Adulterio, espiritual
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· 90 viewsEn las Escrituras hay una estrecha relación entre el pecado sexual y la corrupción y la inmoralidad espiritual promovida por los falsos maestros. Las Escrituras frecuentemente usan el lenguaje del pecado sexual para exponer la infidelidad del pueblo de Dios.
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La relación entre el pecado sexual y el adulterio espiritual
La relación entre el pecado sexual y el adulterio espiritual
En la práctica
En la práctica
Mientras los israelitas acampaban en la arboleda de Acacias, algunos hombres se contaminaron al tener relaciones sexuales con las mujeres moabitas del lugar. Estas mujeres los invitaron a los sacrificios a sus dioses, así que los israelitas festejaron con ellas y rindieron culto a los dioses de Moab. De ese modo Israel se unió al culto a Baal de Peor, lo cual encendió el enojo del Señor contra su pueblo.
Ver también Éx 34:15; Os 4:14
En la falsa enseñanza
En la falsa enseñanza
»Pero tengo una queja en tu contra. Permites que esa mujer —esa Jezabel que se llama a sí misma profetisa— lleve a mis siervos por mal camino. Ella les enseña a cometer pecado sexual y a comer alimentos ofrecidos a ídolos. Le di tiempo para que se arrepintiera, pero ella no quiere abandonar su inmoralidad.
»Por lo tanto, la arrojaré en una cama de sufrimiento, y los que cometen adulterio con ella sufrirán terriblemente, a menos que se arrepientan y abandonen las maldades de ella. Heriré de muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las intenciones de cada persona. Y le daré a cada uno de ustedes lo que se merezca.
»Pero también tengo un mensaje para el resto de ustedes en Tiatira, los que no han seguido esa falsa enseñanza (“verdades más profundas”, como ellos las llaman, que en realidad son profundidades de Satanás). No les pediré nada más, sólo que retengan con firmeza lo que tienen hasta que yo venga.
Ver también Nm 31:15–16; 2 Ti 3:6; 2 P 2:13–15; Jud 4; Jud 8; Ap 2:14–16
El adulterio espiritual y la relación del pacto de Dios con su pueblo
El adulterio espiritual y la relación del pacto de Dios con su pueblo
Dios como el marido de su pueblo
Dios como el marido de su pueblo
Ez 16:8 La relación espiritual entre Dios y su pueblo se define en términos de la unión íntima y exclusiva del matrimonio.
Ver también Is 54:5; Jr 3:14; Jr 31:32; Ef 5:31–32
Dios es celoso por el afecto de su pueblo
Dios es celoso por el afecto de su pueblo
Éx 34:14 Así como el marido y la mujer son celosos de su relación de amor, así mismo Dios es celoso por el afecto de su pueblo.
Ver también Éx 20:4–5; Dt 4:23–24; Dt 6:13–15
La historia del adulterio espiritual del pueblo de Dios
La historia del adulterio espiritual del pueblo de Dios
Ante los reyes de Israel
Ante los reyes de Israel
El Señor le dijo a Moisés: «Estás por morir y vas a reunirte con tus antepasados. Cuando ya no estés aquí, los israelitas comenzarán a rendir culto a dioses ajenos, los dioses de la tierra a la cual se dirigen. Me abandonarán y romperán el pacto que hice con ellos.
Ver también Lv 17:7–9; Lv 20:4–6; Jue 2:16–17; Jue 8:27; Jue 8:33–34
En el reino del norte de Israel
En el reino del norte de Israel
Cuando el Señor le habló por primera vez a Israel por medio de Oseas, le dijo al profeta: «Ve y cásate con una prostituta, de modo que algunos de los hijos de ella sean concebidos en prostitución. Esto ilustrará cómo Israel se ha comportado como una prostituta, al volverse en contra del Señor y al rendir culto a otros dioses».
Ver también 1 Cr 5:25; Ez 23:1–8; Os 2:2–3; Os 4:10–12; Os 5:3–4
En el reino del sur de Judá
En el reino del sur de Judá
»Si un hombre se divorcia de su esposa,
y ella se casa con otro,
él nunca la recibirá de nuevo,
porque eso sin duda corrompería la tierra.
Pero tú te has prostituido con muchos amantes,
entonces, ¿por qué tratas de volver a mí?
—dice el Señor—.
Fíjate en los santuarios que hay en cada cumbre.
¿Hay algún lugar que no haya sido profanado
por tu adulterio con otros dioses?
Te sientas junto al camino como una prostituta en espera de un cliente.
Te sientas sola, como un nómada en el desierto.
Contaminaste la tierra con tu prostitución
y tu perversidad.
Por eso incluso han faltado las lluvias de primavera.
Pues eres una prostituta descarada y totalmente desvergonzada.
Ver también 2 Cr 21:10–11; Is 57:3–8; Jr 2:20; Jr 5:7–8; Jr 23:13–14; Ez 16:15–22; Ez 23:11–21
En la generación de Jesucristo
En la generación de Jesucristo
Un día, algunos maestros de la ley religiosa y algunos fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron:
—Maestro, queremos que nos muestres alguna señal milagrosa para probar tu autoridad.
Jesús les respondió:
—Sólo una generación maligna y adúltera exigiría una señal milagrosa; pero la única que les daré será la señal del profeta Jonás.
Ver también Mt 16:4
El juicio de Dios sobre el adulterio espiritual
El juicio de Dios sobre el adulterio espiritual
Diles: “¡Reyes de Judá y ciudadanos de Jerusalén, escuchen este mensaje del Señor! Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ‘¡Traeré un terrible desastre a este lugar, y a los que se enteren les zumbarán los oídos!
»’Pues Israel me ha abandonado y convirtió este valle en un lugar de maldad. La gente quema incienso a dioses ajenos, ídolos nunca antes conocidos por esta generación ni por sus antepasados ni por los reyes de Judá. Y han llenado este lugar de sangre de niños inocentes. Han construido altares paganos a Baal y allí queman a sus hijos en sacrificio a Baal. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa!
Ver también Jr 3:6–10; Jr 16:10–13; Ez 23:36–49
Los creyentes no deben mezclarse en el adulterio espiritual
Los creyentes no deben mezclarse en el adulterio espiritual
No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece porque cuando aman al mundo, no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo sólo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.
Ver también 1 Co 10:6–11; Col 3:5; He 3:12–14; He 10:26–31; Stg 4:4–5; 1 Jn 5:21