Resucitó en cuerpo regenerado

Génesis 1:26–28 NTV

Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Ellos reinarán sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el suelo». Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó. Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo».

Los dos mandatos que Dios da a los humanos eran 1) sean frutiferos y multipliquense, y 2) llenen la tierra y gobiernen sobre ella son parte del origen de la humanidad. Por lo que, nos es necesario tomarlos en cuenta cuando hablamos de la restauración, la regeneración y la reconciliación. pues los tres términos implican un regreso a una condición natural u original. Así es, nuestra condición original implicaba el trabajo de fructificar y el de llenar la tierra. Pero también la obediencia era parte de nuestra condición previa a la caída.

La restauración es un cambio del estado actual en camino hacia nuestro estado original. La regeneración es la acción divina por la cual Dios renueva la creación caída para que refleje su carácter. Por último, la reconciliación es un cambio de relaciones personales entre seres humanos (1 S. 29:4; Mt. 5:24; 1 Co. 7:11); o entre Dios y el hombre (Ro. 5:1–11; 2 Co. 5:18s.; Col. 1:20; Ef. 2:5) Por este cambio se reemplaza un estado de enemistad y alejamiento por uno de paz y comunión. Los tres términos implican un retorno a la condición en la cual fuimos creados. Por ello, cuando hablamos del proceso por el que los creyentes en Cristo pasan a causa de su relación con Él, debemos hablar más que de un avance hacia algo desconocido, de un camino de regreso a lo que Dios ya establecio en un principio. Es decir, si bien vamos caminando por caminos probablemente nunca antes transitados por nosotros, andamos por caminos ya existentes desde el principio de las cosas para que andemos por ellos de regreso a la condición en la que originalmente fuimos creados.

Cuando los cristianos pensamos en el acto de la salvación hacemos referencia directa a la crucificción de Jesús; pero, cuando hablamos de la regeneración y restauración de la vida del creyente tenemos que ver forsozamente las carácteristicas del Cristo resucitado. Pues Jesús resucitado anduvo entre los hombres con un cuerpo regenerado por el poder transformador de la presencia del Padre. Es por ello, que vemos a Jesús entre sus discípulos con un poder reconciliador y transformador.