La intencion de Nuestra Obediencia

Practicando Nuestra Vida Cristiana   •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Introduccion

Algunos cristianos tienen la idea equivocada de que en su conversión a Jesús primero viene a ser nuestro Salvador, y que algún tiempo después el cristiano toma a Jesús como su Señor.
No hay ningún fundamento bíblico para esta enseñanza.
Es altamente dudoso que alguien que venga a Cristo buscando su ayuda, pero sin intención de obedecerle y pueda ser salvo.
El carácter salvador de Cristo está siempre unido a su señorío. Mira lo que dicen las Escrituras:
“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo […], pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”
Romanos 10:9–13 RVR60
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Ahí el objeto de la fe para la salvación es el Señor
La única prueba real de que Jesús es tu Salvador es su señorío sobre tu vida. En otras palabras, la prueba de que has sido salvado no es que pasaste adelante en un culto, o que levantaste la mano, o firmaste una tarjeta de decisión o que hiciste una decisión de fe.
La prueba inequívoca la evidencia de que eres una nueva criatura: es que demuestras mediante tu vida que las cosas viejas han pasado, y todas las cosas han sido hechas nuevas
2 Corintios 5:17 RVR60
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Desarrollo

rom 12.2 “2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Cuando Jesús nos salva, nos llama a sometemos voluntariamente a Él como Rey y Soberano de nuestra vida. en otras palabras Jesús debe ser al mismo tiempo Salvador y Señor de nuestras vidas. Él no es lo uno sin lo otro. Esto es así porque la salvación es más que el perdón del pecado: somos salvados del pecado de la culpa del pecado, del poder del pecado, del castigo del pecado, y por último del propio ser del pecado extendiéndonos a una nueva vida en Cristo Jesus; Dios lo ha dicho: “Serás salvo.”
Salvados y libertados de la exclavitud del pecado y del señorío de Satanás.
“Satanas hizo que el pecado se viera como algo bueno”
Efesios 2:2 RVR60
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Juan 8:33–34 RVR60
33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? 34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Juan 8:44 RVR60
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
En Cristo somos libertados del pecado para someternos al Señorío de Cristo asi como lo expreso Tomas.
Juan 20:28 RVR60
28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
Somos llamados a vivir en una union comun con Cristo.
1 Corintios 1:9 RVR60
9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
La respuesta que Dios demanda de cada uno de nosotros en cuanto al señorío de Cristo es la obediencia.
Obedecer, tal como se entiende en el Nuevo Testamento, es dar cuidadosa atención a la Palabra de Dios, someterse a su autoridad y seguir sus enseñanzas
No puede haber ningún sustituto para la obediencia
1º Samuel 15:22 LBLA
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace el Señor tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del Señor? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros.
La obediencia es la clave de todo en la vida cristiana.
Al principio de la Biblia en éxodo vemos lo dicho por parte de Dios a su pueblo.
Éxodo 19:5 LBLA
5 »Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra;
Vemos que la obediencia es esencial para la bendición por parte de Dios. Pedro comienza su Primera Epístola recordándonos que somos salvos principalmente para obedecer a Dios
Y veamos como Pedro en sus cartas nos lo marca constantemente.
1 Pedro 1:2 LBLA
2 según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: Que la gracia y la paz os sean multiplicadas.
Pedro Insta en lo mismo en el siguiente pasaje.
1 Pedro 1:14 RVR60
14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
Y lo reitera
1 Pedro 1:22 RVR60
22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;
La palabra nos muestra que la obediencia es una muestra de la salvación
1 Juan 2:3–4 TLA
3 Nosotros sabemos que conocemos a Dios porque obedecemos sus mandamientos. 4 Si alguien dice: «Yo soy amigo de Dios», y no lo obedece, es un mentiroso y no dice la verdad.
la verdadera obediencia se demuestra en una íntima relación con el Señor.
Juan 15:1–10 LBLA
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. 3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. 6 Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos. 9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
La obediencia no debe ser algo frío, mecánico y esclavizante que se lleve a cabo solamente por temor
Por el contrario: es la respuesta a Dios con un corazón puro, contrito y humillado sin dobleces que conoce, ama y obedece al Señor
Salmo 40:8 RVR60
