La insensatez de la idolatría
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1. La idolatría
1. La idolatría
Concepto Humanidad:La Psicología Humanista nace oficialmente en USA en 1962, cuando un grupo de psicólogos y pensadores progresistas de la época declaran su voluntad en desarrollar un enfoque nuevo que trascendiera los determinismos y la fragmentación de los modelos vigentes del Psicoanálisis y del Conductismo; el anhelo era entonces desarrollar un nueva Psicología que se ocupe de la Subjetividad y la Experiencia Interna, de la Persona como un todo, sin fragmentaciones como la conducta o el inconsciente, o la percepción o del lenguaje, sino que contemplar a la Persona como objeto luminoso de estudio, y asimismo, desarrollar una nueva disciplina que investigue los fenómenos más positivos y sanos del ser humano como el amor, la creatividad, la comunicación, la libertad, la capacidad de decidir, el cambio terapéutico, y sobre todo, la autenticidad y el arte de ser uno mismo, porque de allí debía provenir el sentido de respeto y responsabilidad; desde ese núcleo del Ser, puede surgir un camino del existir que sea sano o sabio, equilibrado y pleno, la autenticidad como un proceso de auto-aceptación y aceptación de todo lo que existe.
Concepto Idolatría
El segundo mandamiento parece estar menos preocupado con la incapacidad de representar adecuadamente a Dios y más con las implicaciones de sus esfuerzos. La religión de la «Fértil Medialuna» en el período del AT era primariamente la adoración de espíritus que controlaban las fuerzas de la naturaleza. Su representación, sea por objetos simbólicos, por ejemplo, las maṣṣēḇāh y ʾašērāh, o por imágenes, implicaba que los espíritus estaban ligados y en una manera controlados por las cosas materiales que ellos gobernaban. El culto a Jehová, carente de imágenes, anunciaba no solamente que era más grande que la naturaleza, sino también que no pedía ser atado por ella. La mayoría de las palabras hebreas usadas para los símbolos del culto pagano o del culto degenerado de los israelitas expresan repugnancia o aversión, hecho que no se nota bien en nuestras traducciones, y servían para condenar el culto que estaba tras ellos. Véase Dioses.
Esta actitud yace tras el uso del NT. Salvo en Hch. 7:41, “En aquellos días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo, y se regocijaban en las obras de sus manos.” el énfasis raras veces está, si es que lo hay, en la imagen sino en la deidad que simbolizan. Esto permitió a los escritores evitar en gran medida el uso de zeospara referirse a las deidades paganas. Efesios 5:5, “Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.” . Col. 3:5 “Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.” no sugieren que algún objeto tangible haya llegado a ser un objeto más deseado que Dios, sino que la creación estaba usurpando el lugar del Creador.
Referencias:
San Marcos 12:29-30 “Jesús respondió: El más importante es: «Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza».”
Jeremías 1:16 “Y yo pronunciaré mis juicios contra ellos por toda su maldad, porque me abandonaron, ofrecieron sacrificios a otros dioses y adoraron la obra de sus manos.”
1 Corintios 10:6-7 “Estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo, como ellos lo codiciaron. No seáis, pues, idólatras, como fueron algunos de ellos, según está escrito: El pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó a jugar.”
2. Los ídolos, reflejo de vanidad
Conceptos de Vanidad
VANIDAD. Los términos «vanidad» y «vano» se hallan frecuentemente en la Biblia para dar la idea de aquello que es vacío, pasajero, sin valor. Dentro de ello caen la idolatría y la maldad, como cosas que no solamente son malas, sino además vanas y vacías. También denotan falsedad. El principal término heb. traducido «vanidad» es hebhel, lit. «un soplo de aire, o de la boca». Se usa de la adoración de ídolos (1 S. 12:21; 1 R. 16:13; Sal. 31:6, etc.); del hombre y a sus días sobre la tierra (Job 7:16; Sal. 144:4, etc.); de los pensamientos del hombre (Sal. 94:11); de sus posesiones (Pr. 13:11); de todo en lo que el hombre se ocupa perteneciente a esta esfera de debajo del sol (Ec. 1:2; 4:7, etc.). La misma creación, por la caída del hombre, está sujeta a vanidad (Ro. 8:20), de la que sólo será librada en la manifestación de Cristo (v. 21). El hombre sin Dios está encadenado en una vanidad de vaciedad y frustración, de culpa y muerte, de la que sólo puede ser librado volviéndose de todo ello al Señor Jesús, que puede salvarlo e introducirlo en una vida abundante (Ef. 4:17; Tit. 1:10; Hch. 14:15; Jn. 10:10).
Referencias:
Romanos 1:22-27 “Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, que es bendito por los siglos. Amén. Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza; y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío.”
Colosenses 3:5-7 “Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.”
Efesios 5:5-12 “Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia. Por tanto, no seáis partícipes con ellos; porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad), examinando qué es lo que agrada al Señor. Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas; porque es vergonzoso aun hablar de las cosas que ellos hacen en secreto.”