Devocional de hoy

16 de marzo

Mateo 26:38 RVR60

38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

Podemos encontrar consuelo a nuestra tristeza y dolor cuando aceptamos la invitación de Jesús de quedarnos con él y mantenernos despiertos o alertas para enfrentar la situación.

Podemos superar la angustia y la aflicción cuando llevamos nuestra situación en oración a Dios, ya que en la oración tenemos la conexión necesaria para recibir el sustento para nuestra carne y espíritu debilitado.

Podemos levantarnos de la tristeza cuando nuestro corazón es entregado humildemente a su creador, para que el revele y haga su perfecta voluntad en él.

Jesús me enseña que las mas profundas tristezas necesitan ser presentadas al único que puede ayudar a superarlas, necesito tener un lugar donde pueda cuando lo necesito buscarle a él, necesito ir a ese lugar y permanecer allí en oración.

Jesús espera que en los momentos mas difíciles de la vida lo busquemos a él y sin demora rindamos nuestra voluntad a la de él.

Jesús nos muestra, al acudir a su Padre, que Dios tiene lo necesario para consolarnos y fortalecernos en la debilidad que produce la tristeza o aflicción que pasamos.

Mi deseo debe ser siempre estar alerta para escuchar la invitación para estar con Jesús este día, si estoy en tristeza o si alguien a mi lado necesita consolación.

Oremos,

Padre ayúdame a permanecer a tu lado, mientras derramo mi corazón en una súplica por consuelo y fortaleza.

Gracias porque aunque ande en valle de sombra y de muerte tu estás conmigo para alentarme.

Te pido fuerzas para sostenerme en los momentos en los que la debilidad de mi carne son evidentes y mi corazón se quebranta por los problemas que vivo.

Pero se también que a mi lado hay muchos hoy pasando una tristeza tan profunda que los esta venciendo, acudo a ti para que ellos también escuchen la invitación quedaos conmigo y velad.

Trae paz y consuelo a sus corazones, por medio de tu Santo Espíritu a sus corazones, hoy.

En el nombre de Jesús, amén.

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