Devocional de hoy

22 de marzo

Lucas 5:37 RVR60

37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán.

No debemos utilizar viejas soluciones para lo que ya se ha provisto una solución mejor y perfecta.

El ayuno legalista de los fariseos por los pecados cometidos, para alcanzar perdón, no tiene sentido para aquellos que han encontrado esa provisión para ese pecado en Jesús .

Las prácticas o ritos religiosos, que no toman en cuenta lo que Cristo, nuestro Salvador ha provisto a nuestro favor, son innecesarias, son un desperdicio, y es como echar vino nuevo en odres viejos.

Nuestro mejor esfuerzo, nuestras mejores intenciones se pueden convertir en una gran perdida, sino lo hacemos a través del medio correcto.

El vestido viejo o el nuevo, los odres viejos o nuevos donde se guardaba el vino son las ilustraciones que Jesús utiliza para enseñarnos a tener el enfoque correcto en su persona para encontrar la respuesta a nuestras necesidades y luchas espirituales.

En Jesucristo he encontrado la fuente de provisión de gozo, paz, amor y esperanza, quien quiere derramar en mi corazón renovado por su poder lo que el preparado para mi.

Debo cuidar el deposito de mi vida en el cual he dispuesto guardar las bendiciones de Dios, debo mantenerlo libre de cualquier cosa que lo dañe o lo deteriore.

Ahora que estoy en Jesús debo buscar tanto su provisión, como su cuidado amoroso que renueva mi vida en aquellas áreas que necesitan un cambio o transformación.

Voy a asegurarme que mi corazón hoy esta bien dispuesto para recibir lo que Dios ha decidido derramar en el.

Oremos,

Padre que mi oración hoy muestre que mi relación contigo es real y que tu presencia esta en mí corazón.

Padre que mi alabanza a ti este llena de gratitud por tener un corazón lleno de gozo.

Padre que mis hábitos espirituales, la oración, la lectura de tu Palabra, servicio en tu casa estén siempre llenos de la plenitud que tu Espíritu da.

Oro Señor por los que han caído en la práctica de hábitos religiosos vacíos y con poco significado para sus vidas.

En el nombre de Jesús, amén.