Devocional de hoy
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31 de marzo
31 de marzo
12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
No somos muy considerados al valorar el costo de las decisiones y acciones que otros toman a favor de nosotros. Lo que hacemos es no honrar los sacrificios que otros han hecho por nosotros.
Pero, Dios si reconoce el trabajo de su siervo sufriente, dándole un lugar de honor entre los victoriosos. Jesucristo ocupa el máximo lugar de honor en la corte celestial, porque su Padre le colocó en ese lugar, por la obra que debemos reconocer que el hizo por nosotros y en consecuencia nosotros debemos darle ese lugar de honor en nuestras vidas.
Si valoramos el sacrificio de Cristo en la cruz debemos reconocer en nuestra vida, estas cuatro cosas:
Derramó su alma hasta la muerte, se despojó de si mismo, en la cruz entregó su cuerpo para pagar el precio de nuestra redención, con su sangre derramada pagó el preció de nuestro rescate.
Fue contado con los transgresores.
Fue destinado a pagar con su sacrificio nuestra condena, al bajar a la condición de un pecador, fue colocado en la lista de los que merecen ser condenados aunque sin culpa, para mostrarnos su amor, de tal manera que podamos confiar totalmente en que él está de nuestro lado.
- Llevo el pecado de muchos.
También cargó con la culpa de nuestro pecado para que nosotros pudiésemos levantar nuestro rostro delante de Dios y ser aceptados en su presencia sin la vergüenza de nuestras maldades.
Intercedió por los transgresores.
Oró, suplicó desde la cruz por el perdón de nuestros pecados, por un lugar para el pecador arrepentido en el Reino de los Cielos.
No he entendido completamente lo que hizo Cristo por mi en la cruz hasta que reconozco lo que el entregó por mi, lo que el hizo para estar a mi lado y rescatarme, la vergüenza que llevó por la carga que puse sobre él y he escuchado su oración suplicante para mi salvación.
Debo honrar con mi vida al que Dios ha dado todo el honor y la gloria por su victoria en la cruz, porque lo hizo por mi para salvarme.
Hoy puedo levantar mi rostro delante de Dios y ser aceptado en su presencia, porque Jesús murió en mi lugar, el fue escogido para ocupar mi lugar, cargo con la vergüenza de mi culpa y rogó por mi salvación y fue escuchado.
Quiero dar mi adoración a quien, por lo que hizo por mí, me libró del pecado y me concedió entrar en su Reino.
Oremos,
Padre ayúdame cada día a vivir con la conciencia de alguien que ha reconocido todo lo que Jesús hizo en la cruz para su salvación.
Gracias porque hoy puedo vivir como un pecador que ha sido perdonado, un rebelde que ha sido aceptado, un culpable cuya vergüenza ha sido quitada y un condenado a quien se le ha otorgado libertad.
Oro para que en mis labios no falte la alabanza a mi redentor, mi adoración a quien dio todo por mi.
Ahora me uno a la oración de Jesús que ruega por los que no saben que necesitan perdón, que no se han dado cuenta que su pecado los condena y aparta de ti, los que todavía la vergüenza de su pecado les impide estar en tu presencia.
En el nombre de Jesús, amén.
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