Nosotros creemos y también confesamos
que el Espíritu Santo procede
eternamente del Padre y del Hijo-
quien no fue hecho,
ni creado,
ni engendrado,
sin sólo proceder
de los dos.
En cuanto al orden,
el Espíritu es la tercera persona de la Trinidad-
de una y la misma esencia,
y majestad,
y gloria,
con el Padre y el Hijo,
siendo verdadero y eterno Dios,
tal como nos enseñan las Sagradas Escrituras.