Hermenéutica 2

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PASOS SENCILLOS EN LA INTERPRETACIÓN

Tres sencillos pasos en la interpretación
Podemos utilizar el enfoque del tiempo presente para estudiar la Biblia de formas más sencillas o más complejas.
En la forma más sencilla, nos sentamos y leemos la Biblia centrándonos en el hecho de que Dios está presente y nos habla a través de lo que leemos.
También podemos considerar formas más complejas, en las que podemos distinguir distintos focos o perspectivas que podemos emplear durante un tiempo más prolongado. En el resto de la clase, ilustraremos enfoques progresivamente más complejos. Aplicaremos estos enfoques a un pasaje principal, 1 Samuel 22:1-2, para que podamos ver cómo trabajar con un texto de muestra concreto. (En las ultimas clases también ilustraremos cómo se puede utilizar nuestro enfoque con otros pasajes: Prov. 10:1; Sal. 4:8; y Amós 1:3).
Tres tipos de preguntas
Consideramos un enfoque de tres pasos para estudiar la Biblia. Los tres pasos son observación, explicación y aplicación. Algunos usan el término interpretación en lugar de explicación para describir el segundo de los tres pasos, el paso entre la observación y la aplicación. Pero la palabra interpretación puede usarse de forma más amplia para cubrir todo el proceso de estudio de un texto, no sólo el paso intermedio de explicación.
La observación responde a la pregunta: "¿Qué dice el texto?".
La explicación responde a la pregunta: "¿Qué significa?".
La aplicación responde a la pregunta: "¿Qué significa para mí?". (Véase el cuadro 4.1.)
Las preguntas pueden seguir una progresión natural, empezando con sencillas preguntas de observación que invitan a cada persona del grupo a fijarse en lo que hay realmente en el pasaje, y a fijarse tanto en los detalles como en los temas generales. Luego hacemos preguntas para reflexionar sobre el significado de lo que hay en el texto. Y una vez que comprendo el significado y lo puedo explicar, me pregunto cómo aplicarlo a mi vida, mis creencias, actitudes y comportamiento.

Tres pasos para 1 Samuel 22:1-2

I. Rezar y pedir al Señor que esté presente e ilumine el estudio.
II. Observa las partes circundantes del libro: 1 Samuel 18:6-9; 20:31; 21:10-15. (Para el pasaje 22:1-2, puede ser importante entender por qué David hizo lo que hizo).
III. Lee el pasaje: (1 Sam. 22:1-2)
IV. Reflexiona con algunas preguntas e observación:
¿Adónde fue David?
¿Quién se unió a él?
¿Qué tipo de personas eran?
¿Cuál era la relación de David con la gente que le acompañaba?
¿De dónde venía David y por qué?
¿Qué causó que David estuviera en peligro? (pista: ver contexto anterior; ver 1 Sam. 18:6-9)
¿Por qué podría la gente estar motivada para venir y unirse a David?
¿Qué muestra el pasaje sobre la opinión que la gente tenía de David?
¿Qué muestra esto sobre la asunción de responsabilidades por parte de David?
¿Qué muestra sobre el liderazgo de David?
¿Cuál era el plan de Dios para el futuro de David? (pista: ver 1 Sam. 16:1-2, 13)
¿Qué vemos de la vida comunitaria en torno a David?
¿Cómo muestra el pasaje el cuidado de Dios por David y por la comunidad?
¿Qué prefigura el pasaje sobre un futuro hijo mayor de David? (pista: ver Hechos 2:30-31)
Preguntas sobre la aplicación:
¿Cómo se refleja en David el cuidado que Cristo tiene por ti?
¿De qué manera el pasaje prefigura tu relación con Cristo? ¿La relación de otras personas con Cristo?
¿Qué implica el pasaje sobre cómo debe desarrollarse tu relación con Cristo
¿En qué te sirve David de ejemplo?
¿De qué manera te sirven de ejemplo las personas que rodean a David?
¿Qué sugiere el pasaje sobre tu relación con los que están en apuros?
¿De qué manera prefigura el pasaje a la Iglesia?
¿De qué manera puede el pasaje prefigurar la relación de la Iglesia con los de fuera, y qué implica para tu actitud hacia los de fuera?
Como usar las preguntas
Una persona puede estudiar la Biblia por sí misma para su beneficio personal, o puede estudiar para prepararse para dirigir un grupo o dar una presentación o un sermón. Para cualquiera de estos objetivos, una persona puede plantearse los tres tipos de preguntas, relativas a la observación, la elucidación y la aplicación.
Para estudiar un pasaje con más detenimiento, se puede preparar una hoja de trabajo con cuatro columnas en una sola hoja de papel o en un procesador de textos. A continuación, rellena la columna de la izquierda con el texto del pasaje, distribuyéndolo por toda la columna (o, para pasajes más largos, puede utilizar la columna de la izquierda de varias páginas). A la derecha de la columna de la izquierda hay otras tres columnas. Estas columnas tienen espacio que contendrá observaciones, Explicación y aplicaciones, respectivamente. A continuación, el alumno añade comentarios sobre el pasaje en las otras tres columnas.
El valor de los tres pasos
Dividir el estudio de la Biblia en tres pasos, en lugar de verlo como un único proceso de interacción, tiene una ventaja. Todos tenemos puntos débiles y prejuicios a la hora de analizar las Escrituras. Los tres pasos ayudan a las personas a no pasar por alto uno o más aspectos de la interpretación mientras se apresuran a llegar a su parte favorita.
