Vayamos al foso de los leones
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Introducción
Introducción
Estoy convencido que Dios ha tenido un trato preferencial con nosotros durante este retiro. Dios ha superado todas nuestras expectativas, porque eso es lo que hace Dios.
Sin embargo, nos debemos preguntar: ¿Ahora qué?
La experiencia fue maravillosa, sin embargo, ¿qué pasará ahora?
La intención con Dios es encender la luz para colocarla en alto.
La intención con Dios es encender la luz para colocarla en alto.
Mateo 5:13–16 (NTV)
13 »Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor.
14 »Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse.
15 Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa.
16 De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.
¿Para qué colocamos la luz en alto?
Cuando encendemos una luz lo hacemos la discipar toda la oscuridad. Y hoy Dios ha encendido muchas luces aquí, pero ahora vamos a ir a la ciudad.
¿Dónde colocarás tu luz? ¿La esconderás o la pondrás en alto?
¿Cuándo nos tomamos en serio el ser luz?
¿Cuándo nos tomamos en serio el ser luz?
1 Darío el medo decidió dividir el reino en ciento veinte provincias y nombró a un alto funcionario para gobernar cada provincia.
2 Asimismo, el rey escogió a Daniel y a dos personas más como administradores para que supervisaran a los altos funcionarios y protegieran los intereses del rey.
3 Pronto Daniel demostró ser más capaz que los otros administradores y altos funcionarios. Debido a la gran destreza administrativa de Daniel, el rey hizo planes para ponerlo frente al gobierno de todo el imperio.
4 Entonces los demás administradores y altos funcionarios comenzaron a buscar alguna falta en la manera en que Daniel conducía los asuntos de gobierno, pero no encontraron nada que pudieran criticar o condenar. Era fiel, siempre responsable y totalmente digno de confianza.
5 Finalmente llegaron a la siguiente conclusión: «Nuestra única posibilidad de encontrar algún motivo para acusar a Daniel será en relación con las normas de su religión».
Harás las cosas de excelencia.
Harás las cosas de excelencia.
Daniel fue un buen administrador, no por su obediencia al rey. Sino por su obediencia a Dios.
La luz no se esconconde
La luz no se esconconde
10 Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios.
11 Entonces los funcionarios fueron juntos a la casa de Daniel y lo encontraron orando y pidiéndole a Dios que lo ayudara.
12 De manera que fueron directo al rey y le recordaron el decreto. —¿No firmó usted una ley por la cual, durante los próximos treinta días, todo aquel que ore a quien sea, divino o humano —excepto a usted, su Majestad—, sea arrojado al foso de los leones? —Sí —contestó el rey—, esa decisión sigue en pie; es una ley oficial de los medos y de los persas que no puede ser revocada.
Ser fiel a Dios traerá persecusión
Ser fiel a Dios traerá persecusión
16 Entonces, finalmente el rey ordenó que arrestaran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. El rey le dijo: «Que tu Dios, a quien sirves tan fielmente, te rescate».
17 Así que trajeron una piedra y la colocaron sobre la boca del foso. El rey selló la piedra con su sello real y los sellos de sus nobles para que nadie pudiera rescatar a Daniel.
18 Luego el rey regresó al palacio y pasó la noche en ayuno. Rechazó sus entretenimientos habituales y no pudo dormir en toda la noche.
Ser luz permite el que otros puedan conocer a Dios
Ser luz permite el que otros puedan conocer a Dios
20 Cuando llegó allí, gritó con angustia: —¡Daniel, siervo del Dios viviente! ¿Pudo tu Dios, a quien sirves tan fielmente, rescatarte de los leones?
21 Y Daniel contestó: —¡Qué viva el rey!
22 Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones, a fin de que no me hicieran daño, porque fui declarado inocente ante Dios y no he hecho nada malo en contra de usted, su Majestad.
23 El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso. No tenía ningún rasguño, porque había confiado en su Dios.
24 Entonces el rey dio órdenes de que arrestaran a los hombres que maliciosamente habían acusado a Daniel y los hizo echar al foso de los leones, junto con sus esposas y con sus hijos. Los leones saltaron sobre ellos y los despedazaron aun antes de que llegaran al piso del foso.
25 Después el rey Darío envió el siguiente mensaje a la gente de toda raza, nación y lengua en el mundo entero: «¡Paz y prosperidad a todos ustedes!
26 »Ordeno que en mi reino toda persona tiemble con temor delante del Dios de Daniel. Pues él es el Dios viviente, y permanecerá para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio nunca tendrá fin.
27 Él rescata y salva a su pueblo, realiza señales milagrosas y maravillas en los cielos y en la tierra. Él ha rescatado a Daniel del poder de los leones».
28 Así que Daniel prosperó durante el reinado de Darío y el reinado de Ciro, el persa.