8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
Juan 4:34 RVR60
34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Por esto la comunión con Dios y la obediencia a Él son inseparables.
No se nos llama a obedecer leyes severas y poco razonables, sino más bien a obedecer a Dios. “Obedeced mi voz”, dice Dios en
Jeremías 7:23 RVR60
23 Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien.
Es interesante observar que la expresión
“obedeced los mandamientos”
se utiliza muy raramente en la Escritura.
Por el contrario, casi siempre encontramos las palabras
“obedeced mi voz” u “obedecedme”.
Esto nos enseña que en el cristiano la obediencia es una respuesta a Dios mismo. es decir Si amas a Dios, lo obedecerás de todo corazón.
1 Juan 5:3 TLA
3 Nosotros demostramos que amamos a Dios cuando obedecemos sus mandamientos; y obedecerlos no es difícil.
Si te deleitas en reconocer a Cristo como tu Salvador, entonces debes tener con ese mismo deleite, inclinarte ante su Señorío.
Analicemos entonces en nuestras vidas ¿Cual es la intención de Nuestra obediencia?
El Señor nos lleva obedientemente a hacer el Bien:
Gálatas 6:10 LBLA
10 Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.
¿ Cual es tu intención al ayudar a los demas?
El Señor Nos lleva obedientemente a congregarnos.
Hebreos 10:25 NBLA
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.
¿ Cual es tu intención al congregarte?
El apóstol no escribe a creyentes aislados, cada uno de ellos encerrado en su propia casa, sino a todos ellos congregados.El Señor Nos lleva a que obedientemente estudiemos su palabra.
2 Timoteo 2:15 (RVR60)
15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
¿Cual es tu intención al estudiar su palabra?
¿contender? ¿ Conocerle mas y mas? ¿ Adquirir conocimiento intelectual?
Sigamos el ejemplo de Esdras
Esdras 7:10 LBLA
10 Ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del Señor, y a practicarla, y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel.
¿Se deleita usted en la lectura de la Palabra de Dios?
¿Derrama usted su corazón a Dios en la oración?
La oración hará que una persona deje de pecar o el pecado llevará a que una persona cese de orar.
¿Se deleita usted en el día del Señor al dedicarlo a la adoración, la oración y el compañerismo cristiano?
Cuando Nuestra obediencia se ejerce con la intención correcta en nuestro corazón Dios obra poderosamente en tu vida
Por obediencia a las doctrinas de Cristo es libertado del pecado y hecho un siervo de la justicia
Romanos 6:17–18 LBLA
17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de doctrina a la que fuisteis entregados; 18 y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la justicia.
• Es liberado del autoengaño y es bienaventurado en sus hechos
Santiago 1:22–25 LBLA
22 Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; 24 pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es. 25 Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace.
• Su fe es perfeccionada
Santiago 2:22 LBLA
22 Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y como resultado de las obras, la fe fue perfeccionada;
• Es confirmado por su firmeza en Dios y le es dada confianza en la oración
1 Juan 3:18–22 LBLA
18 Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 19 En esto sabremos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de Él 20 en cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene; porque Dios es mayor que nuestro corazón y sabe todas las cosas. 21 Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos delante de Dios; 22 y todo lo que pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.
“simplemente haga lo que la palabra nos muestra que debería hacer para cumplir con la voluntad del Señor nuestro Dios, teniendo siempre la intención correcta de hacer en obediencia su voluntad”

Conclusion

Si existe pecado en su vida, déjelo de inmediato, deje de lado la mentira, las murmuraciones o cualquier cosa que la palabra le muestre que es pecado. Abandone los placeres de este mundo, la extravagancia en los gastos, la vanidad en el vestir, en su coche, en su casa. Reconcíliese con toda persona que pudiera haber perjudicado y, en lo posible, con todo aquel que pueda haberle ofendido. Comience a usar sus recursos para ayudar a los demas y promueva el evangelio del Señor. Tome su cruz y viva sacrificadamente. Ore sin cesar, asista a congregarse; Testifique de Cristo, no sólo cuando le convenga, sino cuando sabe que debe hacerlo. No mire el costo ni tema las consecuencias. Estudie la Biblia para conocer la voluntad de Dios y luego haga su voluntad según su Palabra Comience ahora haciendo lo primero que tenga a mano y prosiga diariamente, siempre manteniendo la correcta intención de obediencia hacia El Señor.
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