A una persona le encanta la aplicación, y tiende a lanzarse a ella sin tomarse tiempo para pensar en lo que el pasaje está diciendo realmente.
Otra persona evita la aplicación, y tiende a pensar y pensar y pensar sin actuar nunca sobre el mensaje. Por el contrario, Santiago nos dice que debemos asegurarnos de actuar según lo que oímos: "Sed hacedores de la palabra, y no tan sólo oidores, engañándoos a vosotros mismos" (St 1,22; véanse también los vv. 23-27).
Otra persona lee y lee, sin preguntarse qué significa o cómo se aplica. Se queda en gran medida en el nivel de la observación. La división en tres pasos anima a la gente a mirar el pasaje de varias maneras, y a no descuidar aspectos que tienden a minimizar.
Para aplicarlo a 1 Samuel 22:1-2
Observación: ¿!que dice? Preguntas: ¿Quien se unió a David
Explicación ¿Que significa? ¿Cómo asumió David la responsabilidad por el pueblo?
Aplicación: ¿Que significa para mi? ¿Cómo podría honrar a Dios, mientras asimilo este significado?
Los tres pasos como perspectivas
El folleto de Kuhatschek y Bunch se dirige a personas que quizá nunca antes hayan dirigido un estudio bíblico en grupo. Por ello, trata de ofrecer descripciones sencillas y tiene mucho que decir sobre cómo interactuar con un grupo. Pero el mismo formato puede aplicarse a un individuo que estudia la Biblia por sí mismo. En el caso de 1 Samuel 22:1-2, puede utilizar las preguntas que hicimos, o puede idear sus propias preguntas a medida que interactúa con el pasaje.
Ver los pasos como perspectivas
Aunque el método de estudio que estamos describiendo tiene una progresión natural de la observación a la explicación y a la aplicación, los tres pasos interactúan entre sí. De hecho, un análisis más detallado muestra que los pasos no se pueden separar claramente, sino que son más bien perspectivas. Se implican mutuamente.
En cierto sentido, estamos tratando de observar lo que el pasaje dice e implica a lo largo de todo el proceso. Las observaciones del principio pueden ser más sencillas y permanecer más "en la superficie", pero tenemos que observar el texto y no sólo nuestras propias ideas durante todo el estudio. Explicar implica observar lo que el texto quiere decir, y aplicar significa observar lo que implica para mí.
Del mismo modo, los tres pasos son formas de Explicar. Incluso las observaciones más sencillas del primer paso, la observación, requieren que comprendamos las frases que componen el texto, y esta comprensión ya implica un tipo preliminar de explicación. El paso de la aplicación es una explicación de cómo el texto tiene implicaciones para mí.
Por último, los tres pasos son formas de aplicación. La aplicación en su conjunto incluye no sólo cómo decido actuar basándome en el pasaje, sino también lo que decido creer que dice y lo que decido creer que significa. En un sentido amplio, tratar las cuestiones de observación y elucidación implica aplicar el texto a mi mente y a mis creencias, y asegurarme de que aplico el texto a mi mente metiéndome en la cabeza lo que el texto dice y significa. Yo, como individuo, tengo un papel inextricable en el proceso. Yo observo y elucubro. Si es así, mi implicación personal constituye ya una aplicación: una aplicación a mí. Además, cuando un cristiano estudia la Biblia, el Espíritu Santo, que mora en él, se encarga de aplicársela en cada fase del proceso.
Los mismos principios se aplican si pensamos en un estudio bíblico en grupo en lugar de un estudio individual.
Aplicación de las perspectivas normativa, situacional y existencial
..
Podemos ver una correlación entre este enfoque de tres pasos para el estudio de la Biblia y las tres perspectivas de John Frame sobre la ética. El paso de la aplicación tiene claramente una estrecha relación con la perspectiva existencial. En la aplicación, me miro a mí mismo y me pregunto cómo el pasaje invita o exige un cambio personal, un cambio existencial. La perspectiva existencial sobre un texto pregunta cómo lo aplico. Ahora bien, puesto que la perspectiva existencial funciona como una perspectiva sobre toda la ética, también funciona como una perspectiva sobre la ética de la interpretación de los textos, incluido cualquier pasaje de la Biblia. Así pues, los tres pasos pueden considerarse desde la perspectiva existencial. Eso es lo que hicimos cuando consideramos los tres pasos como formas de aplicación.
A continuación, el segundo paso, el de la elucidación, tiene correlación con la perspectiva normativa. Cualquier cosa que Dios diga es autoritativa para nosotros. Él dice 1 Samuel 22:1-2, así que este pasaje junto con el resto de la Biblia es autoritativo para nosotros. Es normativo. Pero su carácter normativo depende de lo que signifique. Debemos creer lo que afirma, obedecer lo que ordena y tomar en serio lo que transmite a modo de estímulo o exhortación. Es decir, sus significados son normativos para nosotros.
De ahí que el paso de la elucidación sea como una perspectiva normativa sobre el texto. Puesto que la perspectiva normativa funciona como una perspectiva sobre el conjunto de la ética, abarca todos los aspectos de la interpretación, incluyendo lo que hemos llamado observación y aplicación. La aplicación no debe ser lo que nosotros queramos que sea según nuestros propios deseos pecaminosos, sino según lo que Dios se proponga.
