eco en la adversidad
Existieron o Existen momentos en nuestras vidas en donde nuestra capacidad de resistir es probada.
El salmista dijo :Salmo 116:10 (NTV): Creí en ti, por tanto dije: «Señor, estoy muy afligido».
el salmista expresó esas palabras porque estaba pasando por un momento intenso de adversidad.
3 La muerte me envolvió en sus cuerdas;
los terrores de la tumba se apoderaron de mí.
Lo único que veía era dificultad y dolor.
8 Me rescató de la muerte,
quitó las lágrimas de mis ojos,
y libró a mis pies de tropezar.
Es curioso que el apóstol Pablo esté mencionando lo mismo cientos de años después y bajo las mismas circunstancias.
11 Es cierto, vivimos en constante peligro de muerte porque servimos a Jesús, para que la vida de Jesús sea evidente en nuestro cuerpo que muere.
12 Así que vivimos de cara a la muerte, pero esto ha dado como resultado vida eterna para ustedes.
Existen sólo 2 detonantes o lo podríamos llamar el combustible, la gasolina para las situaciones en nuestras vidas
Hechos 6 habla de una persona que vivió un escenario adverso provocado por las cosas externas.
56 Y les dijo: «¡Miren, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios!».
57 Entonces ellos se taparon los oídos con las manos y empezaron a gritar. Se lanzaron sobre él,
15 En ese momento, todos los del Concilio Supremo fijaron la mirada en Esteban, porque su cara comenzó a brillar como la de un ángel.
cuando permanecemos en medio de la adversidad firmes es simplemente porque hemos creído y confiado en El.
59 Mientras lo apedreaban, Esteban oró: «Señor Jesús, recibe mi espíritu».
60 Cayó de rodillas gritando: «¡Señor, no los culpes por este pecado!». Dicho eso, murió.
2. lo qué hay dentro de ti. lo que sucede en tu mente y corazón
en cualquiera de los dos escenarios ya sea provocado por las cosas externas o provocado por MI; Dios utilizara esos escenarios para que hagas ECO de su voz.
16 Cierto día, cuando íbamos al lugar de oración, nos encontramos con una joven esclava que estaba poseída por un demonio. Era una adivina que ganaba mucho dinero para sus amos.
17 Ella seguía a Pablo y también al resto de nosotros, gritando: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo y han venido para decirles cómo ser salvos».
18 Esto mismo sucedió día tras día hasta que Pablo se exasperó de tal manera que se dio la vuelta y le dijo al demonio que estaba dentro de la joven: «Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella». Y al instante el demonio la dejó.
22 Enseguida se formó una turba contra Pablo y Silas, y los funcionarios de la ciudad ordenaron que les quitaran la ropa y los golpearan con varas de madera.
23 Los golpearon severamente y después los metieron en la cárcel. Le ordenaron al carcelero que se asegurara de que no escaparan.
24 Así que el carcelero los puso en el calabozo de más adentro y les sujetó los pies en el cepo.
25 Alrededor de la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros escuchaban.
26 De repente, hubo un gran terremoto y la cárcel se sacudió hasta sus cimientos. Al instante, todas las puertas se abrieron de golpe, ¡y a todos los prisioneros se les cayeron las cadenas!
27 El carcelero se despertó y vio las puertas abiertas de par en par. Dio por sentado que los prisioneros se habían escapado, por lo que sacó su espada para matarse;
28 pero Pablo le gritó: «¡Detente! ¡No te mates! ¡Estamos todos aquí!».
29 El carcelero pidió una luz y corrió al calabozo y cayó temblando ante Pablo y Silas.
30 Después los sacó y les preguntó:
—Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
31 Ellos le contestaron:
—Cree en el Señor Jesús y serás salvo, junto con todos los de tu casa.
32 Y le presentaron la palabra del Señor tanto a él como a todos los que vivían en su casa.
33 Aun a esa hora de la noche, el carcelero los atendió y les lavó las heridas. Enseguida ellos lo bautizaron a él y a todos los de su casa.