Devocional de hoy
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17 de marzo
17 de marzo
14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Desde los tiempos antiguos, siempre se ha buscado garantizar con algo las transacciones comerciales, las alianzas entre familias y naciones.
De allí nace la idea de que, en el establecimiento de una relación matrimonial, ya sea el novio y su familia o la novia o su familia presenten un bien que garantice que se está entregando legalmente un cónyuge a otro. Hoy la entrega de un anillo matrimonial ha pasado a ser algo simbólico, pero en el pasado no era así, portar un anillo matrimonial era la garantía de amor, fidelidad y entrega matrimonial.
Cuando Dios establece una relación personal con el ser humano, donde el promete llenarnos de bendiciones espirituales en Cristo Jesús, Él nos otorga una garantía de ese compromiso que tiene con nosotros, su Espíritu Santo. Él nos da esa garantía para que estemos seguros de que él un día va a cumplir todas sus promesas de amor, fidelidad y entrega, a nosotros los que hemos aceptado tener una relación con El.
Por esto, en cada situación que enfrente puedo tener la seguridad que Dios está conmigo, me ama continuamente, provee para mi suficientemente y me guarda completamente.
Nada puedo hacer para garantizar recibir lo que Dios quiere darme, puesto que El Espíritu Santo garantiza con su presencia en mi vida que soy salvo.
Nada puedo hacer para garantizar que lo que he recibido no lo vaya a perder puesto que El Espíritu Santo está en mi para garantizar que lo que se me ha prometido dar, mi herencia, la he de recibir para que el nombre de Dios sea glorificado.
Las arras, el deposito que garantiza la obra que Dios ha hecho en mi, ha sido realizado; nuestra herencia (La vida eterna) nos ha sido asegurada, nuestra redención ha sido efectuada con sangre preciosa para que el nombre de Dios sea alabado.
Las circunstancias en las cuales vivo, los problemas con los que lucho, no puede apocar la maravillosa gracia que Dios ha mostrado en mi al redimirme del pecado. Ahora puedo vivir guiado por su Espíritu a una vida de alabanza a él.
Oremos,
Padre todo lo que tu has hecho y haces por mi, tiene el sello de tu amor, de tu fidelidad en cumplir lo que prometes.
Quiero darte gracias, no solo por salvarme y perdonar mis pecados sino también darte gracias por asegurar a través de la obra de tu Espíritu que soy tu hijo, que tengo una herencia por recibir y que soy parte del pueblo que te adora.
Quisiera pedirte fortalezcas mi fe para creer lo que tu Palabra afirma acerca de lo que Cristo ya hizo por mi: Fui salvo de la condenación eterna, fui redimido de la esclavitud del pecado, fui perdonado y quitada mi culpa, me fue otorgada herencia entre los santos, fui sellado para ser parte del pueblo que te alabará eternamente.
Pero también pido por los que luchan en la inseguridad de una fe que no les da libertad, solo culpa; no les da paz solo confusión; no les da gozo solo insatisfacción por lo que no pueden alabar a quien los amo sin merecerlo, los perdonó sin pagar la deuda, los bendijo al hacerlos sus hijos.
En el nombre de Jesús, amén.
Para consejo y oración escribe a: sbustilloier@gmail.com