Por último, el primer paso, el de la observación, tiene una correlación con la perspectiva situacional. En la observación hacemos un intento concertado de prestar atención a los aspectos informativos del texto tal y como está en la página, y la página forma parte de nuestra "situación" en sentido amplio. Descubrimos detalles de nuestra situación observando qué palabras aparecen en la página, en qué orden y cómo forman frases concretas. Puesto que la perspectiva situacional funciona como una perspectiva sobre el conjunto de la ética, abarca todos los aspectos del estudio de la Biblia, incluidas la elucidación y la aplicación. En las tres etapas seguimos interactuando con información externa a nosotros, como la registrada en la página. Y, por supuesto, en el centro de nuestra "situación" está Dios, la persona más importante en nuestra situación, que nos habla mientras interactuamos con el pasaje de la página.
Un beneficio de perspectivas
¿Qué diferencia hay entre considerar los tres pasos como perspectivas? Nuestro enfoque perspectivista es un enfoque junto a otros. Si lo deseamos, podemos dejar de lado las reflexiones sobre las perspectivas y seguir adelante alegremente con los tres pasos. No necesitamos tener conciencia de las perspectivas para estudiar la Biblia con fidelidad. No obstante, creo que reflexionar sobre las perspectivas tiene una ventaja: nos puede servir para recordar la centralidad de Dios.
Al principio observamos que debemos amar a Dios. En toda nuestra vida debemos amar a Dios, y por eso debemos amar a Dios en la interpretación. Debemos amar a Dios cuando observamos; debemos amarle cuando dilucidamos el significado de un texto bíblico; debemos amarle cuando aplicamos la Biblia. ¿Cómo? Con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente. Debemos servirle, alabarle y glorificarle en todo. Este principio de amor es el principio central de la ética. Es el principio central en las tres perspectivas de la ética, pero pasa a primer plano especialmente en la perspectiva existencial.
El principio del amor es, por tanto, central en el enfoque actual del estudio de la Biblia. Tiene que ser central en cada uno de los tres pasos. Recibir la Escritura correctamente significa recibirla como palabra de Dios: Dios nos habla la Escritura aquí y ahora, y al hablar está presente con nosotros y nos confronta con su gloria, majestad, santidad y amor. Por tanto, debemos aplicar continuamente la Escritura mientras leemos, alabando y magnificando a nuestro Dios. Todo estudio es aplicación en este sentido. En los tres pasos estamos interactuando con Dios. Dios nos ha dado este texto en forma accesible, y nos proporciona la información sencilla que confrontamos en las preguntas de observación. Debemos tener una actitud de gratitud, así como de sumisión.
Cuando nos dedicamos a la elucidación, interpretamos los significados con la pregunta en mente: "¿Qué quiere decir Dios?". Todo lo que sabemos de Dios entra en juego, y nuestro objetivo es comprender un significado que muestre aún más su gloria.
Cuando llegamos a la aplicación, debemos pensar en nosotros mismos como siervos de Dios que somos responsables ante él continuamente por lo que hacemos en respuesta a su palabra. Reconocemos también que Dios ve nuestros corazones e inspecciona nuestras respuestas. Él es nuestro juez, nuestro rey y nuestro galardonador. Cuando contemplamos su santidad, bien podríamos responder con una súplica de misericordia. En efecto, la misericordia nos ha llegado por medio de Cristo. ¡Qué alivio y qué motivo de celebración! Las reconfortantes exhortaciones de Hebreos se aplican a nosotros:
Hebreos 4:15-16; Hebreos 7:24-25
Estos principios de Hebreos se aplican a todo el proceso de interpretación, porque en la interpretación nos acercamos a Dios oyéndole hablar.
En cualquiera de los tres pasos, o en cualquier parte dentro de ellos, vivimos como siervos de Cristo en la presencia de Dios mediante el poder del Espíritu Santo. Si perdemos de vista la presencia de Dios, o pensamos que podemos prescindir de él, le estamos deshonrando en nuestra interpretación, por mucho que creamos estar acumulando conocimientos intelectuales para nosotros mismos.
No deberíamos polarizar o dicotomizar entre una recepción intelectual de las Escrituras y una recepción espiritual. Bien entendidas, las dos partes armonizan. El Espíritu Santo, junto con el Padre y el Hijo, creó nuestra mente junto con todos los demás aspectos de nuestro ser. Debemos amar a Dios con toda nuestra mente (Mt. 22:37). Usar nuestra mente de esta manera es espiritual, porque está facultada por el Espíritu Santo. Pero sólo interpretamos de un modo espiritual si utilizamos nuestra mente en conformidad con la experiencia y el conocimiento de la presencia de Dios. Los tres pasos ofrecen una herramienta útil para proceder en nuestro estudio de la Biblia. Pero la herramienta no nos sustituye. Tenemos que responder con corazón, alma y mente.
La Biblia exige una respuesta reflexiva por muchas razones. En primer lugar, no todo lo que dice la Biblia se nos aplica de la misma manera. El mandamiento de amar al prójimo tiene una aplicación directa a todos los tiempos y circunstancias en que tenemos prójimos. Pero, ¿qué pasa con las instrucciones del Levítico 11 sobre comer alimentos limpios pero no inmundos? ¿Cómo se aplican a nosotros? Estas instrucciones sobre los alimentos se dirigen específicamente al "pueblo de Israel" (Lev. 11:2). El contexto redentor más amplio muestra que funcionan para separar a Israel como pueblo santo de las naciones circundantes. Tienen una función simbólica, pues simbolizan el contraste entre la santidad y la impiedad. La venida de Jesús significa que su observancia literal ha quedado obsoleta (Marcos 7:19).
