Devocional de hoy

12 de abril

Romanos 15:30 RVR60

Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios,

Pablo, presenta a sus hermanos una petición por una urgente necesidad que tiene, para que oren por él.

Les pide a ellos que oren, por la relación que tienen en Jesucristo, como Señor de sus vidas y por el amor que él Espíritu Santo a puesto en sus corazones por él.

Cada uno de los que compartimos una misma fe, tenemos el deber espiritual de unirnos con otros en sus luchas de oración.

Es nuestra responsabilidad estar al lado de aquellos que sufren y pasan por pruebas y luchar orando por ellos, nuestros hermanos en Cristo Jesús.

La oración que intercede por otros es una muestra de como El Espíritu Santo ha derramado su amor en nuestros corazones, para que nos identifiquemos plenamente con las necesidades y problemas de nuestros hermanos.

El amor de una comunidad cristiana se mide también por el grado en que elevamos una oración intercesora por otros de manera incesante.

Cada vez que alguien nos ruega que oremos por él, pidamos para que El Espíritu produzca en nosotros un gran compromiso de obediencia en El Señor, un profundo amor por la persona que nos pide oración y completa disposición a ser parte de los que ayudan al hermano a encontrar una respuesta a su lucha o necesidad.

Cuando solicito a otros que oren por mi estoy moviendo también a otros a responder como Cristo lo haría, a experimentar juntamente con ellos el amor del Espíritu en nuestra comunidad de fe, ayudando también a ellos a ejercitar su confianza en Dios para resolver sus necesidades.

Creamos que Dios actúa poderosamente cuando elevamos nuestras oraciones a él en comunidad.

Compartamos con otros que tienen una fe firme en Jesucristo, un corazón lleno del amor del Espíritu nuestras cargas y dificultades, nuestros desafíos y metas, nuestros dolores y enfermedades para que el poder de Dios se manifieste en nuestra debilidad.

Oremos,

Padre permite que pueda unirme a una comunidad de fe que se mantiene orando permanentemente el uno por el otro.

Gracias por el poder con que tu actúas a favor nuestro en nuestras aflicciones, gracias por el amor que nos une a otros en nuestras luchas.

Te pido ayuda para poder vencer mis propios enemigos, los cuales buscan destruirme. Por el ministerio que estoy desarrollando en la iglesia, por nuestra comunidad de fe que sea fuerte en la oración.

Me uno a los que oran por ser libertados de sus enemigos, ser sanos de sus enfermedades y que necesitan tu provisión.

En el nombre de Jesús, amén.

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