Correr con Fe, Esperanza y Amor. Parte 3
La fe nos da la victoria. • Sermon • Submitted • Presented
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Hasta ahora, hemos visto que nuestra salvación requiere Fe, Esperanza y Amor.
Vimos respecto a la fe lo siguientes:
I. ES NECESARIO, ACERCARSE CON FE.(V. 19).
Vimos que nuestra salvación requiere:
Poner nuestra fe en Jesucristo( creer en él, recibirle, confesarle con nuestra boca, tener su testimonio en nuestras vidas).
La fe en Jesucristo, lleva a un cambio de vida, a correr con perseverancia, a superar los obstáculos, etc.
Además vimos que cuando venimos a Cristo por fe, deben ocurrir dos cosas que se puede decir juntas forman los componentes de la salvación:
A. Satisfacción con la posición.
B. Santificación práctica.
El segundo elemento de la salvación que vimos es nuestra Esperanza.
II. MANTENER FIRMES NUESTRA ESPERANZA. (V. 23).
Dijimos que la primera respuesta positiva al evangelio es, la fe, la segunda respuesta positiva es la esperanza.
Además, un creyente sin esperanza es una contradicción en el propio hecho de ser cristiano.
Esto implica que no podemos decir que somos cristianos, si no tenemos esperanza. Así de simple.
Una persona con esperanza genuina se mantendrá firme en su fe, en su vida cristiana.
Los cristianos estamos llamados a vivir no solo por la fe, sino por la esperanza que tenemos en Cristo, esa esperanza bienaventurada, que Jesús nos ha dado,
¡El Señor viene por la iglesia, viene por nosotros!
Debemos estar firmes en nuestra vida Cristiana, esperando su venida.
Ahora vamos a hablar del tercer elemento o señal de la respuesta positiva al evangelio es el amor.
III. DEBEMOS MOTIVARNOS AL AMOR.
III. DEBEMOS MOTIVARNOS AL AMOR.
Hebreos 10.24
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
La tercera señal de la respuesta positiva al evangelio es el amor.
La expresión particular de amor que aquí se menciona es el amor en comunidad.
Los lectores judíos no la estaban pasando bien en su rompimiento con el antiguo pacto, el templo y los sacrificios. Todavía se aferraban al legalismo, a los rituales y a las ceremonias, las cosas externas del judaísmo.
De modo que el escritor les dice que una de las mejores formas de mantenerse firmes en las cosas divinas, esas cosas realmente divinas que solo se encuentran en el nuevo pacto de Jesucristo— es estar en la comunidad del pueblo de Dios, donde puedan amar y ser amados, servir y ser servidos.
Hermanos, el escritor les dice que “No hay mejor lugar para recorrer el camino de la fe en Cristo o para esperar continuamente en Él que la Iglesia, su cuerpo”
Hermanos, el escritor hace un llamado urgente para que los creyentes se exhorten mutuamente al amor y a las buenas obras dentro de la iglesia.
Hace un llamado a que los creyentes de esa diáspora judía, dejaran a un lado el legalismo, con el que estaban acostumbrados a vivir, y comenzaran no solo a practicar el amor de Dios en sus vidas, sino a ayudarse unos a otros a tener más amor y hacer el bien.
Aplicados a nosotros en la iglesia hoy, sería un llamado a dejar de señalarnos, a dejar la crítica destructiva, a dejar de hablar mal unos de los otros, a dejar de querer que los demás sean como “yo”, o como yo quiero que sean”, a dejar el legalismo a un lado, y más bien, a tratarnos con amor, y mirarnos con amor, y cuando alguien más venga a mi, a hablar de algo o de alguien, exhortarlo a practicar el amor de Dios con aquella persona, y eso equivale a hacer lo que Dios ha dicho:
Hablar con aquella persona a solas, indagar con la persona lo que está pasando con ella, y tratar de ayudarle en su circunstancia, orar con ella.
De eso se trata estimularnos al amor y las buenas obras.
A veces pensamos que buenas obras, es sólo ayudar con dinero, o cosas materiales a alguien o almenos orar por sus problemas y necesidades.
Eso es bueno y si lo hacemos, ¡Gloria a Dios!.
Pero las buenas obras a las que tenemos que exhortarnos, es a la practica de la lo que Dios a través de su palabra nos enseña.
Recuerde que estamos hablando de las evidencias o elementos que deben estar en la vida de aquel o aquella persona que ha respondido positivamente al evangelio.
Por tanto estamos hablando de exhortarnos al amor y las buenas obras, aquel amor que “El que es todo amor, nos ha enseñado”, ¿Dónde?, en su palabra, aquellas obras, que aquel que nos salvo nos enseña y espera que practiquemos, porque somos cristianos.
Dios no espera que nosotros vivamos en las obras de la carne, como antes vivíamos, descritas por Pablo, en Gálatas 5: 19 -21
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Pablo advierte que en nosotros no deben haber comportamientos como estos.
20 Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes;
También el apóstol Pedro, exhorta a desechar tales comportamientos de nosotros. 1 Pedro 2.1
1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
En vez de eso debemos practicar el amor, y exhortarnos al amor y a las buenas obras.
A veces, hay gente que dice, no voy a la iglesia porque no hay amor, y muchas veces, porque ven comportamiento entre hermanos, que no se saludan, que nos se hablan, que andan de larguito, o hablan mal de otros.
Y si esa es la razón par tal afirmación, pues es posible que tengan razón. Sin embargo no podemos recordar que el amor comienza por uno mismo.
Jesús dijo en la regla de oro. Mateo 7:12
12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Donde debe comenzar en mi.
Quiero que haya amor en mi iglesia, comienza conmigo, dando amor, practicando amor, dejando todas esas obras carnales que llevan a estar en un ambiente de conflicto de división, y más bien buscar como exhortar a a los demás practicar el amor y las buenas obras.
Porque el que nos amó, es amor, y espera nada menos de nosotros. 1 Juan 4:8
8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Ahora, debemos exhortarnos al amor y a las buenas obras, y lo debemos hacer congregandonos. Hebreos 10:25
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Muchas veces, el estado de conflicto de contienda, de comportamiento carnal, aleja a muchos de la iglesia.
Ya decíamos, sienten que no hay amor, se desalientan, se desaniman, o entran en dudas por las cosas que se dicen o murmuran.
Sin embargo lejos de eso el escritor dice, mejor exhortense al amor y a las buenas obras, y no dejen de congregarse como algunos tienen por costumbres.
Parece que ya había habido algunos desertores de sus filas, aunque sus palabras pudieron haberse aplicado a otras iglesias en las que habían ocurrido tales deserciones.
Y el llamado que hace es, porque “Aquel día se acerca”
Hermanos, a pesar de los problemas, el escritor de hebreos exhorta en un hecho importante:
El único lugar en que podemos permanecer firmes hasta su regreso es entre su pueblo. Nos necesitamos unos a otros. Necesitamos la comunión mutua, porque nos fortalecemos y nos alentamos unos a otros.
Conclusión:
Conclusión:
(1) Busquemos a través de acciones concretas, la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien (v. 24).
(2) Lejos de alejarse de la congregación, los cristianos deben asistir. Esto es urgente pues vivimos en los últimos tiempos del fin