Este pasaje de Levítico 11 ilustra un principio más amplio. Cada pasaje individual de la Biblia debe interpretarse en el contexto más amplio de toda la instrucción de toda la Biblia.
Otros principios tienen relevancia en un estudio bíblico en grupo. En un grupo, necesitamos practicar el amor hacia nuestros vecinos que están en el estudio junto con nosotros. Por tanto, el principio de amar al prójimo también desempeña un papel importante. Una vez más, amar a Dios y amar al prójimo no están en tensión entre sí: "El que ama a Dios debe amar también a su hermano" (1 Juan 4:21).
Otra ventaja de comprender la relación de perspectiva entre los pasos es que evitamos la tentación de considerar un paso como aislado de los demás. Y no nos preocupamos de si hemos transgredido algún "límite" que separaría rígidamente los pasos. Nos permitimos ser personas plenas mientras interactuamos y dejamos que nuestros pensamientos en una etapa influyan y fluyan en los pensamientos en otros puntos del proceso.
Misterio
Además, el entrelazamiento de perspectivas puede sernos útil para recordar que debemos permanecer admirados ante Dios, cuyo conocimiento sobrepasa el nuestro. Cuando nos encontramos con Dios, nunca estamos al mando. Nunca dominamos un pasaje. Todos sus aspectos se entrelazan, y todas las preguntas que podemos formular se entrelazan. Nunca llegamos al fondo, a un lugar en el que podamos hacer perfectamente transparente para nosotros mismos cómo se ordenan las piezas, cada una en su cubo correspondiente. El uso de un "método", incluso un método tan simple como tres pasos de preguntas, puede hacernos pensar que tenemos una garantía: nos decimos a nosotros mismos que, si utilizamos el método correctamente, alcanzaremos nuestro objetivo. Y el objetivo en este caso es conocer el significado del pasaje. Pensamos que podemos dominar el significado si conseguimos mantenernos fieles al método.
Frente a esta confianza en el "método", propongo la confianza en Dios y en su misericordia. Con ello, pretendo llamarnos a un compromiso más pleno que menor de nuestras mentes, con nuestros corazones y nuestras almas. Usar nuestras mentes plenamente incluye reconocer los misterios insondables de la interpretación, en lugar de establecer irreflexivamente (¡sin pensar!) una falsa confianza en nuestra capacidad para dominar el significado sin la ayuda de la presencia y la misericordia de Dios.
Perspectivas sobre la preparación para los Tres Pasos
Al hablar de los tres pasos, también mencionamos algunos preparativos. Tanto en un estudio en grupo como en uno individual, se puede comenzar con la oración. También pueden mirar los pasajes circundantes en el libro de la Biblia que están estudiando. Antes de entrar en las preguntas sobre el pasaje, pueden leerlo. Así pues, hemos considerado la posibilidad de realizar algunas acciones preparatorias antes de llegar a los tres pasos.
Estas acciones, al igual que las preguntas, pueden considerarse parte del estudio. Y pueden ampliarse en perspectivas. Por ejemplo, un grupo o un individuo puede comenzar con la oración. Pero, ¿debemos estar en actitud de oración durante todo el estudio? También podemos rezar en medio del estudio. Puede o no ser incómodo hacer una pausa en un estudio en grupo para orar. Pero un individuo en estudio privado puede detenerse en cualquier momento para orar. Si encuentra una dificultad, puede pedir ayuda al Señor. Si recibe alguna revelación emocionante o algún consuelo sincero, puede dar gracias al Señor. En un sentido más amplio, todo el estudio debe realizarse con una actitud de oración: de expectación, de petición, de corazón abierto y de acción de gracias.
Éstas son las medidas preparatorias que puede tomar una persona:
I. Reza
A. Agradecer al Señor por darnos su palabra
B. Pídele que envíe al Espíritu Santo para dar poder e iluminar
C. Pedirle que nos haga dispuestos a recibir su palabra con humildad
II. Observa las partes circundantes del libro de la Biblia en el que se inserta el pasaje
III. Leer el pasaje
IV. Utilizar los tres pasos
A. Observación
B. Elucidación
C. Aplicación
La lectura del pasaje puede considerarse una forma de observación. Así que podemos reorganizar el esquema:
I. Reza
II. Mira el resto del libro
III. Utilizar los tres pasos
A. Observación
1. Leer
2. Seguir observando, utilizando preguntas
B. Elucidación
C. Aplicación
Podemos ver una correspondencia entre la oración y la perspectiva existencial. En la oración expresamos nuestras actitudes mediante la acción de gracias y pedimos al Señor que prepare nuestros corazones para recibir su palabra. Mirar el resto del libro significa mirar la situación en la que se sitúa el pasaje. Estamos utilizando la perspectiva situacional. Y mirar el pasaje en sí corresponde a la perspectiva normativa. Lo que dice el pasaje es normativo para nosotros. Así pues, los tres puntos principales, denominados I, II y III, ofrecen tres perspectivas sobre el proceso de estudio de un pasaje. Dentro del tercer punto (III) tenemos un mayor desglose en perspectivas situacional (observación), normativa (elucidación) y existencial (aplicación). Pensar en las etapas como perspectivas nos ayuda a recordar que todo el proceso debe ser orante (I), todo el proceso debe tener en cuenta el resto del libro (II), y todo el proceso debe tratar de recibir lo que Dios dice en el pasaje estudiado (III).
