UN MODELO DE ORACIÓN
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Los Aspectos Generales del “Padre Nuestro”.
Capítulo 4
¿Es el padrenuestro un patrón para memorizar y repetir?
¿Peco si repito el padrenuestro en mi tiempo de oración?
¿Cual es el espíritu detrás de cada petición?
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” Mt. 6:9-13
A esta altura de nuestro estudio sobre el tema de la oración todos deberíamos estar de acuerdo en que la oración no es una de esas tantas actividades cristianas de las cuales se puede prescindir sin problema. Dejar de orar implica un riesgo que ningún cristiano debería estar dispuesto a asumir y un precio que no quisiera pagar. Además, es un deber y dejarlo de hacer es pecado. Pero la Biblia no solo nos manda a orar y nos advierte de los peligros de no hacerlo, sino que nos dice cómo hacerlo. Tenemos muchos ejemplos de oraciones registradas en la Biblia, como la oración de Jacob pidiendo protección ante la venganza de su hermano Esaú (Gen 32:9-12); la oración de Moisés implorando perdón y misericordia por el pueblo (Nm 14:17-19), y la petición personal de que se le permitiera contemplar la tierra prometida (Dt 3:24-25); la oración de Ana pidiendo un hijo (1 Sam 1:1-11); la de David pidiendo protección (2 Sam 22:1-7), y por la buena gestión de su hijo Salomón (1 Cr 29:18-19); la oración de Elías en el monte carmelo (1 Re 18:36-37); la de Jabes pidiendo bendición y ser librado de la aflicción (1 Cr. 4:10); la de Ezequías pidiendo ayuda ante la posibilidad de una invasión a su nación (2 Re 19:15-16,19), y por su buena salud (Is 38:3); La de Josafat cuando angustiado no sabía qué hacer ante el ejercito enemigo (2 Cr. 20:6-9,12); la de Esdras a causa del pecado de los repatriados (Esd 9:4-15); la de Nehemías pidiendo por “los hijos de Israel” y para ganarse el favor del Rey (Neh 1:5-11); La oración de Isaías por la gloria de la nueva Jerusalén (Is 62); la de Jeremías pidiendo ser librado de la invasión de los Caldeos (Jer 32:16-24); la oración de Jonás desde el vientre del pez (Jon 2); la de Habacuc sobre Sigionot; la de Daniel pidiendo misericordia por el pueblo (Dan 9); el “Magnificat”[1]de María (Lc 1:46-55); la oración sacerdotal del Señor Jesús (Jn 17:11-21); la de los apóstoles ante el miedo y la persecución (Hch 4:29-30); las oraciones de Pablo por la iglesia (Rom 1:9-12; Ef. 1:17-19; 3:16-19), etc. Todas estas oraciones están allí para nuestra edificación, sin embargo, hay una que destaca por sobre todas ellas y se le ha reconocido históricamente como la oración modelo, “el Padre nuestro”.
Cabe decir que a todo aquello que destaca por sus cualidades únicas y que es digno de imitar se le conoce como modelo. Cuando decimos que el “Padre nuestro” es nuestra oración modelo estamos diciendo precisamente eso. Esta oración destaca del resto porque contiene todo aquello que el creyente necesita atender y pedir para el progreso del Reino de Dios y de su vida cristiana en general. Por lo tanto, cada creyente haría un bien incalculable a su vida sí prestara más atención al carácter y las cualidades contenidas en ella a fin de poder imitarlas y aplicarlas en sus propias oraciones.
I. ASPECTOS GENERALES DEL PADRE NUESTRO
I. ASPECTOS GENERALES DEL PADRE NUESTRO
Antes de abordar cada una de las seis peticiones que forman la conocida oración vamos a considerar los siguientes aspectos generales:
A. La oración es un modelo de ejemplo y no un patrón de repetición
A. La oración es un modelo de ejemplo y no un patrón de repetición
La expresión: “vosotros, pues, oraréis así…” nos indica que esta oración pronunciada por Jesús no tenía como finalidad establecer un patrón que debía memorizarse ni repetirse continuamente. De hecho, el término “así” que usa Jesús, es la palabra griega houto que significa “de acuerdo con”, “como sigue” o “de este modo”. Por lo tanto, “la oración del Señor” o "el padre nuestro” debe considerarse en cuanto a las características de su contenido y no como un patrón exacto de repetición que excluya cualquiera otra palabra.
