Devocional de hoy

10 de abril

Salmo 104:24–26 RVR60

¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios. He allí el grande y anchuroso mar, En donde se mueven seres innumerables, Seres pequeños y grandes. Allí andan las naves; Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él.

Es bueno darse un tiempo para llenarnos de asombro ante lo que Dios ha creado.

Si no tienes delante de ti la oportunidad de contemplar algo del sistema de vida que Dios ha creado, deja que la Palabra de Dios te guíe y te muestre las maravillas que él ha hecho al leer el Salmo 104.

Tal cual si visitáramos un acuario gigante, el salmista nos da una mirada al maravilloso mundo marino que Dios ha creado. Lleno de peces grandes y pequeños, donde pueden encontrar alimento casi ilimitado los que lo habitan y del cual también nosotros nos alimentamos.

Ahora surcado por naves de superficie y submarinas, es también la casa de ballenas, orcas y delfines es también una muestra de que la creación esta bajo su control y cuidado sin salirse de los limites a los cuales Dios lo confinó.

Mientras contemplamos las maravillas de Dios, alimentemos nuestras convicciones que tenía el salmista acerca de lo que Dios ha hecho.

- Dios hizo todas las cosas con sabiduría, para nuestro beneficio.

- Dios provee sustento a quienes lo necesita y esperan en El.

- Dios ha provisto por medio de su Espíritu la renovación de lo que El ha creado.

Yo también soy parte de el sistema de vida que Dios ha creado, Dios me ha colocado en un lugar privilegiado entre todos los seres que el hizo, por lo que puedo esperar su cuidado y provisión cada día, mi vida esta llena de sus beneficios, puedo esperar de él mi sustento, que cada día su Espíritu hará la obra de renovación de mi cuerpo y espíritu. He sido creado para su gloria.

Quiero tener mis ojos abiertos para contemplar las maravillas que Dios ha hecho, y mi boca abierta para alabarle por lo que el ha hecho, hace y hará en mi vida.

La mano poderosa de Dios no se ha apartado de mí para sostenerme, ni su brazo ha perdido fuerza para levantarme, guiarme y cuidarme.

Este día me alegraré en las cosas que Dios ha hecho en mi vida.

Oremos,

Padre, gracias por darme la salud en mi cuerpo, la salud de mi familia. Gracias porque tus misericordias son nuevas cada mañana.

Te pido Señor que me des la sabiduría para comprender la grandeza de lo que has hecho, pero también para entender como vencer las dificultades que enfrentó por un mundo dañado por el pecado.

Padre quiero orar a ti por los que viven en zonas donde el hombre a dañado lo que tu creaste y esto les ha traído enfermedad, pobreza y muerte. Oro por las personas a las que se les ha quitado el derecho de disfrutar lo que Dios le proveyó: agua, aire, tierra, animales y plantas. Oró por los que se les ha quitado el derechos fundamentales que Dios nos otorgó para vivir: Nacer, crecer en una familia, educarnos, hacer riqueza y formar nuestro hogar.

En el nombre de Jesús, amén.

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