Puesto que podemos tratar las etapas I, II y III como perspectivas, en los capítulos siguientes procederemos a "plegarlas" a las tres etapas principales, A, B y C. La oración puede y debe recorrer todo el proceso. Y podemos prestar especial atención a los pasajes relacionados como parte del paso III. B. (Elucidación). Es decir, el paso que hemos llamado elucidación puede entenderse de forma expansiva (tratado como una perspectiva). La elucidación incluye tener en cuenta cómo otros pasajes arrojan luz sobre el que estamos estudiando.
6
Correlación: Comparación de pasajes
Podemos ampliar los tres pasos de la interpretación a formas de interpretación más elaboradas. Puesto que cada paso ofrece una perspectiva del conjunto, podemos elaborar cualquiera de los pasos tanto como queramos. Como primera forma de elaboración, centrémonos en el segundo paso, el paso de la elucidación.
El papel de otros pasajes
En nuestra discusión anterior sobre la elucidación, nos concentramos en la comprensión del pasaje en sí, a diferencia de otros pasajes de la Biblia. Esta concentración es apropiada. Pero otros pasajes nos ayudan a entender aquel en el que nos estamos concentrando.
De nuevo podemos tomar como ejemplo 1 Samuel 22:1-2:
David partió de allí y escapó a la cueva de Adulam. Y cuando lo oyeron sus hermanos y toda la casa de su padre, descendieron allí a él. Y todos los que estaban en angustia, y todos los que estaban endeudados, y todos los que tenían el alma amargada, se juntaron a él. Y él se hizo comandante sobre ellos. Y había con él como cuatrocientos hombres.
¿Cuáles son sus principales correlaciones con otros pasajes?
Otros pasajes pueden aportar detalles sobre un tema como el liderazgo de David. El liderazgo de David desempeña un papel en 1 Samuel 22:1-2, pero no se desarrolla plenamente allí. Otros pasajes también nos ayudan a comprender los acontecimientos pasados que constituyen el trasfondo de nuestro pasaje. Por ejemplo, 1 Samuel 16:1-2 y 16:13 nos ayudan a saber que Dios había rechazado a Saúl como rey de Israel y que había encargado a Samuel que ungiera a David como sucesor de Saúl. 1 Samuel 18:6-9 indica que Saúl estaba celoso de David, y Saúl acabó persiguiendo a David para intentar matarlo. En conjunto, 1-2 Samuel y 1-2 Reyes contienen una historia multigeneracional de los reyes de Israel, y destacan el papel especial de la promesa de Dios a David y sus descendientes. Ayudan a responder a la pregunta de por qué debería interesarnos especialmente un detalle de la vida de David como 1 Samuel 22:1-2. Por último, la Biblia como canon completo nos muestra hacia dónde se dirige la historia de la realeza, a saber, a encontrar su clímax en Cristo Rey, descendiente de David (Mt. 1:1-17; 2:5; Is. 11:1-10).
Tal como se concibió originalmente, el enfoque en tres pasos de Kuhatschek y Bunch recomienda trabajar con un solo pasaje durante toda una sesión de estudio, dejando a un lado los demás pasajes. Para los estudios bíblicos en grupo, esta restricción ayuda al grupo a mantener su concentración. También permite a los recién llegados participar sin tener que conocer el resto de la Biblia. Si realizamos un estudio individual privado en lugar de un estudio en grupo, seguir el consejo de Kuhatschek y Bunch nos anima a mantener la concentración en versículos concretos y a tratar de asimilarlos a fondo, en lugar de revolotear por muchos pasajes.
A nivel práctico, la práctica de restringir nuestro estudio a un solo pasaje funciona bien en muchos casos, pero con 1 Samuel 22:1-2 ya muestra algunas de sus limitaciones. ¿Podemos apreciar realmente este pasaje sin entender cómo encaja en una historia más amplia de los reyes de Israel? La llegada de David a la cueva de Adulam en el versículo 1 sólo tiene sentido si conocemos sus temores de que Saúl lo persiga y lo mate. En consecuencia, como parte del proceso de estudio, podemos añadir una etapa preliminar en la que el individuo o el grupo lean al menos unos versículos anteriores de 1 Samuel que aporten algunos antecedentes. (En los capítulos 4-5 de este libro, dicha etapa se denominó paso II, "Mira las partes circundantes..." o, "Mira el resto del libro").
La correlación como paso adicional
Pero, ¿por qué deberíamos limitar esta atención a otros pasajes a una etapa preliminar? Es evidente que, si lo deseamos, podemos incluirla como un paso más, un cuarto paso, en medio del proceso de interpretación. Llamemos a este cuarto paso correlación, porque en él examinamos la correlación entre los versículos de nuestro pasaje elegido y otros versículos de toda la Biblia. Para llevar a cabo la correlación, necesitamos saber algo sobre el pasaje en el que nos centramos inicialmente, con el fin de discernir qué otros pasajes tienen correlaciones importantes con él. Así que el paso de la correlación puede encajar como el tercero de los cuatro pasos:
A. Observación
B. Elucidación
*C. Correlación
D. Aplicación
La elucidación en su sentido más amplio incluye no sólo la atención al significado de nuestro pasaje, sino también la atención a la relación de sus significados con otros pasajes. Así pues, la "correlación" puede incluirse en realidad como una subdivisión dentro de la "elucidación":
A. Observación
B. Elucidación
1. Examen de un pasaje
*2. Correlación
C. Aplicación
Dos tipos de correlación
Para un análisis más exhaustivo, podemos distinguir dos tipos de correlación. El primer tipo, la correlación temática, vincula pasajes que abordan el mismo tema o temas coincidentes. El segundo tipo, la correlación temporal, vincula pasajes que tratan de tiempos sucesivos, prestando atención a cómo Dios desarrolla en el tiempo su plan para la historia de la creación, la redención y la consumación. Podemos llamar a este segundo tipo de correlación un enfoque en la historia redentora, que estudia cómo encaja nuestro pasaje en todo el plan de Dios para la redención, una redención que tiene lugar en el tiempo.