La oración del “padre nuestro” también narrada en Lc 11:2-5, con algunas ligeras diferencias y en un contexto diferente, apoya la idea de que el Señor enseñó está oración en varias ocasiones y como un modelo que serviría de ejemplo y no estrictamente repetitivo. Además, no debemos perder de vista que el contexto que nos da el libro de Mateo el Señor Jesús viene denunciando precisamente el formalismo muerto de los hipócritas y las vanas repeticiones de los gentiles, y una oración continua y repetitiva tiende a acercarse peligrosamente a estos límites.
Otra referencia importante que apoya la idea de que “el padre nuestro” no fue dado por Jesús como un patrón para repetir, es que los rabinos en aquella época condenaban el escribir oraciones para ser repetidas porque se trataba de una práctica pagana. Y por el contrario, enseñaban que la oración debía salir del corazón.[2]
B. Su brevedad
B. Su brevedad
Aunque hemos dicho que el Señor no condena las oraciones largas, está oración modelo presentada en Mateo contiene 70 palabras[3], y 58 palabras[4]según el modelo de Lucas. Pero, tenga cuidado su brevedad no determina su profundidad ni su sencillez la hace simple.
C. Su estructura general
C. Su estructura general
La forma en que la oración está organizada nos deja saber la prioridad que debemos tener, el período que podemos abarcar, la forma en que debemos relacionarnos con Dios y, la actitud que debemos tener en nuestra vida de oración. Veamos cada uno de estos puntos por separado:
1. La prioridad que debemos tener
1. La prioridad que debemos tener
en concordancia con el hecho de que la gloria de Dios tiene preeminencia por sobre todas las cosas, “el padre nuestro” nos muestra que la gloria de Dios es la prioridad. Las primeras 3 peticiones tienen una referencia directa a Dios (su nombre, su reino y su voluntad). Y las 3 últimas peticiones hacen referencia a las necesidades del hombre (una necesidad física: el pan cotidiano, y tres necesidades espirituales: el perdón, el ser librado de las tentaciones y del maligno). Sin embargo, estas necesidades son plenamente cubiertas cuando la gloria de Dios se expresa a favor de los hombres. Por lo tanto, la gloria de Dios directa o indirectamente es el eje central de cada petición.
Al respecto Juan Calvino dijo: “A pesar de que en cada parte de la oración el primer lugar se le asigna a la gloria de Dios, es aún más el objeto de las tres primeras peticiones en la que hemos de mirar su gloria solamente, sin ninguna referencia a lo que se llama nuestro propio beneficio. Las tres peticiones restantes se dedican a nuestro interés y se relacionan con las cosas que es de beneficio que pidamos.”[5]
2. El período que podemos abarcar
2. El período que podemos abarcar
al usar la palabra período, me refiero a que parte del curso de nuestra vida, podemos abarcar cuando oramos. En primera instancia tenemos 3 peticiones atemporales que se remontan a la esfera de la eternidad, las mismas impactan en el presente y futuro inmediato del hombre (Su nombre, su reino, su voluntad). En cuanto al curso de la existencia del hombre tenemos una petición referente al presente (el pan cotidiano), una petición referente al pasado (el perdón de pecados cometidos) y una petición referente al futuro (meter en tentación y el ser librado del mal). Esto nos indica que Dios no solo está interesado en el presente del hombre, sino en todo el ámbito temporal y eterno de su existencia.
3. La forma en que nos relacionamos con Dios
3. La forma en que nos relacionamos con Dios
La expresión: “Padre nuestro” nos habla de nuestra posición de hijos obtenida por la muerte expiatoria de Cristo. “que estás en los cielos” de su trascendencia y gobierno, y de nuestra condición de peregrinos en la tierra. “santificado sea tu nombre” de la razón del pacto (Ez. 36:22-23). “Venga tu reino” de nuestra ciudadanía. “Hágase tu voluntad”, de nuestra condición de siervos “como en el cielo, así también en la tierra” de nuestra disposición de obedecer. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” de nuestra dependencia diaria. “Y perdónanos nuestras deudas…” de nuestra confesión continua. “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” De la infalible guía del Espíritu Santo. “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” de nuestra vida de adoración.
