LA TRAICIÓN DE JUDAS Y LA NEGACIÓN DE PEDRO

Semana Santa 2023  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Con Jesús siempre hay oportunidad, siempre y cuando volvamos a él arrepenntidos.

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INTRODUCCIÓN:

En el relato de la crucifixión y muerte de Jesús, encontramos dos personajes, dos momentos y dos actitudes diferentes, pero comunes, hablamos de La traición de Judas y la negación de Pedro,
Juan 18:1-27
Hermanos esta noche, quisiera que reflexionemos un poco entre lo común que hay entre estos dos eventos en la negación de Pedro y en la traición de Judas, pero que también podamos ver las diferencias entre ellas.
Y las diferencias entre estos dos momentos son las que hacen que no podamos situarlas al mismo nivel, ni tengan las mismas consecuencias.
Hermanos, Pedro y Judas han sido grandes amigos de Jesús, han estado con él, han andado con él, aprenden de él, comparten con él, Pedro era uno de los tres que Jesús siempre tomaba en cuenta en los momentos importantes.
Marcos 9: 2
Marcos 9:2 RVR60
2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.
Judas, por su parte era el Tesorero de Jesús. Juan 13.29
Juan 13:29 RVR60
29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.
Como vemos eran hombres, que tuvieron con el Señor y ocuparon lugares importantes.
Ambos también Fallaron a Jesús, en momentos diferentes, eso es lo que encontramos en común.

1. Analizamos primero a Pedro.

Cuando las cosas van mal, cuando quizás el maestro necesita que sus discípulos estuvieran con él, Pedro lo niega, pero lo hace tan mal, que se nota que es de los suyos (Jn 18: 17, 25 - 27).
Juan 18:17 RVR60
17 Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy.
Juan 18:25–27 RVR60
25 Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? El negó, y dijo: No lo soy. 26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él? 27 Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo.
Como vemos, pedro, es invadido por el temor, y niega al maestro, aunque podemos ver que lo hace de mala gana.
Niega, pero se nota que no está cómodo con la negación.
Y aquí aprendemos que hay dos maneras de pecar: a gusto y a disgusto.
Solo cuando aparece el disgusto en el pecado, hay posibilidad de arrepentimiento y de conversión.
El disgusto puede aparecer en el mismo hecho del pecado o después. Cuando caemos en una situación de pecado, pero no estamos a gusto, hermano, eso vendrá acompañado con arrepentimiento.
En el caso de Pedro diría que el disgusto aparece en el mismo pecado.
Mateo describe, este arrepentimiento, Mateo 26:75
Mateo 26:75 RVR60
75 Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.
Hermanos, Ojalá que todos nuestros pecados fueran así. Que cada cosa que hacemos que niega nuestra esencia como cristiano, con la cual negamos al maestro nos cause disgusto, es decir, ¡¡¡que no sea algo que nos guste hacer!!!

2. Ahora veamos a Judas.

Judas vende a Jesús, le traiciona. Así describe mateo.
Mateo 26.14-16
Mateo 26:14–16 RVR60
14 Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, 15 y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. 16 Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.
Y vemos que aquella noche, después de haber tomado la cena, el encontró la ocasión para entregarle. Lucas describe ese momento, Lucas 22:47-48
Lucas 22:47–48 RVR60
47 Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle. 48 Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?
Y, sin embargo, poco después se arrepiente. Se da cuenta de lo que ha hecho, y eso le desespera. Como está desesperado, acaba quitándose la vida (Mt 27:3-5).
Mateo 27:3–5 RVR60
3 Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!5 Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.
Hermanos, encontramos, aquí una tragedia por un doble motivo:
o Por lo que le hace a Jesús.
o Y por cómo lo que hace le afecta hasta el punto de quitarse la vida.
Hermanos también ahí encontramos una señal de arrepentimiento, que no está bien conducido ni orientado.
Él se da cuenta del horror del pecado cometido, en vez de conducirle a pedir perdón, le conduce a la desesperación.
Además no pudo ver, como Pedro sí lo hizo, el amor que brota de Jesús incluso cuando le traicionamos.
Ese amor que permite que confesemos nuestros pecados y nos apartemos (Proverbios 28.13)
Proverbios 28:13 RVR60
13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Su error, no fue haber entregado a Jesús, fue no ver el amor, que de todas formas ahí estaba y ahí siguió siempre, porque el amor de Dios y de Jesús son permanentes e irrevocables.
Ese error, lo llevó que condujo a Judas a la desesperación y a la muerte.
Este otro modo de enfrentarse con el pecado.
o Hermanos porque consistir en el pecado, si sabemos que muerte y nos separa de la gloria de Dios mismo.
Romanos 6.23
Romanos 6:23 RVR60
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 3:23
Romanos 3:23 RVR60
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Hermanos mantenernos fieles a Jesús no siempre es fácil.
o Pedro tuvo miedo y le negó.
o Judas se decepcionó y le traicionó.
Pedro se arrepintió, y Jesús lo perdonó.
Judas tuvo remordimiento, pero no arrepentimiento, olvidó el amor de Dios, y eso lo condujo a un pecado mayor, el suicidio.
Lo importante en todo esto es que Jesús amaba a uno y a otro, y solo esperaba que ellos se arrepintieran.

CONCLUSIÓN:

¿CON CUÁL SE IDENTIFICA USTED?
Hermanos, los seguidores de Jesús debemos cada día recordar su gran amor, para que nuestras caídas no nos hundan.
Con Jesús siempre es posible volver a empezar.
Vamos a orar.
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