La fe que produce milagros
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· 182 viewsLa fe de la mujer que padecía flujo de sangre en un ejemplo para la iglesia hoy día.ñ
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La fe que produce milagros
La fe que produce milagros
Marcos 5:25–34
“25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. 33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.”
Introducción
Introducción
Después de su experiencia en Gadara, Jesús y sus discípulos regresan a Galilea donde una gran multitud los esperaba.
Jairo, principal de la sinagoga, ruega a Jesús ir a su casa para imponer manos sobre su hija enferma. Marcos 5:23 “...Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.”
Camino a casa de Jairo, El Señor se da cuenta que poder sanador a salido de Él y se dispone a averiguar quién le tocó.
La mujer enferma
La mujer enferma
Se presenta una mujer muy enferma, tan enferma como la hija de Jairo, solo que esta mujer está sola. Cuando la hija de Jairo nació esta mujer comenzó a padecer la enfermedad.
Había gastado todo su dinero en médicos pero cada vez empeoraba, su destino era morir. No tenía esperanza en nada de este mundo.
Pero escuchó de Cristo. Marcos 5.27 “cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.”
Su fe se fortaleció cuando escuchó hablar de Jesús: Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Es necesario prestar atención a la palabra de Dios para que la fe crezca.
Esta enfermedad al igual que el pecado, consume la vida del hombre, porque en la sangre está la vida. Deuteronomio 12:23 “Solamente que te mantengas firme en no comer sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne.”
Sabía que en Cristo podía sanarla, que podía darle una vida nueva, no solamente física sino que también espiritual.
Limitación legal
Limitación legal
¿Por qué la mujer estaba sola?, ¿Por qué no clamó a Jesús, como Jairo o Bartimeo?
Primero porque estaba débil y no tendría fuerzas para gritar.
Pero también porque la ley le prohibía tener contacto con otras personas. Levítico 15:25 “Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre, todo el tiempo de su flujo será inmunda como en los días de su costumbre.”
Esto la limitaba a vivir en soledad. Cualquiera que la tocara quedaría contaminado y debía cumplir los ritos de purificación.
Pero esto no le impidió arriesgarse a tocar a Jesús. Tenía fe que Él podía sanarla. Decidió correr el riesgo.
Cuando tocó a Jesús no lo contaminó, sino que Él la purificó y la sanó.
Nada ni nadie puede contaminar al Señor, así que podemos acercarnos tal y como estamos para que Él nos purifique.
¿Estás dispuesto a correr riesgos por Jesús? ¿A salir de lo convencional o de las normas establecidas por el hombre?
Si pones tu mirada en Él y no en los hombres, serás honrado. Salmo 34:5-6 “Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.”
Fe sanadora
Fe sanadora
Marcos 5:28-29 “Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.”
La mujer creyó en el poder de Jesús y no pensó en ritos, costumbres o métodos para recibir su sanidad. Esto contrasta con la fe viciada de Jairo: Marcos 5:23 “y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.”
La enfermedad había debilitado fuertemente su cuerpo, pero eso no le impidió a realizar un último esfuerzo en arrastrarse hasta alcanzar el borde del manto de Jesús.
Esto era una humillación grande para ella, pues es muy posible que la gente la golpeara, incluso la despreciara.
Esta humillación le trajo exaltación: Mateo 23:12 “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”
Fe sin mácula
Fe sin mácula
Es tan difícil separar el materialismo de la fe, creer en reliquias, amuletos, elementos (aceite), tradiciones, costumbres, métodos.
Para recibir un milagro de Dios solamente debes creer. Marcos 9:23 “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” Podemos ser ayudados por métodos para fortalecer la fe, como unción con aceite, imposición de manos, etc. Pero si esto no es posible, debes solamente creer.
La mujer no hizo una oración, tampoco le fueron impuestas las manos, ni aun presentó su petición a Jesús. Simplemente creyó: Gálatas 3:6 “Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.”
La mujer no obtuvo su milagro por tocas a Jesús, sino porque tuvo fe: Marcos 5:34 “Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.”
Conclusión
Conclusión
Fueron pocas personas las que maravillaron a Jesús con su fe:
El centurión Romano: Mateo 8:8 “Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.”
La mujer sirofenicia: Mateo 15:27 “Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.”
Ahora El Señor no está en medio de nosotros, tenemos la oportunidad de fortalecer nuestra fe, creyendo en Él aun cuando nuestros ojos materiales no lo pueden ver. Juan 20:29 “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”
La Palabra fe tiene significado doble: (pistis) creer y fidelidad.
La fe nuestra debe manifestarse tanto en creer en Dios como serle fiel a Él, aun cuando todo parezca perdido. Esta mujer fu fiel a sus convicciones aun en contra del estatus social y de sus limitaciones físicas.
Tienes la oportunidad de que tu fe tanga más mérito que la esta mujer, porque aun sin poderle tocar puedes creer en Él y recibir tu milagro.