4. La actitud que debemos tener en la oración
4. La actitud que debemos tener en la oración
Para este aspecto de la oración citaré a John McArthur y su obra A solas con Dios: "Padre", refleja devoción familiar. "nuestro" refleja desinterés. "santificado sea tu nombre", reverencia. "venga tu reino", lealtad. "sea hecha tu voluntad", sumisión. "el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy", dependencia. "perdónanos nuestras deudas", penitencia. "no nos metas en tentación", humildad. "tuyo es el reino", triunfo; "y la gloria", júbilo. "por todos los siglos", esperanza.[6]Todas estas actitudes deben estar presente en la vida de oración del creyente.
5. Una oración completamente centrada en Dios
5. Una oración completamente centrada en Dios
Un vistazo rápido a la oración nos hará concluir que el centro de la oración es Dios y no el hombre. “Padre nuestro…” nos habla de la paternidad e inmanencia de Dios. “Que estás en los cielos…” nos habla de la trascendencia de Dios. “santificado sea tu nombre…” nos habla de la santidad de Dios. “Venga tu reino…” nos habla de la supremacía de Dios.“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra…” nos habla de la soberanía de Dios. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy…” Nos habla del cuidado providencial de Dios. “Y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores…” nos habla de la misericordia y gracia de Dios. “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” nos habla de la fidelidad de Dios. “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” nos habla del poder, la gloria y la inmutabilidad de Dios.
6. Su sentido familiar y comunitario
6. Su sentido familiar y comunitario
Desde el propio comienzo de la oración se puede notar este sentido familiar y comunitario, la expresión Padre nuestro… nos recuerda que Dios es nuestro y de los demás hermanos también. Por lo tanto, toda oración que busque un beneficio propio y el perjuicio del otro hermano queda excluida. Por ejemplo: el pan que se pedirá no será solo el “mío” sino que será el “nuestro”. Eso limita la oración en el sentido de que no recibiremos el pan nuestro si eso implica quitárselo a otros. Se pedirá perdón por nuestras deudas, y eso incluye que Dios perdone mis deudas y también la de los que me adeudan. Por otra parte, la petición “no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”, implica que no puedo esperar ser librado de los problemas sin que los demás también los sean.
La oración no tiene ni uno solo “yo”, “mí”, ni “mío” los pronombres en singular están excluidos, lo que nos muestra el sentido comunitario y de abnegación que debe tener no solo la vida de oración, sino la vida cristiana de cada creyente.
En resumen, tenemos una oración que abarca el pasado, el presente, el futuro y, la eternidad. Que nos habla de la condición de hijos obtenida por la obra de Cristo, del pacto de gracia, de la obediencia, de la dependencia diaria, de penitencia, de la guía del Espíritu, de la devoción familiar, de la abnegación, de la reverencia, de la adoración, de la lealtad, de la sumisión, de la humildad, del triunfo, del júbilo y, de la esperanza del creyente. “el padre nuestro” no solo debe considerarse como la oración modelo, sino que debe estimarse como la oración perfecta. Orar no es una actividad que comienza y termina con las necesidades del hombre sino con la gloria de Dios como lo indicó nuestro Señor Jesucristo: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” Jn. 14:13.
APLICACIÓN
1. ¿Es para usted el padrenuestro un patrón que repite día tras día sin ningún sentido?
2. ¿Puede entender la profundidad de cada petición?
3. ¿Es la gloria de Dios la prioridad de sus oraciones o lo son sus necesidades y propio beneficio?
4. ¿En sus oraciones hay un espacio importante para las demás personas, familiares, hermanos, gobernantes?
5. ¿Había considerado este sentido corporativo de la oración?
6. ¿Se da cuenta de que en padrenuestro no hay ni un solo yo, mío, ni ningún otro pronombre personal, de qué manera afecta esto su vida de oración?
Citas
Citas
[1] El nombre Latín por el que se conoce esta canto de alabanza.
[2] PADRENUESTRO. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia.
[3] El conteo se basa según la traducción al español de la Reina Valera 1960.
[4] El conteo se basa según la traducción al español de la Reina Valera 1960.
[5] La oración el ejercicio continuo de la fe. (pág 132)
[6] A Solas con Dios John MacArthur.