Podemos ilustrarlo utilizando el pasaje que hemos elegido, 1 Samuel 22:1-2. Por correlación temática, podemos estudiar todos los pasajes de 1-2 Samuel que ilustran el liderazgo de David. También podemos observar los contrastes entre el liderazgo de David y el de Saúl, y -antes aún- los contrastes entre Samuel y David o entre Samuel y Saúl. También podemos observar los contrastes entre el liderazgo de David, por un lado, y el de Absalón o Joab, por otro. Podemos ir más allá y considerar a Noé, Abraham, José, Moisés, Josué y los jueces del libro de los Jueces o, avanzando en el tiempo, a Salomón y los reyes de la monarquía dividida. En el período de tiempo mencionado en 1 Samuel 22:1-2, David lidera sobre todo de forma militar. Así que podemos fijarnos especialmente en las hazañas militares de David, sobre todo contra los filisteos, y en los hombres poderosos de David (2 Samuel 23). En términos más generales, también podemos fijarnos en el liderazgo ofrecido por profetas y sacerdotes, además de reyes. El tema de la preservación y el cuidado de David por parte de Dios no es explícito en 1 Samuel 22:1-2, pero sin duda es un tema presente en 1-2 Samuel en su conjunto (véase 2 Sam. 23:5), y así se ilustra en 22:1-2. Este tema guarda una estrecha relación con la promesa de Dios a David, y con el amplio abanico de promesas de Dios en 1 Samuel 22:1-2. Este tema guarda una estrecha relación con la promesa de Dios a David y con el conjunto más amplio de las promesas de Dios en toda la Biblia.
Podemos ver cómo esta atención a los temas puede profundizar nuestra comprensión de la aplicación. El cuidado de Dios por David nos recuerda el cuidado de Dios por nosotros en Cristo. Las promesas de Dios a David nos recuerdan sus promesas a nosotros.
También podemos considerar el tema de la gente en apuros, como se menciona en el versículo 2: "todo el que estaba en apuros, y todo el que estaba endeudado, y todo el que tenía el alma amargada". Las luchas de la gente con diversos tipos de angustia reciben cierta atención de vez en cuando en 1-2 Samuel y 1-2 Reyes. Pero también encontramos este tema en la ley de Moisés, en sus disposiciones para los pobres y las viudas, y en los profetas posteriores, en sus críticas a la opresión. El cuidado de Dios por los afligidos en tiempos de David nos recuerda su cuidado por nosotros cuando estamos afligidos, y cómo debemos a su vez cuidar a los demás en sus aflicciones.
Consideremos ahora el segundo tipo de correlación, la correlación a través de la historia redentora. ¿Cómo encaja 1 Samuel 22:1-2 en todo el esquema de la historia redentora? 1 Samuel 22:1-2 es un episodio de la vida de David. David ha sido ungido para ser el rey del pueblo de Dios. Como tal, prefigura la venida de Cristo, el gran Rey. La profecía promete que el gran rey será descendiente de David. Las victorias de David sobre los filisteos establecen la libertad y el bienestar del pueblo de Dios en el plano físico, político y militar. Cristo viene para lograr la victoria culminante sobre Satanás y sus huestes y el poder del pecado. Él establece la libertad y el bienestar para el pueblo de Dios, primero en el plano espiritual, pero finalmente, en el cielo nuevo y la tierra nueva, en un plano global.
También podemos viajar hacia atrás en el tiempo antes de David. Podemos considerar el orden de la creación antes de la caída del hombre. Según Génesis 1:31, era "muy bueno". Pero Dios también pretendía que condujera a algo aún mejor, al final del proceso en el que el hombre cumplió su vocación. Ya estaba previsto un punto final de consumación. La caída interrumpió este objetivo, pero Dios prometió la redención, a partir de Génesis 3:15. Cristo es el vástago de la mujer que ha herido la cabeza de la serpiente. Antes que él, Noé, Abraham, José, Moisés y David fueron sombras precursoras de lo que Cristo realizaría. En 1 Samuel 22:1-2, David es el último de toda una línea de líderes que protegen y bendicen a los que están bajo su jefatura representativa.
Perspectivas sobre la correlación
Hemos distinguido dos tipos de correlación, la correlación en el tema y la correlación en la historia, para recordarnos que debemos prestar atención a ambas, y no dejar que un solo tipo ocupe toda nuestra atención. Sin embargo, no podemos separarlas. Estudiar la historia redentora significa estudiar el tema de la redención y el tema del desarrollo temporal. La historia redentora constituye, pues, un aspecto de la correlación temática.
