Corrupción familiar y ministerial

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La familia de Micaía es un reflejo de la corrupción espiritual en Israel. Los levitas y sacerdotes encargados de velar por la instrucción de la ley se habían acomodado a sus ingresos y dejaron su responsabilidad.

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Corrupción familiar y ministerial

Jueces 17:1–6
1 Hubo un hombre del monte de Efraín, que se llamaba Micaía, 2 el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, acerca de los cuales maldijiste, y de los cuales me hablaste, he aquí el dinero está en mi poder; yo lo tomé. Entonces la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío. 3 Y él devolvió los mil cien siclos de plata a su madre; y su madre dijo: En verdad he dedicado el dinero a Jehová por mi hijo, para hacer una imagen de talla y una de fundición; ahora, pues, yo te lo devuelvo. 4 Mas él devolvió el dinero a su madre, y tomó su madre doscientos siclos de plata y los dio al fundidor, quien hizo de ellos una imagen de talla y una de fundición, la cual fue puesta en la casa de Micaía. 5 Y este hombre Micaía tuvo casa de dioses, e hizo efod y terafines, y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote. 6 En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.

Introducción

Los últimos capítulos de Jueces dejarán de hablar de los jueces para mostrar la decadencia y rebeldía del pueblo.
La religión que practicaba Israel estaba mezclada con costumbres paganas y propias que transgredían la ley de Dios.
Esta historia es una muestra de la decadencia espiritual, tanto en la familia como en el ministerio levítico.
Estas historias son vergonzosas que revelan la dureza de corazón del ser humano.

Costumbres familiares

El hurto y la maldición

Jueces 17:1-2Hubo un hombre del monte de Efraín, que se llamaba Micaía, 2 el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, acerca de los cuales maldijiste, y de los cuales me hablaste, he aquí el dinero está en mi poder; yo lo tomé. Entonces la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío.
Se menciona a Micaía, un hombre de Efraín (el centro de la nación), quien había robado a su propia madre 1,100 siclos de plata (Q. 65,000).
Con esta acción transgredía 2 mandamientos: 1) Éxodo 20:12Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” 2) Éxodo 20:15No hurtarás.
La madre declara una maldición contra el ladrón, quizá por esa razón Micaía confesó su pecado y devolvió lo robado, aunque según la ley debía devolver un 20% extra.
La madre entonces bendice a su hijo para revertir la maldición y ofrece la plata a Jehová.
Todo hasta aquí parecía todo bien.

Los ídolos

Jueces 17:3-4Y él devolvió los mil cien siclos de plata a su madre; y su madre dijo: En verdad he dedicado el dinero a Jehová por mi hijo, para hacer una imagen de talla y una de fundición; ahora, pues, yo te lo devuelvo. Mas él devolvió el dinero a su madre, y tomó su madre doscientos siclos de plata y los dio al fundidor, quien hizo de ellos una imagen de talla y una de fundición, la cual fue puesta en la casa de Micaía.
La madre dedica la plata a Jehová, sin embargo toma 200 siclos para que le hagan a su hijo una imagen.
No es posible que ignoraran la prohibición de hacer imágenes, eso les traería maldición. Deuteronomio 27:15Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
La idolatría es un pecado que Dios aborrece, no se manifiesta solamente en postrarse ante una figura, también es adoración poner en primer lugar cualquier otra cosa fuera de Dios.

Consagración no autorizada

Jueces 17:5Y este hombre Micaía tuvo casa de dioses, e hizo efod y terafines, y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.
Micaía agregó maldición a su pecado al consagrar a su hijo como sacerdote sin tener el derecho ni la autoridad de hacerlo. Números 3:10Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.

Rebeldía

Jueces 17:6En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.
Estas personas pretendía honrar a Dios a su manera y conforme a sus métodos. No hay mayor condenación que ser obstinados, rebeldes y renuentes a obedecer la Palabra de Dios. Esto traería maldición y castigo por su dureza de corazón. 1 Samuel 15:22...Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Hoy en día es el mismo cuadro, tanto en la gente impía como cristiana, quieren hacer las cosas a su manera sin respetar ni obedecer la Palabra de Dios.
Sin embargo, Micaía y su familia no contaban con las facilidad de la Palabra de Dios como ahora.
Posiblemente si la hubieran tenido, no hubieran cometido estas faltas.
Mateo 11:23Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy.

Corrupción ministerial

Jueces 17:7–10
7 Y había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, el cual era levita, y forastero allí. 8 Este hombre partió de la ciudad de Belén de Judá para ir a vivir donde pudiera encontrar lugar; y llegando en su camino al monte de Efraín, vino a casa de Micaía. 9 Y Micaía le dijo: ¿De dónde vienes? Y el levita le respondió: Soy de Belén de Judá, y voy a vivir donde pueda encontrar lugar. 10 Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y serás para mí padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, vestidos y comida. Y el levita se quedó.
Con la llegada del levita había una esperanza para Micaía y su casa de corregir su error, pues los levitas eran los encargados de instruir al pueblo en la ley de Dios.
Sin embargo el levita lejos de cumplir su ministerio, prefirió la ganancia fácil. Su objetivo era obtener una estabilidad económica: salario, comido y vestido parecieron una oferta atractiva que no podía rechazar, a cambio debía hacerse de la vista gorda con la idolatría y profetizar bendición para Micaía. Jueces 17:13Y Micaía dijo: Ahora sé que Jehová me prosperará, porque tengo un levita por sacerdote.
Este levita estaba corrompido por la ambición: 1 Pedro 5:2Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;

Conclusión

Existe muchas personas que se conducen guiados por su opinión sin respetar ni obedecer la Palabra de Dios. Por su ignorancia padecerán dolor.
Oseas 4:6Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
El inicio de este texto habla del robo de 1,100 ciclos de plata, que fueron supuestamente consagrados a Dios pero hicieron ídolos con ellos.
Al final Micaía y su madre, no solo perdieron esa plata pues los ídolos fueron robados por los de la tribu de Dan, sino que también se llevaron al codicioso levita que le pareció más atractivo ser sacerdote de una tribu que de una familia.
Esta historia nos debe hacer reflexionar, y no caer en el error de llevar una vida cristiana conforme a nuestra propia opinión, sino conforme a los estatutos declarados en la Palabra de Dios.
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