Doctrina de la Salvacion.
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El llamado eficaz.
La frase “Llamamiento eficaz” es una frase que no encontramos en la Biblia de manera explícita. Aun así, es una enseñanza que, como en el caso de la Trinidad, la podemos inferir por medio del estudio de la Palabra. Numerosos pasajes Bíblicos hacen referencia a ella y su comprensión es necesaria para una perspectiva correcta de la doctrina de la salvación. Conocerla es importante porque sin este llamamiento, no podríamos llegar a ser salvos (Romanos 10:14). Además, su estudio no solo será enriquecedor académicamente, sino también, debería llevarnos a vivir adorando con pasión y agradecimiento a Dios por tan grande misericordia.
Esta doctrina, también conocida como “Gracia irresistible”, enseña que cuando Dios hace un llamado por medio del Evangelio, a aquellos que han sido ordenados desde la eternidad pasada para ser salvos, estos responden de forma efectiva en fe y arrepentimiento, para recibir la salvación.
Este llamado no es solo un acto externo de su Palabra. De hecho, podemos decir que este llamado externo nunca se hace eficaz a menos que Dios haga un llamado interno al corazón de sus elegidos. En este llamado especial, Dios obra con poder por medio del Espíritu Santo regenerando e impartiendo vida al corazón muerto del pecador, proveyendo la fe necesaria para que crea el Evangelio, responda en arrepentimiento, confié en Jesús como Salvador y todo esto lo haga de una manera libre y sin coacción (Ezequiel 36:26-27). Esto es lo que Pablo claramente expresa en Efesios 2:1-3 cuando nos dice que Dios nos dio vida cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, viviendo esclavizados a los deseos de nuestros corazones desprovistos de toda inclinación hacia el bien. Como lo resume Sproul “Es el trabajo secreto de avivamiento o regeneración logrado en las almas de los escogidos por la obra sobrenatural inmediata del Espíritu Santo. Efectúa u obra el cambio interior en la predisposición, la inclinación, y el deseo del alma”.[1]
Además de este llamado eficaz Dios hace también un llamado general que tiene resultados diferentes. Implica que algunos hombres pueden escuchar el llamado externo por medio del Evangelio y aun así terminan rechazándolo, negándose a creer y reusándose al arrepentimiento. De hecho, estas personas aun podrían llegar a creer el Evangelio, pero esto no sería suficiente, sin la obra regeneradora del Espíritu en sus corazones seguirían reusándose a venir a los pies de Jesucristo (aun los demonios creen y tiemblan). A menos que Dios haga este llamado interno a sus corazones y por su misma naturaleza caída, la respuesta siempre será seguir los impulsos pecaminosos de sus corazones. Como declara MacArthur “Aunque creer estos hechos del evangelio es absolutamente esencial para la salvación, esto no es suficiente; de hecho, incluso los demonios creen los hechos verdaderos de Dios y su evangelio (Stg. 2:19). Para que un pecador tenga un interés salvador en Cristo, debe responder a estos hechos apartándose del pecado y confiando en Cristo para justicia.”[2]
Un texto Bíblico que ilustra claramente este asunto lo tenemos en 1 de Corintios 1:22-24. Pablo aquí declara que, aunque la predicación de Cristo crucificado para algunos es un obstáculo, o algo sin sentido, ciertamente para los que son llamados es poder de Dios para salvación (parafraseado del texto original). Indica claramente que este llamado externo, a diferencia del llamado interno de los elegidos, es para todas las personas sin distinción y a menudo resulta en ser rechazado. Esto es algo que pone a este llamado fuera del Ordo Salutis, como dice MacArthur “porque los beneficios de la redención de Cristo se aplican siempre y exclusivamente de manera eficaz a los escogidos”.[3]
Por tanto, el llamado externo es resistible, aun podemos decir que todos los hombres terminarían resistiendo este llamado a menos que Dios intervenga y acompañe este llamado externo con el llamado interno, especial y eficaz. Por consiguiente, la única razón por la cual algunos responden al él, es porque Dios ha ordenado que ha si sea, y en el cumplimiento del tiempo, ha transformado, por pura gracia y para su alabanza de su gloria, sus corazones, de manera que puedan responder a él en fe. Solo así llega a ser irresistible este llamado para aquellos que Dios elige. Como bien dice Sproul este llamado es “es irresistible en el sentido de que la gracia de Dios prevalece sobre nuestra resistencia natural”
En cuanto a los elegidos, podemos concluir que el llamado interno que Dios hace es siempre efectivo, es siempre eficaz. A todos (sin excepción) de los que antes conoció a estos también llamó (eficazmente) y a los que llamó a estos justificó y a los que justificó, a estos también glorificó. (Romanos 8:30)
Conocer esta verdad Bíblica, sin duda alguna deberían llevarnos a vivir el resto de nuestras vidas en un profundo agradecimiento, reconociendo con humildad que si respondimos al Evangelio no fue por mérito nuestro, sino porque Dios hizo un llamado eficaz a nuestros corazones.
[1] Sproul, R.C. Grandes doctrinas de la Biblia. Miami, Pág. 219.
[2] MacArthur, John. Mayhue, Richard. Teología Sistemática. Pág. 780.
[3] MacArthur, John. Mayhue, Richard. Teología Sistemática. Pág. 777.