Las consecuencias de ceder a la tentación
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· 388 viewsLa arrogancia de Sansón de confiar en su fuerza y su inteligencia lo condujeron a ser abandonado por Dios.
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Las consecuencias de ceder a la tentación
Las consecuencias de ceder a la tentación
Jueces 16:4–5
4 Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila. 5 Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.”
Introducción
Introducción
Sansón había recibido una lección de parte de Dios cuando quiso atribuirse la gloria de la victoria en Lehi cuando mató a mil hombres.
Sin embargo esta lección no quebrantó totalmente su orgullo, aun siguió comportándose impíamente ante Dios.
Sansón fuerte físicamente pero débil mental y emocionalmente. Su debilidad mayor eran las mujeres, principalmente las filisteas, la cuales por su condición pagana eran seductoras.
Veremos que la caída de Sansón se debió a su orgullo, a los deseos de la carne y su desprecio a su llamado santa.
Las pasiones de la carne
Las pasiones de la carne
Sansón se enamoró de una mujer filistea llamada Dalila (coqueta).
Esta relación se basaba en la pasión, el desenfreno y la lascivia, sin ninguna intención de adquirir un compromiso matrimonial. Esto es sumamente peligroso porque hace daño al alma.
Es peligroso porque entregas tu corazón, tu lealtad, fidelidad y pureza a alguien que no lo va apreciar y que te verá como un objeto para saciar sus deseos carnales.
Dalila amaba más el dinero que a Sansón, estuvo dispuesta a traicionarlo por dinero (como Judas) Jueces 16:5 “Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.”
Cada príncipe filisteo (5) le ofreció 1,100 ciclos de plata equivalente a Q. 65,000, en total Q 325,000.
El mundo quiere convencerte a que disfrutes la vida sin compromiso, que le des rienda suelta a los placeres de la carne, pero esta es una trampa que te destruirá. Matará tu inocencia, tu confianza y lealtad, te hará infeliz. 2 Timoteo 2:22 “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”
La tentación
La tentación
Jueces 16:6 “Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado.”
Dalila motivada por la codicia se propuso instigar a Sansón hasta que le revelara su secreto.
Es interesante considerar que en esa época se creía en las manifestaciones sobrenaturales, los filisteos no consideraban que la fuerza de Sansón fuera natural .
Sansón ya había experimentado la traición de una mujer filistea (Jueces 14), pero no había aprendido su lección. “El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”
Sansón pensó que sería más fuerte emocionalmente que Dalila, por eso no se apartó cuando vio el peligro.
La seducción es una tentación de la que debemos huir. Proverbios 5:8–9 “8 Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa; 9 Para que no des a los extraños tu honor, y tus años al cruel.”
Tres veces logró engañar a Dalila, (1. atarlo con siete mimbres verdes, 2. atarlo con cuerdas de arco nuevas y 3. tejer sus mechones de pelo con la tela del telar y asegurarlo con una estaca en tierra).
Sansón estaba tan cegado por la pasión que no pudo darse cuenta de las malas intenciones de Dalila, necesitaba el discernimiento y las convicciones que tuvo José.
Pero al final Dalila fue más fuerte que él. Jueces 16:16 “Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.”
La constante insistencia acompañado de la atracción sexual que sentía por ella, Sansón llegó a angustiarse de tal manera que cedió y le reveló su secreto.
La caída
La caída
Jueces 16:17-18 “Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres. 18 Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero.”
Sansón entregó su corazón a una mujer que no lo amaba y fue lastimado mortalmente.
Sin embargo, es exactamente lo que él le hizo a Dios, lo despreció por el amor a una mujer pagana. Despreció las instrucciones de la Palabra y no honró su llamado a la santidad, traicionó a Dios.
Jueces 16:19-20 “Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él. 20 Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.”
Sansón perdió su extraordinaria fuerza porque Jehová se apartó de él.
Cuando cortaron su cabello fue quitado el testimonio de su llamado santo, ya no había en él la señal de su llamado.
había renunciado a él por su orgullo, rebeldía, insensatez y traición.
El testimonio del cristiano es el bautismo en agua, aunque este testimonio es visible una sola vez, permanece en nosotros, ha menos que lo despreciemos con nuestro pecado, y seamos abandonados por Dios.
Conclusión
Conclusión
Sansón no solamente perdió la fuerza, los filisteos sacaron también sus ojos con los que veía a las mujeres filisteas.
Esta dura experiencia enseño a Sansón a humillarse delante de Dios, ha entender que sin Él no era nada, era como rama seca que se muere. Juan 15.6 “El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.”
Sin embargo, en su condición de humillación clama a Dios en su angustia y Jehová lo oye. Jueces 16:28-30 “Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. 29 Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. 30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.”
La angustia puede ser un buen maestro que nos enseñe a confiar y depender de Dios, sin embargo, podríamos aprender de la experiencia de otros. Romanos 15:4 “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.”
Si aprendemos a reconocer nuestra necesidad y dependencia de Dios, entonces nuestro clamor será sincero, comprendiendo nuestra dependencia de Él. Salmo 18:6 “En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.”
No esperes a ser humillado para que reconozcas tu dependencia de Dios, mejor humíllate voluntariamente para ser exaltado por Él.