Verdaderamente Muerto

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Porque Jesús verdaderamente murió, tu debes creer que verdaderamente resucitó.

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Introducción:
Un fantasma en la morgue
En 2011 un hombre sudafricano de 60 años sufrió un ataque de asma y, su familia, convencida de que estaba muerto, llamó a una funeraria sin plantearse siquiera pedir antes la ayuda de un médico. Los trabajadores de la morgue le llevaron a la cámara frigorífica, pero 21 horas después el hombre se despertó rodeado de cadáveres y muerto de frío y se puso a gritar. Dos empleados oyeron los gritos y salieron despavoridos pensando que se trataba de un fantasma.
Por suerte, los empleados volvieron acompañados de todo el personal presente en la morgue y abrieron la nevera. El hombre estaba vivo y de inmediato llamaron a la ambulancia. Tras pasar seis horas en un hospital los médicos vieron que estaba perfectamente y le mandaron a casa. Tras el suceso las autoridades sudafricanas advirtieron que las familias no podían dar por muerto a nadie sin llamar antes a un médico.
A este estado medico se le llama Catalepsia.
Porque Jesús verdaderamente murió, tu debes creer que verdaderamente resucitó
Dos grupos de personas dieron testimonio de la muerte de Jesús

I. Jesús murió y José de Arimatea lo sepultó.

Alguien que esperaba el reino
Lucas 23:51 RVR60
Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos,
Alguien que fue discípulo de Jesús
Mateo 27:57 RVR60
Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús.
Alguien que a pesar de sus temores hizo lo correcto
Juan 19:38 RVR60
Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.
Alguien que dio lo mejor para Jesús
Mateo 27:59 RVR60
Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia,

Miembro del sanedrín, hombre rico y distinguido, esperaba el reino de Dios (Mr. 15:43). No había consentido en la sentencia de muerte pronunciada contra Jesús, por cuanto era discípulo secreto de Él, al igual que Nicodemo, el único otro miembro del concilio que tenía fe en Él. Valerosamente, José reclamó el cuerpo de Jesús a Pilato, y lo sepultó en su propio sepulcro nuevo, cumpliendo así la profecía de Is. 53:9 (Mt. 27:57–60; Lc. 23:50–53; Jn. 19:38).

Isaías 53:9 RVR60
Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

II. Jesús murió y las mujeres hicieron duelo por Jesús.

Se quedaron sentadas observando la manera en que embalsamaban a Jesús, llorando porque Jesús estaba muerto, pensando en todas las cosas malas que estaban sucediendo.
Los discípulos están escondidos, Judas se ha ahorcado, María está llorando, Satanás cree que ha vencido, la muerte ha ganado, la esperanza se ha perdido, Jesús esta enterrado, la piedra esta tapando la tumba

III. Jesús murió y los fariseos querían evitar que su cuerpo fuera robado.

La fe de los incrédulos, es sorprendente ver cómo los antagonistas de Jesús habían puesto tal atención a las palabras de Jesús, ya que se acordaron que el dijo que resucitaría en tres días.
El verso 63 nos dice que ellos recordaron las palabras de Jesús, mientras que los discípulos estaban escondidos y habían olvidado por completo lo que Jesús había profetizado.

IV. Jesús murió y los soldados aseguraron el cuerpo.

Es interesante como toda una guardia de soldados romanos estaban custodiando la tumba de Jesús, los soldados romanos que eran feroces y sanguinarios guerreros no se dejarían amedrentar por unos pocos discípulos asustados que no tuvieron ni el valor de estar al pie de la cruz, según el historial de los discípulos ninguno tenia el valor y coraje de enfrentar a los soldados para robar el cuerpo de Jesús.
No sabemos con certeza si era la guardia del templo que era quien estaba resguardando la tumba de Jesús o era una guardia especial que Pilato le había provisto, pero sea como sea estaban soldados custodiando la tumba.

Una inscripción descubierta en Nazaret que data de antes de 70 d.C. registra un decreto imperial que prohíbe la remoción de los cuerpos del interior de las tumbas so pena de muerte

Podemos ver que había consecuencias terribles para los soldados que no cumpliera el trabajo que les fue encomendado.
Mateo 28.11-15 “Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.”
Jesús sigue haciéndoles la vida difíciles a los religiosos a pesar de que esta muerto
Mateo, Tomos I–V La orden de Pilato (27:65–66)

no se conforman con este consentimiento del gobernador a su petición. Quieren asegurarse de que todo se cumpla rigurosamente, así que acompañan a los guardias hasta el sepulcro. De esta manera se convierten ellos mismos en testigos de la autenticidad de la muerte y el entierro de Jesús. Incluso sería de esperar que entraran en el sepulcro para asegurarse de que el cuerpo de Jesús estuviera realmente presente.

De una manera burda y ridícula trataron de impedir que sucediera lo inevitable, que Jesús resucitara
Mateo, Tomos I–V La orden de Pilato (27:65–66)

Todos estos detalles (la piedra pesada, la solicitud de los dirigentes, el sello y la guardia) son amontonados por Mateo para que sepamos que fue humanamente imposible que la desaparición del cuerpo y la tumba vacía se debieran a la acción siniestra de los discípulos.

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