A la inversa, cada tema que estudiamos tiene una historia de su desarrollo y exposición en las Escrituras. El tema de la angustia, por ejemplo, comienza su desarrollo con la "angustia" de la caída en el pecado y las maldiciones subsiguientes. La angustia en tiempos de David, la angustia en tiempos de Cristo y la angustia de hoy se desarrollan a raíz de esta angustia inicial. Así, el estudio de cada tema forma una subdivisión dentro del estudio de la historia redentora.
Podemos decir, pues, que la historia redentora ofrece una perspectiva sobre los temas. A la inversa, los temas ofrecen una perspectiva de la historia redentora.
Una tríada de perspectivas: Partículas, ondas y campos
De hecho, cuando tomamos los dos tipos de correlación junto con la atención inicial a un pasaje único, estos tres tipos de estudio ofrecen tres perspectivas entrelazadas sobre el pasaje. La atención al pasaje en su unicidad e integridad resulta de una perspectiva de partícula, en la que consideramos cada texto como una unidad distinta. Cada texto es un todo en forma de partícula, distinto de cualquier otra unidad. Preguntamos: "¿Qué nos dice este pasaje por su estructura y contenido únicos?". La atención a la historia redentora resulta de una perspectiva ondulatoria, según la cual nos centramos en el movimiento en el tiempo o en el cambio gradual. La obra de Dios en la historia se desarrolla a lo largo del tiempo, en un movimiento u onda de crecimiento orgánico. La atención a los temas resulta de una perspectiva de campo, según la cual nos centramos en las relaciones entre pasajes. En este caso, las relaciones surgen al compartir un tema común.
Como de costumbre, las tres perspectivas se entrelazan. Se implican unas a otras y, en cierto sentido, se incluyen mutuamente. Para comparar pasajes, primero debemos tener varios pasajes, cada uno de los cuales es una unidad, una partícula. Así, la perspectiva de campo, que relaciona pasajes, presupone la perspectiva de partícula, en la que nos centramos en un pasaje cada vez. Además, cada unidad tiene un origen en el tiempo y constituye un desarrollo: también es una onda. Así, la perspectiva de la partícula, que se centra en una sola unidad, presupone la perspectiva de la onda, que describe la unidad "en movimiento". Y cada unidad se distingue y se marca por lo que es en parte a través de sus relaciones con otras unidades. La unidad significa lo que significa y funciona como funciona dentro de un plan mayor de Dios, en el que encaja y con el que se relaciona. Así, la perspectiva de la partícula presupone la perspectiva del campo, según la cual las unidades se relacionan con otras unidades. Cada perspectiva, cuando se considera en profundidad, conduce a las demás.
También podemos decir que hemos elegido estas tres perspectivas en parte porque, al igual que las otras tríadas que hemos utilizado, son imagen o espejo de aspectos de la coinherencia trinitaria. El Padre tiene un plan global para todos los tiempos, y la estabilidad de este plan nos invita a pensar en él como un todo unificado. Obtenemos la perspectiva de la partícula. El Hijo ejecuta el plan del Padre en el tiempo y en el espacio, y su obra se extiende y desarrolla en el tiempo durante su encarnación en la tierra. El enfoque en el desarrollo en el tiempo conduce a la perspectiva de onda. El Espíritu Santo nos une a Cristo y a sus beneficios.
Él establece nuestra relación con el Padre y el Hijo. Este aspecto relacional de su obra lleva a pensar en términos de perspectiva de campo o perspectiva relacional.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo Dios, y habitan el uno en el otro en coinherencia. Este carácter trinitario de Dios es misterioso para nosotros; es el misterio supremo. Derivativamente, por analogía, las tres perspectivas -partícula, onda y campo- se entrelazan entre sí y coinciden. Esta coinherencia también es misteriosa. En última instancia, al contemplar una tríada de perspectivas, interactuamos con una muestra del carácter de Dios, que refleja su carácter en el misterio al que nos enfrentamos. Podemos honrar la presencia de Dios en sus obras dándole gracias y alabándole por la riqueza de la manifestación de su carácter. Él muestra su carácter no sólo cuando realiza obras concretas, como la protección de David, sino también cuando creó el mundo y lo constituyó para ser lo que es, en sus múltiples aspectos. Dios también muestra su carácter en la constitución de cada pasaje en su singularidad, su relación temporal y su relación temática.
En particular, Dios levantó a David para ser líder de cuatrocientos hombres en este momento de la historia. Escribió su palabra en 1 Samuel para indicar la importancia de su obra en David. El significado reside en (1) la singularidad de este acontecimiento; (2) las relaciones en el tiempo con todo un programa de líderes sucesivos que apuntan hacia Cristo; y (3) las relaciones con todo lo que concierne al tema del liderazgo y los beneficios u opresiones de los que están bajo el liderazgo. Entendemos el significado de un acontecimiento en parte observando sus relaciones con otros acontecimientos, y entendemos cada acontecimiento en parte porque es distinto y está unificado como un todo.
En el capítulo anterior observamos que los tres pasos simples -observación, elucidación y aplicación- disfrutan de relaciones de perspectiva entre sí. Lo mismo ocurre cuando dividimos el paso intermedio, la elucidación, en tres perspectivas más pequeñas: (1) examen de un pasaje, (2) correlación en la historia redentora, y (3) correlación en el tema. Cada una de estas tres perspectivas "más pequeñas" funciona como una perspectiva de elucidación, que funciona como una perspectiva de observación y aplicación. Así, cada paso funciona como una perspectiva sobre el todo.
