Devocional de hoy

23 de marzo

Éxodo 34:6 RVR60

6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;

Si te tocara responder a esta pregunta, ¿Cual es la descripción del Dios en quien tu crees?, ¿Cual sería tu respuesta?

La revelación que Dios había hecho de si mismo a Moisés le permitiría conocer con que Dios estaba tratando. En el Monte Horeh se le había revelado en su soberanía, su auto existencia y auto suficiencia.

Éxodo 3:14 RVR60

14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.

Ahora, en la renovación del pacto con Israel se revela, como dice Martin Lutero, en su naturaleza más oculta: Como un Dios de amor Inagotable. En esa clase de amor en el que la misericordia, gracia, piedad y verdad se unen con la santidad y justicia.

Entonces, Moisés con tal conocimiento y experiencia con Dios recibido en su vida, hizo de manera espontanea una manifestación del reconocimiento del Dios que se había revelado a él.

Esta misma revelación nos ha sido a nosotros en Jesucristo, en quien nos fue revelada la gloria de Dios (soberanía, poder y autoridad) y el amor inagotable de Dios.

Juan 1:14 RVR60

14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Nos toca considerar esto como la única prueba suficiente sobre la cual fundamentar nuestra necesidad de postrarnos en adoración delante de Jesús y reconocerle como la provisión de Dios en fortaleza, misericordia, y bondad para con nosotros a quienes ha tomado como sus hijos, al ser declarados por su obra redentora como sus hijos.

Nosotros, en Cristo, también hemos conocido ese Dios de amor inagotable, que por la fe, no por vista, en su Palabra nos otorgó la salvación y promesa de vida eterna. Teniendo la convicción plena que en Jesucristo, Dios muestra su misericordia, perdona al pecador arrepentido de su iniquidad, rebelión y pecado, quitando la condena que cargaba sobre él.

Que mi experiencia con Dios, me conduzca también a una vida de adoración a su nombre; me conduzca también a presentar a otros, como la misericordia, la piedad y la verdad que encontramos en Jesús puede transformar sus vidas y disfrutar de ser parte del pueblo de Dios.

Oremos,

Padre muestra tu gloria cada día en nuestras vidas, de tal manera que podamos conocerte como el Dios lento para la ira y grande en Misericordia y verdad.

Gracias porque en Cristo hemos podido contemplar de manera completa tu gran amor, que en su sacrificio en la cruz, llevó nuestros pecados y nos compró con su sangre para ser hechos hijos tuyos.

Te pido Señor que cada día pueda corresponder a tu gran amor con una vida de santidad y entrega total de servicio en medio de tu pueblo.

Me acerco a ti, pidiendo que tu amor sea dado a conocer también en medio de aquellos; que por su duro corazón no pueden reconocer cuanta misericordia y bondad hay para ellos a pesar de su iniquidad, rebelión y pecado.

En el nombre de Jesús, amén.

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