Jesús les es dada la capacidad de establecer pautas de conducta diferentes en su vida.

El peligro esta en perder conciencia de ese tiempo y olvidar el momento en que vivimos espiritualmente.

Debido a esto es la exhortación del Apóstol, para que tengamos conciencia de lo siguiente:

1. Que aunque ya hemos recibido la salvación, todavía no se terminado completar el proceso en cuanto a lo que hemos de recibir.

2. Que estamos mas cerca de recibirlo que cuando iniciamos el proceso.

3. Que nosotros estamos esperando un amanecer no un atardecer.

4. Que aunque la noche ha sido larga, esta ya esta por terminar.

5. Que a pesar de que todavía estamos viviendo de noche tenemos que vivir como si ya fuera de día.

6. Que nuestra vestidura debe ser para el día aunque sea de noche.

7. Que nuestro alimento debe ser el del día y no el de la noche.

Cada nuevo año, a medida maduro en mi fe en Cristo, debo ser más consciente del tiempo que estoy viviendo. La manera como aprovecho el tiempo cronológico de vida que Dios me da debe rebelar esa conciencia que tengo de que estoy viviendo como una persona salva.

Así como he aprendido a vivir cada etapa de mi vida cronológica dejando de hacer lo que era de niño, de un adolescente, de un joven soltero para pasar a ser un adulto casado. Debo entender que hay cosas de mi pasado antes de ser salvo que tengo que dejar de hacer. Ni glotonerías, ni borracheras, ni lujuria, ni lascivia, ni contiendas y envidia son parte de esas cosas que ya no son parte de mi vida ahora que estoy casado con Cristo. (No creo que haya un cristiano que practique todas estas cosas, pero si hay mas de alguno que use alguna de esas prendas en su vestidura).

Obedecer lo que la Biblia me ordena hacer, marca la pauta como yo he aprendido a usar la herramienta que Dios me ha dado para vivir en el tiempo de su salvación. Hoy quiero empezar a dejar de hacer lo que me hace ver como alguien que no ha entendido que ya es salvo por gracia.

Oremos,

Padre, quiero orar como el Salmista:

Salmo 90:12 RVR60

12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.

Gracias por enseñarme en tu Palabra que ahora vivo el tiempo de mi salvación, el tiempo en el cual he conocido esa otra dimensión de la vida que antes no conocía, ahora puedo vivir en Cristo y soy una nueva criatura.

Quiero pedirte que el tener conciencia del tiempo que vivo me permita mostrarlo a través de una conducta diferente en mi vida. Una conducta que expresa un profundo deseo de santidad para poder estar en tu presencia.

Te pido Señor por los que a mi lado también luchan con algun deseo de la carne, deseo de los ojos o la vanagloria de este mundo que alimenta su vida y que los hace perder el gozo de tu Espíritu. Que puedan rendir sus vidas en obediencia a ti.

En el nombre de Jesús, amén.