Resiste al pecado

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Introducción

El ser humano siempre anda echando culpas, tu tienes la culpa de esto o de lo otro. Esto es por tu culpa. Cuando hay una discusión en la pareja, regularmente buscamos al culpable.
HEMOS CULPADO A DIOS
Si Dios es poderoso y bueno, por qué permite que pase esto, si Dios ve como pecado la homosexualidad por qué lo permite, o (como algunos han dicho) ha creado un gen homosexual.
Sin embargo, Santiago enseñó otra cosa.
Santiago 1:12–18 NTV
12 Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. 13 Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. 14 La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. 15 De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte. 16 Así que no se dejen engañar, mis amados hermanos. 17 Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento. 18 Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.

¿Por qué debemos soportar las pruebas y las tentaciones?

Santiago 1:12 (RVR60)
12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Dios nos dará la corona de vida que nos prometió.
Apocalipsis 2:10 NTV
10 No tengas miedo de lo que estás a punto de sufrir. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba, y sufrirán por diez días; pero si permaneces fiel, incluso cuando te enfrentes a la muerte, te daré la corona de la vida.
Vemos que Dios nos alienta a que siempre demos la lucha por el pecado. Y nos dice que tendremos una corona de vida.
Las coronas son accesorios que los reyes portan en ocasiones especiales. Y nunca puede ser usada por una persona que no sea el rey. Ni el sucesor al trono, puede tomar la corona del rey, hasta que este muera y él suba al trono. Sin embargo, Jesús no está diciendo que si soportamos la prueba, él nos daría la corona de vida. Nos va a dar ese reconocimiento especial.

Las tentaciones vienen de nuestros propios deseos

Santiago 1:13–15 NTV
13 Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. 14 La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. 15 De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.
El ser humano no es tentado por Dios. El pecado que hay en nuestra sociedad no proviene de Dios. Viene de los propios deseos de los seres humanos.
En la versión Reina Valera dice “concupiscencia”, que significa deseo y lujuria. Es decir, que el ser humano es tentado por los mismos deseos que tiene en su corazón. Por las cosas que anhelas.
Esos deseos que tenemos nos llevan, nos seducen hacia el pecado. Y son esos malos deseos que nos llevan a cometer el pecado. El pecado comienza en la mente.
Jesús en una ocasión lo confrontaron con referente al tema de la fornicación y Jesús dijo que si miras a una mujer con pensamientos lujuriosos, ya con esto has pecado en tu mente.
Aquí Santiago lo está describiendo como un alumbramiento.
Santiago 1:15 NTV
15 De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.
El termino se puede traducir, como darle vida. Es decir, que cuando dejamos que la tentación pase a la vida, va a producir el pecado.

¿Qué es darle vida a la tentación?

La tentación viene a nuestra vida como una idea, un pensamiento que parece inofensivo (es desde ahí que lo tenemos que resistir). Sin embargo, luego viene la fase de planificación o deseo (le estamos dando vida - es el alumbramiento), ya una vez comienza este proceso ya hemos pecado contra Dios, porque hemos abierto la puerta a que esa tentación tenga vida suficiente para convertir en un pecado hacia los demás (el alumbramiento del pecado).
Y en ese momento, cuando el pecado tiene vida propia, nos lleva a la muerte espiritual.
Mientras más grande crece el niño (el pecado) más difícil se nos hace sacrificarlo.

El sacrificio del pecado

¿Cómo sacrificamos el pecado?
Santiago 1:16–18 NTV
16 Así que no se dejen engañar, mis amados hermanos. 17 Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento. 18 Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.
No podemos sacrificar el pecado por nuestras propias fuerzas, sino por el nuevo nacimiento que hay en nosotros. El pecado ya nos ha destruido y nos destruye cada vez que le damos espacio, pero la misericordia de Dios es tan grande que nos permite nacer de nuevo por Su poder.
Si estás luchando con tu pecado, no vas a poder vencer solo. Solo podrás vencerlo pidiéndole a Dios nacer de nuevo, porque el pecado ya está muy grande para sacrificarlo. Sacrifica tu vida, para que Dios la pueda hacer nueva.
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