La estructura para la interpretación
Al dividir el paso de la elucidación en tres perspectivas más pequeñas, obtenemos el siguiente esquema para la interpretación:
A. Observación
B. Elucidación
1. Centrarse en un pasaje
*2. Correlación redentora-histórica
*3. Correlación tópica
C. Aplicación
Dado el papel clave de Cristo en toda la obra redentora de Dios, y dado que Cristo es anticipado en el Antiguo Testamento, debemos dedicar especial atención a ver la relación de cada pasaje con Cristo. A menudo, logramos mejor este objetivo si reordenamos las tareas, de modo que el estudio tópico previo pueda ayudarnos a ver las correlaciones redentoras-históricas. Así, podemos utilizar el siguiente orden:
A. Observación
B. Elucidación
1. Centrarse en un pasaje
*2. Correlación tópica
*3. Correlación redentora-histórica
C. Aplicación
En capítulos posteriores incluiremos más detalles bajo estos epígrafes. (En el capítulo 29 se ofrece un esquema con todos los detalles).
Los pasos como perspectivas
Dado que cada uno de los pasos ofrece una perspectiva sobre el conjunto, todos funcionan conjuntamente y ayudan a profundizar unos en otros. Por ejemplo, comprender el tema general de la gente en apuros dentro del Antiguo Testamento puede servir para alertarnos sobre el hecho de que las angustias de todo tipo han sido consecuencia directa o indirecta de la caída. En última instancia, la salvación de Dios debe dar respuesta a las "angustias" de todo tipo. Por eso, cuando Cristo llega al clímax de la historia, actúa para aliviar la angustia sanando enfermedades, expulsando demonios, acogiendo a recaudadores de impuestos y prostitutas, muriendo por nuestros pecados y resucitando para justificarnos (Rom. 4:25).
A la inversa, supongamos que empezamos por comprender cómo Cristo cumple las promesas de redención del Antiguo Testamento y, en particular, las promesas hechas en relación con David y su descendencia. Este vínculo con David nos ayuda a reconocer que las analogías entre la realeza de David y la de Cristo forman parte integrante del plan global de Dios para la historia. No estamos inventando vínculos imaginarios ni dejando que nuestra imaginación trabaje irresponsablemente. Dada la vinculación obtenida de la reflexión redentora-histórica, llegamos al texto de 1 Samuel 22:1-2 y observamos que el tema del pueblo en apuros y el tema del liderazgo de David encajan perfectamente en el programa de redención de Dios que conduce a Cristo. Así pues, la reflexión redentora-histórica nos ayuda a profundizar en la comprensión de las correlaciones tópicas.
Así, tanto la perspectiva tópica como la redentora-histórica ofrecen una visión, y cada una ayuda a profundizar en la otra. Dada esta interacción de perspectivas, cualquier "orden" de los pasos es en cierto modo artificial. En la práctica, podemos encontrarnos yendo y viniendo varias veces entre las diferentes perspectivas.
Recursos
El estudio tópico de la Biblia puede comenzar con el estudio de pasajes paralelos, como los que se pueden encontrar utilizando el sistema de referencias cruzadas que aparecen en una columna dentro de una Biblia de referencia:
La Santa Biblia: English Standard Version. Wheaton, IL: Crossway, 2001. Utilice una edición que sea una "Biblia de referencia" o una "Biblia de estudio". La Biblia de Estudio ESV proporciona no sólo referencias cruzadas sino también mucho más material, en forma de notas y artículos especiales: ESV Study Bible. Wheaton, IL: Crossway, 2008.
Novum Testamentum Graece: Nestle-Aland. (Edición griega.) Editado por Erwin Nestle y Kurt Aland. Varias ediciones. Obsérvense las referencias cruzadas al margen.
Las Biblias temáticas y los diccionarios y enciclopedias bíblicos también pueden ayudar a localizar pasajes que traten un tema:
Kohlenberger, John R., III. Biblia tópica Zondervan NVI Nave. Grand Rapids, MI: Zondervan, 1992. La mejor concordancia tópica.
Joy, Charles R. Harper's Topical Concordance of the Bible. Nueva York: HarperCollins, 1989. No tan completa como la de Kohlenberger, pero de producción independiente y, por tanto, de valor independiente.
Enciclopedias bíblicas:
Bromiley, Geoffrey W., ed. La Enciclopedia Bíblica Internacional Estándar. 4 vols. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1995.
Marshall, I. Howard, A. R. Millard, J. I. Packer y D. J. Wiseman, eds. Nuevo Diccionario Bíblico. 3ª ed., Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1996. Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1996.
Ryken, Leland, James C. Wilhoit y Tremper Longman, III, eds. Diccionario de imágenes bíblicas. Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1998.
Las teologías sistemáticas también pueden ayudar a localizar pasajes que toquen los temas de la teología sistemática.
También se pueden utilizar concordancias basadas en palabras, pero hay dificultades, porque es fácil descuidar la distinción palabra-concepto, que se tratará en el capítulo 17.
Las obras de "teología bíblica" nos orientan hacia el flujo de la historia redentora:
Clowney, Edmund P. Predicación y teología bíblica. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1961.
---. El misterio que se despliega: Descubriendo a Cristo en el Antiguo Testamento. Colorado Springs: NavPress, 1988.
Vos, Geerhardus. Teología bíblica: Antiguo y Nuevo Testamento. Edimburgo/Carlisle, PA: Banner of Truth Trust, 1975.
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